OPINION

Propuesta de Real Decreto de Autoconsumo: aciertos y cuestiones pendientes

Paneles solares para el autoconsumo eléctrico
Paneles solares para el autoconsumo eléctrico
JUNTA DE ANDALUCÍA - Archivo

La semana pasada conocimos la propuesta de Real Decreto de Autoconsumo, que viene a substituir íntegramente al nefasto Real Decreto 900/2015, y que da cumplimiento, aunque tarde, al mandato de desarrollo reglamentario impuesto en el Real Decreto-Ley 15/2018, la norma que (hasta ahora) más ha contribuido a promover la transición energética en España.

La propuesta de Real Decreto es, en líneas generales, positiva. En ella, se aclara que las instalaciones sin excedentes o con excedentes en suelo urbano de menos de 15 kW no necesitan pasar por los largos y tediosos procesos de legalización que las distribuidoras venían imponiendo, algunas con actitud dialogante y bienintencionada (Endesa Distribución) y otras de forma chulesca y obstruccionista (Iberdrola Distribución). Asimismo, la propuesta también racionaliza la necesidad de contadores a uno bidireccional en el punto frontera para las instalaciones de menor tamaño y consolida la inaplicabilidad de cualquier tipo de cargos al autoconsumo para instalaciones renovables, de residuos o cogeneración.

La medida más acertada de la propuesta es, a mi juicio, el mecanismo de compensación simplificada de excedentes, que permitirá a los autoconsumidores compensar la energía vertida a la red contra la energía consumida de la misma (con el límite de cantidad de ésta última) en periodos mensuales. Todo ello sin tener que liquidar el peaje de generación ni el Impuesto sobre el Valor de la Producción de Energía Eléctrica. Gracias a esta medida, se obtiene la parte positiva del balance neto (simplicidad administrativa y fiscal) sin que ello suponga una subvención encubierta (se liquida contra el precio de la energía antes de peajes y cargos). Queda por aclarar cómo funcionará este mecanismo en la práctica (¿la comercializadora sólo tendrá que comprar energía por el consumo neto -consumo de red menos excedentes- de ese cliente? ¿La factura ATR contendrá ya ese consumo neto? ¿La energía vendida, a efectos del Fondo Nacional de Eficiencia, es la energía neta o la bruta?).

La propuesta normativa también tiene algunos elementos a mejorar: primero, la solución propuesta para el autoconsumo compartido, equivalente a “trocear” la instalación compartida y que cada autoconsumidor sólo pueda beneficiarse en cada hora de su parte de la instalación, resulta una propuesta continuista con los Nadal y que resta atractivo al autoconsumo colectivo, por mucho que la propuesta de un poco más de espacio al pacto entre las partes que la propuesta anterior.

Segundo, se mantienen algunas de las trabas injustificadas al autoconsumo, en particular aquellas relacionadas con las instalaciones con excedentes que no entran en el régimen simplificado. Es decir, a las instalaciones más pequeñas se les dan todas las facilidades posibles (bien) pero a las de mayor tamaño se las trata como una central de generación sin autoconsumo (Real Decreto 1699/2011 y Real Decreto 1955/2000), lo que parece excesivo. Entre otros, se les exige un poder notarial para poder vender los excedentes, se les impone un contador de servicios auxiliares cuando haya más de un titular y se les obliga a permanecer un año en la modalidad escogida (sin tener en cuenta que lo lógico es empezar a autoconsumir sin excedentes y en paralelo iniciar el trámite de varios meses para poder verter).

Y tercero, se abre la puerta a que los operadores no dominantes con una cuota de mercado superior al 10% puedan realizar la representación de mercado de instalaciones de autoconsumo. Esta medida, que puede tener sentido para el simplificado, no se justifica en el caso del autoconsumo con excedentes ordinario y puede contribuir aún más a la ya excesiva concentración de mercado que existe en España.

En definitiva, la propuesta de Real Decreto de Autoconsumo supone una buena base sobre la que trabajar, pero aún existen importantes puntos de mejora, para conseguir que el autoconsumo renovable se convierta en uno de los elementos centrales de la transición energética, mejorando el medio ambiente y abaratando la factura eléctrica, sin que ello implique costes adicionales para el sistema eléctrico.

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