OPINION

¿Te anuncias en La Noria? No llores si te linchan

jordi glez
jordi glez

La polémica de la semana ha sido la espantá de anunciantes del programa La Noria, de Telecinco. Han pasado tantas cosas en tan pocos días que se va a convertir en un 'caso de estudio' de las escuelas de negocios.

Todo comenzó el sábado 29 de octubre. Esa noche, Jordi González, el presentador del famoso programa, entrevistó a una madre. No una madre cualquiera sino a la progenitora de 'el Cuco'. Este chaval es uno de los presuntos encubridores del asesinato de Marta del Castillo, que se juzga en estos días.

Acabada la entrevista, en lugar de bajar el telón, subió. Y vaya con qué fuerza. Un bloguero, experto en comunicación y periodista llamado Pablo Herreros escribió un largo comentario en su blog denunciando esa entrevista.  Criticaba que hubiera "televisiones capaces de lucrarse a costa de la inmoralidad y de hacer más daño gratuito a las familias de las víctimas de delitos tan graves como el asesinato o el homicidio".

Y como no hay cosa más eficaz que tocar la pasta, Herreros dijo a sus lectores: "Por eso, te propongo que colaboremos para presionar a las marcas que dan su apoyo a estos contenidos".

Y dio la lista.

En los días siguientes, muchas personas en las redes sociales apoyaron a Pablo Herreros. Miles. Era un ejército. Todos coincidían en denunciar no solo la entrevista, sino el contenido de La Noria.

¿Y cómo es ese programa? Cada semana, allí se citan personas de la farándula que comentan, gritan, se insultan, se denuncian, y hasta casi se agreden. Luego, el programa tiene una parte más sosegada que suele acabar en tertulias políticas o entrevistas a personajes importantes. Tiene mucho share, es decir, mucha audiencia. Justo lo que buscan los anunciantes.

Lo que no esperaban estos anunciantes es que  miles de personas dirigieran sus críticas contra ellos.  Sacudidos por el terremoto de quejas, muchas marcas se fueron dando de baja del programa: Campofrío, Lactatis, Bayer, Nestlé, Milner, Panrico, Sabadell, L'Oreal, Vodafone...

El pánico se extendió por Telecinco. ¡Nos tocan la pasta!

Era de esperar una explicación el sabado 5 de noviembre. Y así fue: Jordi González, el presentador, dijo con parsimonia que había sido una semana muy dura para él y todo el equipo, que esa entrevista era un ejercicio de libertad de expresión, que su programa había sido víctima de linchamientos por parte de medios, que otras cadenas habían entrevistado a Rosalía García (madre de el Cuco) y nadie las había criticado, y acabó metiéndose con las personas que pretenden censurar el contenido de los programas.

Se defendió bien...

Pero creo que Jordi González no ha entendido algo que salta a la vista. La entrevista a la madre de 'el Cuco' ha destapado algo que se venía gestando desde hace tiempo. Mucha gente dijo ¡ya basta! a esa clase de programas. Si no lo hubiera hecho Pablo Herreros, lo habría hecho otro bloguero.

Forma parte de la libertad de expresión entrevistar a Rosalía García, como dice Jordi González. Pero denunciar, quejarse y protestar contra La Noria también forma parte de la libertad de expresión. Ese es el juego, amigos. Reglas iguales para todos.

Lo que pasa es que antes, cuando uno acudía a la libertad de expresión, siempre se encontraba a un medio poderoso. ¡Mirad, me acosan, me quiere cerrar el gobierno, me presionan los políticos! ¡Oh, la libertad de expresión está amenazada! ¡A mí la Legión!

Pero ahora, la libertad abarca a más gente que tiene medios tan poderosos como una tele: las redes sociales, el grito de los anónimos. Pueden llegar a cualquier parte con poco esfuerzo. Un solo bloguero o un tuitero te puede hacer un enorme agujero en tu barco.

De modo que si produces  programas con gente que grita e insulta, o que opinan sobre el tamaño de los falos y los cuernos, que tienen mucha audiencia, y que atraen anunciantes, no es tanto por la libertad de expresión. Es por la pasta. Y si las empresas meten publicidad ahí cerrando los ojos, es por la pasta, ya que captarán más clientes.

Pero, ¡oh desgracia! La parte mala es que te mueves en el filo de la navaja. Un día los espectadores dirán: eso es caca. Y entonces, todos a correr. ¿Qué pasa? ¿Es que estaban patrocinando un programa de Punset?

Ahora que está tan de moda la RSC, la responsabilidad social corporativa, cualquier chispa puede cargarse tu imagen empresarial en unas horas. Si te anuncias en programas como La Noria, no te quejes si te linchan.

(Mi Twitter para los amantes de La Noria:

http://twitter.com/#!/ojomagico

O en el periódico:

http://twitter.com/#!/la_informacion )

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