OPINION

KRLS y la gira solitaria del quinto Beatle

Puigdemont ha salido de gira, pero cada vez toca más en solitario. Se le estaba complicando el sueño de pilotar Cataluña desde Bruselas como si fuera un dron y salió a Dinamarca a que le pusieran los grilletes en las muñecas. A KRLS lo ha abandonado hasta la justicia española. El audaz Llarena ha desechado ordenar arrestarlo en Copenhague. Se da la circunstancia chanante de que el delincuente quiere ser detenido y el juez se lo niega. La historia de El Lute, ‘revisitada’. Cree el Supremo que el viaje del gaseoso president tenía como objetivo ser detenido, entregado a España, encarcelado preventivamente y así poder solicitar el derecho a voto en el Parlament de Cataluña, una institución que ha ensanchado tanto las costuras de su espectáculo que ya está a punto de programar funciones de cancán.

KRLS va a tener que comprar un billete de vuelta a Charleroi. Otra cosa es que a estas alturas, Cataluña encuentre un billete de vuelta a la normalidad. Si el juez tiene en cuenta la intención política del volátil Puigdemont de influir en el política con la detención y ese hecho modifica su decisión, ¿está haciendo política el juez?

En su conferencia, una politóloga danesa le ha tenido que recordar que España es un estado democrático y en realidad España es un estado 'peripécico'. “Ni aún sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre escapar a la sentencia de su destino”. Lo dijo Esquilo, que de destinos sabía lo suyo, porque temía morir de una manera extraña y acertó. Creía que se le vendría el techo encima y por eso paraba poco por casa, o tal vez fuera la típica excusa de dramaturgo griego. Finalmente, mientras andaba por el campo lo mató el impacto en la cabeza de un caparazón de tortuga que había arrojado desde el cielo algún pajarón contrario contrincante. Vende diálogo Puigdemont en Copenhague y Torrent en el Parlament, pero el destino del independentismo es la bronca, la culpa, el mosqueo, incluso entre ellos. Mientras Puigdemont interpreta su solo de guitarra, puede ser que la banda nacionalista comience a tocar a su aire en cualquier momento.

Bruselas es un terreno propicio para Puigdemont porque desde la distancia todo es posible. En ERC están de acuerdo y en privado apuestan por darle más perspectiva aún y mandarlo a Sidney, por ejemplo. El secesionismo son los Beatles y KRLS, el quinto. Será el pelazo. Leslie Cavendish trabajaba de peluquero de los Beatles. El hombre que esculpió los bigotes de Sgt. Pepper’s cuenta ahora en su peluda autobiografía (‘The Cutting Edge’) que un día fue a pelar a Lennon y se encontró allí a una chica oriental vestida de negro y que “él estaba totalmente inmerso en ella”. Después, él dejó a su santa y ella pululaba por Abbey Road distrayendo a los chicos y al final, vino la ruptura, también en el peinado: Yoko dejaba que a John le cortaran solo las puntas y de esa manera, se iba pareciendo cada vez más a ella y su imagen se alejaba de la del resto del grupo. Antes, la culpa de todo la tenía Yoko Ono; ahora la tiene España. Puigdemont tenía una peluquera en Girona que siempre le proponía ‘vaciar’ un poco y él se negaba. Vaciar es cuando el peluquero nos pregunta a los hombres que si queremos que nos vacíe un poco y nosotros decimos que sí, pero en realidad no tenemos ni idea de lo que nos preguntan.

Entre el mosqueo del PP y Ciudadanos, y la censura al piropo, cuando el president vuelva a España, no le va a reconocer ni su madre, que dijo Alfonso Guerra. Si hubiera justicia literaria en España, KRLS entraría oculto en un tren nocturno, pero en lugar de ponerse una peluca para que nadie lo reconociera como hizo Carrillo, se raparía la cabeza. En España ya no hay justicia literaria. Solo queda de la otra.

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