OPINION

¿Fue el sistema quien se cargó a Mario Conde?

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Hoy se cumplen 20 años de la intervención de Banesto. Fue el fin de Mario Conde.

Eso me trae recuerdos de un viaje.

A finales de 1997, viajé a Zurich para hablar con uno de los hombres que podía decidir el futuro de Mario Conde. Era el fiscal del cantón de Zurich. Peter Cosandey.

Ese funcionario había recibido una petición de la justicia española. Consistía en lo siguiente: en revelar quién estaba detrás de una cuenta corriente en un banco suizo. ¿Por qué era tan importante esa cuenta? Porque cuando Mario Conde era presidente de Banesto, habían salido 600 millones de pesetas de España a Suiza. A esa cuenta. ¿Se había quedado Conde con ese dinero?

Conde decía que no. Que se lo habían quedado otros.

Cuando entré en el despacho del fiscal Cosandey, le pregunté si había localizado los nombres de las personas que aparecían en las cuentas corrientes. Me dijo que sí. Luego le pregunté si eran personas conocidas en España. Me dijo que también.

Le pregunté si los podía ver, y me dijo que no.

Según Mario Conde, ese dinero fue a parar a manos de dos comisionistas españoles: Diego Selva y Antonio Navalón. ¿A qué comisiones se referían?  A las que tuvo que pagar Mario Conde para que el gobierno de Felipe González le concediera exenciones fiscales para que pudiera crear la Corporación Banesto, formada por un montón de empresas industriales donde el banco tenía muchas participaciones. Quería sacarla a Bolsa. Era su gran sueño.

En teoría, el fiscal debía de informar a España de quiénes estaban detrás de esas cuentas corrientes: ¿Conde? ¿Los comisionistas?

Como el informe del fiscal Cosandey llegó a España un poco tarde, Conde fue condenado y enviado a la cárcel por no explicar esa inmensa salida de dinero.

Pero un día llegó el famoso informe de Zurich. Los abogados de Conde lo localizaron en un juzgado de Madrid y allí, según Conde, se demostró que el banquero no había cobrado el dinero. Es lo que me contó Conde en su casa cuando le realicé la entrevista que publicamos esta semana en lainfomacion.com. Según Conde, cobraron Navalón y Matías Cortés, un conocido abogado español.

La justicia española no aceptó los recursos de Conde. Le cayeron cuatro años (al principio seis, que fueron reducidos). Año y medio después, obtenía la libertad condicional.

Luego, le caerían 20 años más por otras compilaciones del caso Banesto. Entró de nuevo en prisión en 2002. A partir de 2005 se le concedió el tercer grado. En 2009 abandonó definitivamente la prisión de la que estuvo entrando y saliendo desde 1998.

Para la opinión pública, Mario Conde es un personaje 'quemado'. Se le mira con desconfianza, aunque con mucho interés. En las elecciones de 2011, Conde se presentó con un partido político y sólo obtuvo 16.000 votos.

Pero gracias a sus libros de recuerdos, los españoles han podido saber cómo sucedieron algunas cosas. O al menos, pudieron conocer la opinión de Conde. Uno saca la impresión de que Conde se presenta como una víctima. Pero también saca la impresión de que en este país, se mezcla la Justicia, la política y las finanzas.

Es lo que Conde llama el Sistema. Y quien forme parte del Sistema, sale más o menos bien parado. Muchos banqueros antes y después de Conde han hecho barbaridades o han cometido ilegalidades. Pero no ha pasado nada.

Conde dice que no formaba parte de ese Sistema y por eso le echaron del banco y lo enviaron a prisión. Bueno: nunca se sabe qué habría pasado si el Banco de España no llega a intervenir porque ya se registraban los primeros signos de pánico. El rumor de que el banco tenía un inmenso agujero de medio billón de pesetas había llegado a la calle. A la Bolsa.

Lo que tengo claro es que si a otros banqueros se les hubiera aplicado la misma vara de medir, también habrían entrado en prisión.

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