OPINION

¿Por qué los catalanes están furiosos?

En diciembre de 1773, miles de bostonianos se acercaron al puerto de su ciudad, abordaron varios barcos y echaron toneladas de té al agua. Estaban hartos de pagar impuestos por el té, y hartos del que la corona británica se llevara la recaudación limpiamente. Así nació el Tea Party original. Y la Guerra de Independencia de EEUU.

En otras colonias americanas sucedió lo mismo: desde Venezuela a Argentina, el comercio estaba controlado por virreyes y por compañías españolas que gozaban de privilegios de importación y venta. Los beneficios se los llevaban a la península. Aprovechando la invasión de las tropas de Napoleón a España, las clases pudientes de las colonias comenzaron a declarar las guerras de independencia.

Lo que pasa en Cataluña es parecido. Es un problema de impuestos. De dinero. El gobierno catalán tiene una deuda de 42.000 millones de euros. De aquí a fin de año tiene que devolver unos 5.000 millones de esos préstamos.

Además, el gobierno catalán dice que tiene un déficit de 16.000 millones de euros. Culpa aMadrid porque resulta que los catalanes recaudan los impuestos, pero la mayor parte de esa recaudación se la lleva el Estado central. El gobierno catalán afirma que si esos impuestos se quedaran en su casa, no tendría ese déficit. Y que si Madrid se opone, pues... (no menciona la palabra independencia pero se sugiere).

Entonces, ¿de qué se trata? ¿De dinero o de un arraigado sentimiento nacionalista?

Aquí vienen las opiniones.  ¿Quieren los catalanes la independencia? Hace dos años, se hizo una encuesta (Gesop) y resultó que solo el 28,7% de los catalales deseaba la independencia. En julio pasado, ese porcentaje subió al 51%, según el CIS catalán (CEO). ¿Qué ha pasado para que suba tanto? ¿Pueden cambiar así de radicalmente 8 millones de personas?

En estos dos años sucedió que, para que le cuadraran las cuentas,  el Gobierno de Artur Mas (CiU) ha subido los impuestos, ha recortado servicios, la subido los medicamentos, ha encarecido las tasas universitarias, ha bajado los salarios a los funcionarios, ha recortado puestos en la administración, ha cerrado empresas públicas catalanas... Y encima llega el PP y hace lo mismo en 2012. Todos esos recortes de gastos y aumentos de impuestos han alimentado la furia catalana, como escribió Bruno Pérez en un reportaje en este periódico hace unos días.

Hartos de esta situación, los catalanes están enfadados y, por eso, cientos de miles de ellos se manifestaron hace unas semanas en las calles. "Con toda probabilidad, muchos de los asistentes expresaban más una frustración contra Madrid que un genuino y cristalizado sentimiento nacionalista", decía el sociólogo Juan José Toharia en una entrevista en este medio realizada por Bosco Martín.

Proyectaron su rabia contra el Estado central. Fue una demostración que equivalía al asalto de los barcos de té en Boston. Estamos hartos de pagar. ¿Where is our money?

Toharia añadió un punto que explica las relaciones entre Cataluña y Madrid: "Durante decenios, CiU y ERC han estado cultivando un permanente victimismo, presentando a Cataluña como la permanente perdedora en su relación con el resto de España".

Esa es la baza que  empleará el gobierno catalán para obtener más dinero, y arreglar sus desperfectos. Será la historia interminable.

@ojomagico

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