Libertad sin cargas

Preguntas y respuestas (clave) para entender el 'caso Ayuso'

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en una rueda de prensa en la Real Casa de Correos, a 17 de febrero de 2022, en Madrid (España). Durante su comparecencia, Ayuso ha explicado su versión sobre el supuesto espionaje que la Dirección Nacional del PP ha realizado a través de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) para investigar el entorno familiar de la presidenta autonómica. La dirección nacional del PP, ha confirmado que investiga desde octubre si el Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso pudo adjudicar irregularmente a un conocido, amigo de su hermano, un contrato de compra de mascarillas por 1,5 millones de euros durante los peores meses de la pandemia. Este supuesto espionaje ha reabierto la guerra interna que mantienen entre la Dirección Nacional del PP y el equipo de la dirigente. 17 FEBRERO 2022;PP;PARTDIPO PUPULAR;ENTORNO FAMILIAR;ESPIONAJE Ricardo Rubio / Europa Press 18/1/2022
Preguntas y respuestas (clave) para entender el 'caso Ayuso'.
Europa Press

“El 'dossier' se lo habían filtrado desde Moncloa”. Cuando Pablo Casado convocó a Isabel Díaz Ayuso el pasado mes de septiembre para transmitirle su inquietud por informaciones que obraban en su poder sobre supuestos contratos irregulares de la administración regional con una empresa vinculada a Tomás Díaz Ayuso, ése fue al menos origen de los documentos comprometedores referido por el líder de los populares, según la versión ofrecida por la presidenta de la Comunidad de Madrid y negada después por Génova y la propia Moncloa. Primera pregunta, ¿de dónde salen los papeles y a qué se deben las diferentes tesis? Fuentes conocedoras del episodio explican que, más allá del último correo, por la calidad de la información recibida y el canal por el que se obtiene, el aparato del PP identifica sin demora que también puede atesorarla el Ejecutivo de Pedro Sánchez y entra en pánico. Casado, que siempre ha temido que le explote un caso de corrupción ‘a lo Rajoy’, se asusta y asimila que las huestes de Pedro Sánchez pueden usar el ‘affaire’ a voluntad y reventarlo en el momento menos oportuno. Tal vez de forma naif, es lo que quiere trasladar a Ayuso, que se repliega y no le contesta en meses, guardando silencio hasta la rueda de prensa de la semana pasada.

A partir de ahí, ¿por qué la presidenta de la Comunidad de Madrid deja pasar el tiempo sin dar respuesta a la dirección de su partido? Desde luego, Ayuso no lee la situación en la misma clave que Casado. O al menos añade lecturas adicionales, menos relacionadas con el impacto de un caso de corrupción a nivel nacional y más con su propio futuro político y sus complejas relaciones con Génova. Desde su entorno, donde no solo opera Miguel Ángel Rodríguez sino también conspicuas figuras el pasado ‘popular’ incluido algún ilustre exalcalde, le hacen ver que la forma en que se ha planteado el asunto implica en sí misma una quiebra de la confianza. “Si no se fían de ti, tenemos un problema. Tienen que respaldarte, eres la líder del PP de Madrid y acabas de ganar las elecciones por goleada. Cualquiera pensaría que hay, desde dentro, una operación contra ti”, vendría a ser el discurso que escucha la líder popular. Y empieza prepararse. El germen de la desconfianza anida ya en ambas partes, mientras el tiempo pasa y cada cual va dejando caer en púbico y privado mensajes más o menos afilados contra el otro.

Antes de avanzar, ¿por qué Ayuso no se inhibió en los consejos de gobierno que abordaron los contratos con la firma ‘asesorada’ por su hermano, lo cual le hubiera evitado innumerables problemas? En su comparecencia del jueves, la presidenta de la CAM aseguró que la familia es lo más importante, en claro reproche a la dirección del Partido Popular por apuntar a su línea de flotación. Bajo esa certeza, ¿cómo es posible que el cumpleaños de un sobrino o en una comida de domingo no se hicieran comentario alguno sobre el caso de marras? Lo cierto es que, según relatan allegados de Tomás Díaz Ayuso, él siempre ha tenido un relato sobre la cuestión. De hecho, sostiene que nunca abordó el tema en la creencia de que, en tanto no suponía ninguna ilegalidad, la sola mención de sus relaciones comerciales con la empresa en cuestión podía comprometer a su hermana. En la misma dirección, ella argumenta a sus colaboradores que nunca supo nada y que no conocía la empresa ni la relación de ésta con su hermano. Pese a que no es posible juzgar las voluntades o las intenciones, sí es más fácil apreciar los errores de juicio. Como diría el castizo, quien bien te quiere, te hará llorar.

