Rajoy, un hombre de Estado

Es lo mejor para el Partido Popular, para mí y para España”. Con esta frase Mariano Rajoy despedía este martes sus 14 años como presidente del Partido Popular. Aunque el final ha sido muy amargo, Rajoy ha vuelto a demostrar que es un hombre de Estado, un político sensato, honrado, prudente y con una vocación de servicio público a España incuestionable.

Con el tiempo, los españoles sabrán reconocerle a Mariano Rajoy el importante papel que ha jugado en favor de España. Cuando llegó a La Moncloa, tras haber ganado en las urnas la confianza de los ciudadanos, nuestro país estaba abocado a ser intervenido por Europa. Su templanza y su prudencia, unido a las duras medidas que tuvo el valor de adoptar han permitido que España hoy haya vuelto a la senda del crecimiento. Y las cifras son inequívocas: en este mes de mayo hay 237.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social –el mejor dato mensual de nuestra historia-; mientras en 2011 se destruyeron 521.900 puestos de trabajo, en 2017 se crearon 490.300 puestos de trabajo. El déficit de las Administraciones Públicas en 2011 superaba el 9,6% del PIB, mientras que en 2017 fue del 3,1%, habiéndose reducido en dos tercios.

Mariano Rajoy y todos sus ministros han tenido que hacer frente a retos extremos en estos años. El mayor, sin duda, la secesión de Cataluña. Frente a los críticos que han considerado que la aplicación del artículo 155 ha sido demasiado blanda, podemos decir que, a día de hoy, España sigue unida, pese a los intentos de los independentistas de fracturarla. Los que han aupado a Sánchez a la presidencia del Gobierno son, entre otros, aquellos que han querido acabar con lo que mandata la Constitución saltándose la ley. Y ahí, le pese a quien le pese, el Gobierno de Rajoy ha sido un muro de contención. Firmeza y prudencia a partes iguales han sido claves para que hoy Cataluña no sea independiente.

Como alcaldesa de Logroño y vicepresidenta de la FEMP quiero agradecer a Mariano Rajoy su extraordinaria sensibilidad hacia el municipalismo. Su trayectoria política, en la que entre otras cosas ha sido concejal y presidente de Diputación, le han hecho perfecto conocedor de la realidad que tienen las administraciones más cercanas a los ciudadanos. Este marcado carácter municipalista de Rajoy se ha traducido en la adopción de medidas de extraordinario calado que han permitido a los Ayuntamientos de este país convertirse en administraciones más fuertes, con mayor músculo financiero, y que han podido dar más y mejores servicios a los ciudadanos.

Los municipios han encontrado en el Gobierno de Mariano Rajoy y sus medidas –plan de pago a proveedores, FLA, fondos de ordenación e impulso económico, entre otras muchas- un gran aliado. Y los Ayuntamientos también han sido importantes aliados del Gobierno ya que su excelente gestión ha resultado clave para que España pudiera cumplir con los objetivos de déficit y deuda impuestos por Bruselas. En 2011, los Ayuntamientos tenían un déficit de 8.500 millones de euros; en el 2016, siete mil millones de superávit presupuestario. Esto no hubiera sido posible de no haber existido un Gobierno que creía en la estabilidad presupuestaria y porque el Partido Popular tiene una legión de magníficos gobernantes locales que ha hecho posible que el 97% de los Ayuntamientos tengan superávit.

Y gracias a las políticas de Mariano Rajoy, hoy los Ayuntamientos podemos hablar de cómo se puede aplicar superávit presupuestario a inversiones financieramente sostenibles, algo muy positivo para la economía y la creación de empleo en nuestros territorios.

Rajoy cuenta con toda mi admiración y agradecimiento por cómo ha gobernado España en los años de la mayor crisis económica conocida. Cuenta también con todo el respeto de los miles de alcaldes, concejales y presidentes de Diputación del Partido Popular que seguiremos luchando para recuperar España desde los Ayuntamientos. El ejemplo de Mariano Rajoy será un acicate para seguir sirviendo a España y a los españoles con la mayor de las ilusiones y demostrando que el PP es un partido en el que se puede seguir confiando.