Nuestros parlamentarios se pelean por RTVE, pero la gente ve YouTube

Los partidos políticos se están peleando por nombrar al presidente y al consejo de administración de Radio Televisión Española. Vista la polvareda, parece que estuvieran decidiendo si los ciudadanos tenemos derecho a comprar un televisor.

Pero no. Solo se pelean por controlar algo que ha perdido influencia en los últimos 40 años.

La ley que regula RTVE procede de 2006. Tiene 12 años. Esa ley sustituyó otra ley de 1980. En aquellos años, controlar TVE tenía su importancia porque era el único canal de televisión de los españoles.

Pero ahora, casi 40 años después, hay cientos de canales privados y autonómicos. Peor aún: los jóvenes no ven precisamente RTVRE sino series en Netflix, Amazon Prime, HBO, y, sobre todo, videos de YouTube. Pasan más tiempo viendo esos canales que RTVE.

¿Y qué tal la cuota de mercado? RTVE hace tiempo que perdió la supremacía. Tiene por delante a Telecinco y a Antena 3.  Lo que sí ha logrado es colocar a los informativos del fin de semana como los más vistos. Según Vertele, los informativos de Pedro Carreño y Raquel Martínez tienen una aceptación del 16%, y superan a sus competidores.

Pero el resto de la semana, los espectadores prefieren ver los informativos de Telecinco y los de Antena 3. Los datos importantes se publicaron a principios de este mes. Cada vez la gente consume más minutos en internet y menos frente al televisor. Se espera que en 2019 los españoles estén más tiempo frente a internet (y su ordenador) que frente a la tele. Eso confirma el informe “La televisión que viene”, de Julio Cerezo y Pepe Cerezo, donde ya preveía esas cifras.

Esa es la verdadera batalla. Las ‘teles’ están perdiendo audiencia, mientras que las series en Netflix, HBO o Amazon Prime, suben imparables. En el caso de YouYube, el 72% de los jóvenes entre 18 y 34 años prefiere esta plataforma a la televisión tradicional, según un informe de Cultture. Con más de 27 millones de seguidores, solo un influencer de Youtube llamado ElRubius, tiene más espectadores que todos los grandes canales de televisión en España.

Supongo que el nuevo consejo de RTVE así como su nuevo presidente se sentarán en sus sillones, pensando en la enorme responsabilidad que tienen en sus posaderas. Si tuvieran la influencia que tienen la BBC en Reino Unido, y la ARD en Alemania, me lo creería. Pero, no: la Corporación cada vez pinta menos. Sin embargo, el nombramiento de su presidente se complica más.

En estos últimos 40 años, los pasos para nombrar al presidente y al consejo han variado en que, antes, al presidente lo nombraba el gobierno y punto. Ahora tiene que ser un acuerdo de partidos políticos. A partir de ahí, empieza una complejidad digna de blockchain.

Cuando veo a nuestros parlamentarios debatir con furor los nombramientos del ente, me parece como si alguien me tratara de convencer de la importancia de conducir un coche de manivela, ahora que la gente viaja en tren de alta velocidad, motocicleta, avión, en coches sin conductor, Cabyfy, Uber o coches eléctricos.

Además, sea quien sea quien esté en el poder, a RTVE siempre se la criticará por ser “un instrumento del partido gobernante”, el cual “manipula los informativos”. Les recomiendo que miren las hemerotecas. Antes se la criticaba por ser “del PSOE”, y en los últimos años, por ser “del PP”.

No conozco ningún análisis semántico de la imparcialidad de TVE en los últimos diez años, pero sí hay cifras de la cuota de mercado. TVE1 ha ido perdiendo audiencia desde 2009, durante la etapa socialista. Continuó perdiendo en los primeros años del PP desde 2012, pero luego ha ido recuperando algo de cuota. El canal TVE2 recuperó algo de cuota de pantalla con el PP desde 2012, según la firma de análisis Barlovento.

RTVE es la única empresa televisiva de las grandes europeas que se financia casi exclusivamente de los presupuestos públicos. En otros países como Francia, Alemania o Gran Bretaña, los televidentes pagan un canon por tener un televisor en su casa.

A los españoles les cuesta casi 1.000 millones de euros al año mantener su televisión pública, esto es, 42 euros por habitante, según la Unión Europea de Radiodifusión. Comparada con la de otros países, no es la más cara (la BBC cuesta 112 por habitantes), ni la que más empleados tiene.

Pero si cruzamos sus cifras con la realidad española, saltan algunas chispas. El salario medio anual de los empleados del ente es de 48.000 euros, lo cual según Adecco Professional ya empieza a rozar el sueldo de un directivo. ¿Qué pasa? ¿Es que en RTVE todos son directivos?

Comparado con el salario medio en España, que es de 23.000 euros (INE), resulta que en RTVE ganan más del doble. Para los profesionales de RTVE, la crisis debe haber sido una cosa rara que salía en los informativos y nada más.

En 2006, la directora de RTVE despidió a 4.000 de los 9.000 empleados. Las condiciones llamaron la atención del Tribunal de Cuentas, el cual hizo un informe. A los despedidos se les garantizó el 92% del salario hasta la jubilación, cosa que no les pasa a la inmensa mayoría de los españoles. Además, disfrutarían de dos subidas, de modo que en 2020 estarían ganando más en su retiro de lo que ganaban cuando trabajaban en el ente.

Para colmo, una de las condiciones de esos despedidos era que podían cobrar sus salarios de prejubilación sin informar si estaban ejerciendo otra actividad, de modo que muchos de ellos incrementaron aún más sus ingresos. Yo conocí el caso de un trabajador del ente en una comunidad autónoma, el cual me confirmó personalmente todo eso. Se me puso cara de tonto.

El ente no gana dinero. Es un servicio público. Yo creo en la televisión pública. Pero en el caso de RTVE, siempre se pondrá en entredicho su forma de gestionar pues con 6.000 profesionales no igualan el share de Telecinco o Antena 3, a pesar de que, entre estos dos canales privados, tienen menos profesionales que RTVE. Encima, según las encuestas, TVE es la televisión pública europea de la que menos se fían los habitantes de ese país. Y mientras tanto, nuestros políticos discutiendo quién controla el ente.