OPINION

Los médicos ya no firman recetas sino cheques

La semana pasada hemos sabido que está en marcha el plan de incentivar a los médicos que firmen menos Incapacidades Temporales (las IT). Esos volantes se firman cuando se acerca un trabajador que dice tener depresión, dolores de espalda, tendinitis, esguinces, etc. Un volante de IT supone darles varios días de baja que suponen un gasto para el país pues la empresa deja de contar con un trabajador, y encima, hay que medicar a esta persona.

Según publicaba el diario El País, esas bajas laborales le cuestan al país entre 6.000 y 7.o00 millones de euros al año. Muchas de esas bajas se podrían evitar o reducir porque proceden de un trabajador que sencillamente se quiere "escaquear". Otras, por supuesto, son necesarias.

El sistema además no funciona con ninguna tabla prestablecida, es decir, no se ordena que un médico deje de firmar 100 IT a la semana. El sistema consiste en que el médico de un consultorio que haya reducido más días de la Incapacidad Laboral Transitoria es quien establece la base de cálculo, y quien se lleva los 1.750 euros de premio. El resto de los médicos cobrará ese premio en función de si ha dejado de firmar el 75% de las IT comparadas con el primer médico y así sucesivamente. También reciben un premio los que trabajen en el servicio administrativo de la consulta: unos 200 euros.

Cada día de menos en una IT, supone para una comunidad un ahorro de 15,23 euros.

Pero la medida no ha gustado a muchos médicos. "Una vergüenza más, una perversión más. Creo que pone en duda la ética profesional de los médicos. ¿Es que necesitamos un incentivo para atender lo mejor posible a nuestros pacientes? ¿Acaso se duda de la buena praxis?", afirmaba un médico a El País.

Ese es el problema. Que la medida en el fondo está diciendo que los médicos de este país eran unos inútiles y que ahora van a ser unos codiciosos. El juramento hipocrático se torna en juramento crematístico. En lugar de firmar recetas o bajas, parece que están firmando los cheques de sus aguinaldos.

Yo proponía hacer algo parecido pero desde el punto de vista del paciente. Hace dos meses dije en este blog que el estado debería bajar los impuestos a las personas sanas que no usan lo servicios de salud de la Seguridad Social. La mayoría de las respuestas que me llegaron no estaban de acuerdo porque mi propuesta era lo mismo que deshumanizar la sanidad pública.

Mi idea era que aquellas personas que no visitaran el sistema de salud, ni pidieran volantes, eran personas sanas que cada año, en su declaración de la Renta, recibirían una deducción fiscal que iría aumentando con la edad.

Es una forma de incentivar el deseo de estar saludable, y de crear la cultura de buen estado físico. Si el Estado se ahorraba esas inmensas cantidades que se gasta en las curaciones, muchas de las cuales son producto de aprensiones, de hipocondrías, de aburrimiento de señores mayores en sus casas, se podría invertir lo ahorrado en centros de bienestar y gimnasios para que la gente siguiera estando saludable.

Además, al crearse esa cultura de estar físicamente óptimo, la gente se vería obligada a ir a más gimnasios y polideportivos, y al final, tendríamos un país más longevo, con menos enfermedades y más feliz. Y por supuesto, no se ponía en duda la fiabilidad de nuestros médicos.

Hacerlo por la vía del médico no es crear una cultura de la salud, porque no se incentiva al paciente sino al juez, al médico. Es como premiar al juez que juzga más casos en menos tiempo, en lugar de premiar a la sociedad para que no cometa crímenes. Con el sistema propuesto por el Ministerio no se ataca la base del problema.

Aun así, creo que vale la pena ver los resultados del nuevo invento. Esta fórmula se ha implantado en un montón de comunidades autónomas. Este año de 2009 el Ministerio de Trabajo ha destinado ya 30 millones de euros a premiar a médicos. Pero temo que va a causar muchas críticas y muchas peleas entre médicos y pacientes, pues los segundos querrán más días de baja y los primeros se negarán a firmarlas. ¿Cómo saber si el dolor de espalda del paciente o la depresión es verdadera o fingida?

Imaginemos que un maníaco depresivo recibe un alta equivocadamente. Imaginemos que esa persona deprimida comete una barbarie. Entonces, la fórmula salvadora se convertirá en algo demoníaco.

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