OPINION

¿Quién tose ahora a Alemania?

merkel schauble
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La prensa alemana califica de inmensa victoria el acuerdo final del Eurogrupo con Grecia. Elogiaba especialmente el papel del ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble.

Han impuesto a Grecia un programa de ajustes incluso más duro que sus antecesores. En primer lugar no le perdonan por ahora ni un euro de los que debe. Luego, Grecia tiene que recortar pensiones, privatizar y hasta reformar su negociación colectiva. Durísimo.

No cabe duda de que es un mensaje de Alemania a los miembros del euro. Quien nos desafía, pierde.

"El Eurogrupo es una orquesta y Schäuble su director", dijo días antes en la prensa Yanis Varoifakis, el ex ministro griego de Finanzas. Para Varoufakis, esta es la victoria de un hombre que quiere disciplinar a Europa, y que lo ha hecho usando a Grecia como conejillo de indias.

Es verdad lo que dice Varoufakis, pero el error del ministro griego y de Tsipras consistió en que quisieron desafiar a alguien que era más fuerte que ellos, aunque estuviera en silla de ruedas.

En lugar de emplear la diplomacia a la francesa, más fina y sutil, los griegos se movieron en Bruselas como un elefante en una cacharrería.

En la reunión del 16 de febrero de este año, Yanis Varoufakis calumnió al presidente del Eurogrupo Jeroen Dijsselbloem, diciéndole "mentiroso" y casi amenazándole físicamente. "Muchos pensaron que iban a pegarse entre Varoufakis y Djisselbloem", dijo una fuente al diario.

El incidente nació porque Djisselbloem cambió unas palabras en el texto que se iba a negociar. Varoufakis se enfureció. Luego, filtró a la prensa estos documentos, lo cual enfadó aún más al Eurogrupo.

"El comportamiento de Varoufakis condujo al resultado opuesto de lo que esperaba: nos ha hecho más firmes", dijo una fuente al diario. Cuando se enteró el ministro alemán de Finanzas Wolfgang Schäuble prácticamente se negó a hablar más con Varoufakis.

Varoufakis ha sido un duro negociador que se negó a aceptar desde el principio las fuertes presiones del Eurogrupo y sobre todo de Alemania. Su papel era obtener dinero y suavizar las condiciones, pero eligió el camino equivocado.

Justo lo contrario que hizo España.

Desde que el PP ganó las elecciones, destinó un grupo de germanoparlantes a ganarse la confianza de Alemania, de Merkel y sobre todo de Schäuble. Alvaro Nadal, que habla alemán y sabe de economía, estaba a la cabeza de este grupo. Es director de la Oficina Económica del presidente del Gobierno.

El resultado fue que cuando España atravesaba el peor de sus momentos, en verano de 2012, logró que el ministro de Finanzas alemán tuviera palabras favorables que restauraron la confianza en España.

Porque si quieres que un acreedor te siga prestando dinero tienes que ganarte su confianza. Acreedores en alemán se dice Gläubigern, que viene del verbo glauben: creer. Creer en alguien.

Los griegos no se ganaron esa confianza (y aún deben demostrarlo). Pensaron que se podía desafiar a los dioses. En la literatura griega clásica, todo aquel que desafia a los dioses, termina siendo fulminado.

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