Golden share

Los 1.000 millones de beneficio (otra vez) están a tiro para el Banco Sabadell

El nuevo CEO de Banco Sabadell, César González-Bueno, junto a Josep Oliu y Jaime Guardiola.
El CEO de Banco Sabadell, César González-Bueno, junto a Josep Oliu y Jaime Guardiola.
Banco Sabadell

Los próximos meses van a ser claves para ver si la maldición de la cota de los 1.000 millones de euros en beneficios se ha inactivado en el Banco Sabadell. Esta cifra es simbólica para la firma que lidera César González-Bueno porque se convirtió en el gran objetivo pendiente del plan estratégico de 2014-2016 -periodo en el que se adquirió el TSB por 2.300 millones- y que siempre se le ha resistido desde entonces, ya fuera por un contratiempo o por otro.

Ahora, nueve años después de aquel anuncio, tras un Brexit, sobrecostes por los problemas de migración sufridos en la integración del británico, una defensa numantina del capital con reorganización de negocio y desinversiones, una pandemia, una fusión frustrada con BBVA y un cambio de cúpula…, esa cota vuelve a asomar por el horizonte, aunque de una manera más tímida, sin compromisos de cifras redondos, sino dejando al mercado realizar sus cálculos, que es lo que en este momento se acostumbra.

En los últimos ejercicios, la banca ha ido domesticando a los inversores para proveerles con objetivos financieros más abiertos -la mayoría opta por avanzar un ‘mix’, que incluye horquillas de capital, evolución de márgenes, retribución al accionista y rentabilidad, con el que las entidades se dan flexibilidad y esquivan ‘profit warning’ absolutos, fáciles de recordar-. Bankinter es una excepción.

En el Sabadell, el regreso a la pugna por los 1.000 millones en beneficios se deduce de los objetivos de rentabilidad avanzados para 2023. Espera lograr un ROTE por encima del 9% y si no tuviera que abonar el impuesto extraordinario del Gobierno para el sector, esta ratio de rentabilidad se iría por encima del 10,5%. Con las cifras de capital tangible con las que cerró el año pasado (el ROTE fue del 7,8%), esta guía se traduciría en un beneficio de 991 millones en el primer caso; y de 1.156 millones en el segundo para este ejercicio. Así que a poco que mejore su propia estimación (y con permiso de la maldición de los 1.000) en teoría cuenta con cartas para coronar este año la cima que durante tanto tiempo se le ha resistido.

Por el momento, de acuerdo con los datos de consenso que recopila Bloomberg, solo los analistas más optimistas estarían descontando que cruzara dicha barrera a lo largo de los próximos 11 meses. Para 2024 el máximo está más arriba y coloca la meta un escalón por encima; en los 1.100 millones; parece que ven más posibilidades.

Si Josep Oliu renueva como presidente en la próxima junta -debe ser reelegido en 2023- tendrá tiempo para avanzarle a los accionistas que el objetivo por fin se ha logrado. El banquero, que siempre esquiva responder a la pregunta sobre cuándo dejará el banco, todavía tiene esa cuenta pendiente.

Banco Sabadell cierra un círculo tras la catarsis de 2020

Lo que no se le puede negar a César González-Bueno es que con los resultados de 2022 ha cerrado un círculo, al llevar al banco a alinearse en términos de fortaleza con sus competidores. Más allá de la recompensa en bolsa, el mejor síntoma de esa buena salud es la política de retribución, en la que caminaba rezagado respecto a la media de bancos españoles por sus esfuerzos extra en los últimos años para reforzar su capital, pero que con un ‘pay out’ del 50% y un plan de recompra de acciones por 204 millones da carpetazo a la crisis.

En términos de beneficio, el banco acaba de batir su anterior récord histórico, que marcó en 2017, en los 801,5 millones; el año después de la adquisición de TSB y en el último ejercicio en el que parecía viable conquistar la barrera de los 1.000 millones. En 2022, ha ganado 859 millones y a punto habría estado de rozar los 900 millones (884 en concreto) si no hubiera sido por los últimos efectos de la crisis del británico: una multa de 57 millones por los fallos tecnológicos pactada con el Reino Unido.

Aunque González-Bueno está dando la vuelta a los resultados del Sabadell, las cifras que hoy logra el banco habrían sido imposibles sin el trabajo de reconstrucción y estabilización durante los últimos años al mando de Jaime Guardiola y Tomás Varela, que entregaron un Sabadell reconstituido en capital; uno de los grandes lastres que tuvo que arrastrar tras la crisis de TSB en 2018, que dejó su beneficio anual en apenas 318 millones.

Ese proceso permitió al nuevo equipo resetear para iniciar una nueva etapa con el punto más débil bajo control. El año en que se anunció el relevo, -diciembre de 2020- fue especialmente catártico en lo último. El Sabadell esquivó las pérdidas de manera testimonial, con un resultado de tan solo 2 millones y fuertes provisiones ligadas al covid con las que se reforzó, llevando el capital al nivel del 12,6%. Desde ahí, González-Bueno y Leopoldo Alvear han dado la vuelta al banco; de los 530 millones en ganancias de 2021, ha pasado a los 859 millones presentados el pasado jueves; saltando, asimismo, de algo más de un 30 a un 50% de pay-out. 

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