OPINION

Turismo: por qué España es una superpotencia y seguirá siéndolo en el futuro

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Cerca de un pequeño pueblo de La Rioja llamado Nájera hay una nueva autopista que lo conecta en 15 minutos con Logroño. También a 15 minutos está otra autopista que lo conecta con el País Vasco o con Burgos. En el pueblo hay un complejo deportivo y otro con piscina cubierta, ambos municipales. Y por supuesto, en los bares se ofrecen pinchos y vino de Rioja por un par de euros.

El pueblo tiene un monasterio de casi mil años –Santa María la Real–, donde están enterrados los primeros reyes de Nájera-Navarra. Hay 30 sepulcros con reyes navarros y castellanos. Y ahora se está desenterrando la vieja muralla árabe –la ciudadela–, que puede traer sorpresas.

La ciudad de Nájera (considerada así por su emplazamiento y su nobleza), está en el Camino de Santiago de modo que cada año es tierra de paso de peregrinos de todo el mundo.

Esta misma estampa que acabo de describir se puede encontrar en muchos pueblos de esta país, razón por la cual el Foro Económico de Davos ha calificado a España como el primer país del mundo en competitividad turística.

Para llevar a cabo esta clasificación se tienen en cuenta las infraestructuras (puertos y aeropuertos), las comunicaciones (autopistas, autovías, etc), los monumentos históricos, o aquellos que son Patrimonio de la Humanidad (Camino de Santiago), así como la oferta y la calidad hotelera, la oferta de museos y la seguridad.

Desde el punto de vista turístico, España es la tercera potencia mundial, con más de 70 millones de visitantes anuales. Ya no solo es sol y playa, como se ha venido vendiendo durante años, sino que ese sol y playa está comunicado por infraestructuras de primer nivel, con oferta gastronómica de primer nivel y con unos servicios turísticos de muchos años de experiencia.

Para ponerse a la altura de España, cualquier otro país necesitará invertir mucho dinero durante muchos años. Porque todo lo que he contado antes no se alcanza en un par de años, sino en muchas décadas. Y más recientemente, cuando nos pusimos a construir como locos autopistas, radiales, aeropuertos y rotondas, nos pasamos de rosca... en algunos casos. Pero aunque les cueste creerlos, por lo menos las construimos.

Eso ha mantenido y mejorado una industria que mueve más del 10% del PIB de este país. Cada temporada de vacaciones se generan decenas de miles de empleos. En muchos casos, seis meses de trabajo dan para aguantar otros seis meses en paro. Es un trabajo duro, pues para que otros se divierten, muchos tienen que sufrir y currar.

Pero afortunadamente, todavía sigue siendo una de las grandes máquinas de empleo y de riqueza de este país y seguirá siéndolo por muchos años.

(La foto de arriba no es de Nájera, por supuesto, sino de la costa de Málaga).

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