OPINION

Propaganda y contrapropaganda en el simulacro de elecciones en Venezuela

Captura de pantalla 2017-07-30 a las 23.22.19
Captura de pantalla 2017-07-30 a las 23.22.19

Pocas veces en la historia electoral de un país se han vivido situaciones como las últimas horas en Venezuela. En las imágenes que han propagado a todos los medios del mundo se veían escenas del pueblo venezolano rompiendo urnas y máquinas de votación, en una jornada en la que han perdido la vida 13 personas, la mayoría de la oposición. Ha habido detenciones de cargos públicos, de manifestantes y hasta de sacerdotes.

Según un tuit del presidente de la asamblea nacional, Julio Borges, en el mayor centro de votación de Caracas, el Poliedro, había 13.000 sillas vacías a pesar de que 700.000 personas habían sido habilitadas para votar. Por eso su hashtag era #ConstituyenteFracasoEvidente!.

Sin embargo, el régimen de Maduro intentó oponer a estas imágenes que hablan por sí solas, contadas por los periodistas extranjeros, la contrapropaganda del régimen consistente en decir que 'más del 99% de la población estaba votando', cosa difícil de creer hasta en Dinamarca o en Noruega, o en cualquier país democrático, donde el porcentaje de votos nunca llega al 99% de la población.

A través de las cuentas de Twitter del gobierno de Maduro y de las cuentas de los servicios de información cubano, se mostraban a 'inmensas colas de gente votando'. Pero vistas de cerca no llegaban a unas decenas.

El colmo de la situación ya se vio a primera hora de la mañana, cuando el presidente Maduro fue a votar, pero sus datos no salían reconocidos por la máquina portátil que llevaba la funcionaria del centro de votación.

Varios países americanos, desde Argentina hasta EEUU, afirmaron desde primeras horas que no reconocían estas elecciones a la asamblea constituyente por ser un fraude: solo pueden votar los adeptos al régimen, y además, se obligaba a votar a funcionarios so pena de perder el puesto de trabajo y ser castigados.

Han sido las elecciones más sangrientas de la historia de Venezuela, y una de las más sangrientas de las elecciones en cualquier país de aquel continente. Pero el régimen trataba de hacer creer a la opinión pública venezolana y mundial de que las masas acudían a votar con entusiasmo.

En un acto desesperado de contrapropaganda, Maduro, que siempre aparece alegre e ignorante de lo que pasa a su alrededor, animó a los venezolanos a culminar la 'Operación Remate', lo cual quería decir acudir a los centros de votación. Ese acto de 'unirse a la revolución' ya es ilegal, puesto que no se permite en ningún sistema electoral moderno que se hagan esas declaraciones durante la jornada de votación. Es otro acto de contrapropaganda.

Sea cual sea el resultado, solo se puede sacar la conclusión de que un país en ese estado de ánimo no puede llamar 'elecciones libres' a unas votaciones teledirigidas, con ataques a los centros de votación y con 13 muertos. Solo hay que leer los tuits del @MPvenezolano, el Ministerio Público, para darse cuenta de la violencia del día.

Maduro no dará su brazo a torcer. Anunciará el triunfo electoral de la revolución con cifras dudosas, y dará paso a la formación de una nueva asamblea. Esos representantes tendrán que desplazar a la asamblea legítima, lo cual solo se podrá hacer por la fuerza y con más represión.

La Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común, Federica Mogherini, ha avisasado en su blog de que existe el riesgo de una escalada en Venezuela. Esa escalada ya es una realidad.

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