OPINION

Google despide a un ingeniero por decir una verdad como un templo

danica patrick
danica patrick

Google acaba de echar a un empleado por decir en un documento que en la industria tecnológica hay más hombres que mujeres debido a diferencias biológicas.

Según el documento de James Damore, el empleado despedido (pinchar aquí), los hombres se sienten más inclinados a actividades como la programación informática, y las mujeres tienden más al campo social y artístico. Eso explica que haya más hombres que mujeres en el mundo de la tecnología.

Google no lo ha echado porque dijese una mentira, sino porque ha criticado la política de personal de la compañía, ya que discrimina a unos grupos sobre otros en función de prejuicios (biases). Y denunciar eso es algo totalmente incorrecto en EEUU: no se puede hablar de diferencias.

¿Es que no hay diferencias?

Neurológicamente hablando, cualquier científico conoce las diferencias entre hombres y mujeres. Incluso hay una especialidad que se dedica a estudiar el dimorfismo sexual, tratando de averiguar qué es biológico, y qué es cultural entre hombres y mujeres.

"Hay diferencias en volumen y la densidad del tejido [cerebral] incluyen la amígdala, el hipocampo y zonas insulares conocidas por estar implicadas en los trastornos neuropsiquiátricos de ámbito sexual", dice un estudio titulado A meta-analysis of sex differences in human brain structure (Un meta-análisis de las diferencias en los sexos en la estructura cerebral humana), publicado en el National Center for Biotechnology Information de EEUU. Artículos como este abundan en la bibliografía científica.

La prueba permanente de las diferencias entre sexos son los deportes: los hombres tienen más masa muscular y son mejores en determinados deportes que requieren mucho esfuerzo físico. En cambio, en algunas modalidades de gimnasia o en ejercicios ecuestres, hay cosas que las mujeres pueden hacer mejor, y los hombres no. Pero nadie ha prohibido hasta ahora los Juegos Olímpicos por sexistas.

Ellas son mejores en la comunicación y en la recopilación de información, según los neurocientíficos. Las facultades de periodismo y relaciones públicas de todo el mundo están llenas de mujeres. Más que hombres. ¿Alguien lo ve como una discriminación?

Existen tendencias naturales del hombre y la mujer, programadas por miles de años de evolución.

Lo que pasa es que el desarrollo tecnológico y social reciente de la humanidad, nos ha igualado: ha hecho que las diferencias evolutivas sean inservibles. Una mujer puede desarrollar el trabajo de un hombre, desde empuñar un martillo neumático hasta la estiba. Las diferencias existen, pero son una cuestión probabilística, no fronteras definitivas. Los hombres suelen dedicarse más a la estiba y a la minería que las mujeres. Pero eso no debería ser razón para impedir el paso de las mujeres.

Las diferencias se reducen hasta el punto de que hay mujeres que ya baten a hombres en campos tan viriles como correr. En las ultramaratones, el récord lo tiene una mujer. Hay mujeres que han batido el récord de inmersión en apnea, en escalada y hasta el carreras de coches, como cuando Danica Patrick (en la foto) ganó el gran premio Japan Indy en 2008 y dijo: "Ha sido una larga historia hasta llegar aquí".

Pero a pesar de esos logros, las tendencias innatas existen.

James Damore, el ingeniero despedido por Google, solo pretendía abrir un debate a la luz de los hechos, y basado en las estadísticas. "Valoro la diversidad y la inclusión, no estoy negando que el sexismo existe, y no respaldo el uso de estereotipos", decía al inicio de su documento. "Al abordar la brecha en la representación en la población, necesitamos observar las diferencias de distribución de la población. Si no podemos tener una discusión honesta sobre esto, entonces nunca podremos realmente resolver el problema".

El ingeniero realizó un informe bastante serio, exponiendo los prejuicios de la derecha y de la izquierda. Denuncia que Google, basada en los prejuicios, establece una política de empresa que discrimina a la gente.

En el fondo, lo que apoya el ingeniero es que los criterios de selección se establezcan en función de si una persona vale o no para ese puesto. No por prejuicios de género, raza o lo que sea, que es lo que está prevaleciendo en Google, según el documento.

El informe da mucho que pensar sobre lo que está pasando en EEUU. Y sobre todo, la falta de autocrítica de una organización que despide a una persona por abrir un debate de forma honesta y abierta.

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