OPINION

Las dos tensiones (emocionales) que marcarán las elecciones catalanas

Queda menos de mes y medio para las elecciones en Cataluña, y los electores van a estar influidos por dos acontecimiento.

El primero de ellos será la oleada de protestas que se han convocado en Cataluña, desde huelgas de transporte, hasta manifestaciones callejeras, bloqueos de tren o lo que se les ocurra.

El segundo es lo que pasa fuera de Cataluña. Parte del gobierno catalán está detenido en varias cárceles de la meseta, y encima su presidente (ex presidente), está en Bruselas tratando de ganar tiempo.

La clave está en saber qué es lo que va a afectar más a los electores catalanes en estos 43 días que quedan. Si continúan las huelgas, manifestaciones, piquetes y escraches, los pequeños y medianos empresarios lo van a notar: caída de los ingresos, problemas de suministro, caída del consumo, miedo del consumidor… En las noticias de los telediarios se veía que la mayoría de los comerciantes y de los transportistas estaban en contra de la huelga y de cosas parecidas.

Esas huelgas van repercutir en la contratación de personal para la campaña de Navidad. Ya están repercutiendo pues según las cifras que manejan las patronales, en Cataluña el consumo ha caído, así como la inversión, la entrada de turistas y la creación de empleo.

¿Qué va a hacer el votante? ¿Apoyar a los que le están incendiando su propia casa? Está claro que no, de modo que cuanta más crisis económica, los independentistas perderán más apoyos.

La otra tensión va a provenir de los políticos encarcelados por violar la ley. Como se sabe, en Cataluña hay muchos tipos de votantes (desde el radical independentista, hasta el constitucionalista). Pero la mayoría se siente catalana, de modo que aunque no simpaticen con los políticos que les han llevado a este desastre, “son sus políticos”.

Si el gobierno central de Rajoy no es capaz de transmitir que ha encarcelado a un grupo de presuntos criminales que se saltaron la ley (y si la máquina de propaganda victimista sigue ofreciendo su relato), el voto en diciembre volverá a los partidos independentistas.

En resumen, esas dos corrientes serán las que influyan en las elecciones, unos comicios donde los soberanistas y los constitucionalistas se dividen casi a partes iguales. Lo único que puede cambiar la balanza es que, a última hora, surja un hecho emocional que incline los platillos hacia un lado o el otro.

Mostrar comentarios