Casado afronta un reto descomunal justo cuando debe definir la unidad de acción de sus ‘barones’ en cuestiones tan decisivas como los pactos con Vox

Colocados los ejércitos en formación de ataque, ¿por qué retira Génova con tanta rapidez el expediente y da la sensación de buscar una tregua? Al menos un elemento pilla por sorpresa a los cerebros de la formación. Tras denunciar Ayuso que ha sido investigada por su propio partido y pese a negar la acusación Pablo Casado en primera persona, lo cierto es que ven la luz unas grabaciones donde esos encargos, al menos, se plantean. La filtración cae como una bomba. Julio Gutiez, director de la agencia de investigación privada Mira, alerta de que un ejecutivo de la Empresa Municipal de Vivienda (EMS) de Madrid, supuestamente de forma interpuesta, le llama para contratarle y reclamarle datos fiscales y financieros del hermano de la presidenta. “Les dije que era ilegal y que yo no hacía ninguna investigación ilegal. Querían unos datos muy concretos de la Agencia Tributaria y un banco. Me negué y ahí quedó la historia”, explicó el detective. Pese a que Ayuso reconoce horas después que Tomás cobró de la empresa 55.000 euros, ya sea en comisiones o gestiones, además de admitir otros pagos que se niega a precisar, lo cierto es que ha conseguido desviar el foco. Alguien ha hecho bien su trabajo, hasta el punto de confundirse víctima y culpable.

¿Y ahora qué? Más de 3.000 personas se concentraron ayer en la céntrica sede del PP para apoyar a Díaz Ayuso. Con menos afluencia, se trata de manifestaciones repetidas desde que se escenificó la ruptura. En paralelo, los ‘barones’, agrupados en torno a Núñez Feijóo, han insistido hasta la saciedad en que necesitan una respuesta a la crisis rápida y contundente. No es casualidad, por tanto, que el partido haya movido en las últimas horas diferentes fichas en busca de las tablas. “Reunión infructuosa”, dijo el entorno de la presidenta sobre la reunión exprés convocada por Casado el viernes en la que se le pidió, sin éxito, que asumiera públicamente que no había existido espionaje a su familia. En paralelo y a la velocidad del rayo, se ha cerrado el expediente abierto el jueves, dando por buenas unas explicaciones si acaso parciales. Lo normal, empero, es que Ayuso alargue el órdago, a sabiendas de que una guerra de este calibre cerrada en falso está condenada a reabrirse… y que ahora al menos goza de ciertas bazas. Se judicialice o no el proceso -que sería lo lógico con la actual Fiscalía- y asumido que la izquierda y sus medios afines le señalaran desde ahora y para siempre por corrupción, no parece momento de aflojar y entregar a los propios las llaves de su fortaleza.

El reto para Pablo Casado es igualmente descomunal, justo cuando debe definir la unidad de acción de sus ‘barones’ en cuestiones tan decisivas como los pactos con Vox. Además, si de lo que se trata es de concitar apoyos, la grieta se produce en un momento especialmente delicado en la relación del PP con los empresarios, después de la brecha abierta por la reforma laboral. Desde la distancia, no es complicado creer al líder del PP cuando habla de su buen ánimo a la hora de pedir aclaraciones a la presidenta de la Comunidad de Madrid por los ‘movimientos’ de su hermano. Tal vez incluso pensó Casado, desde la buena fe, que un toque de atención le alejaría de las ‘malas compañías’ que les enfrentaban y emponzoñaban su vieja y entrañable amistad. Poco podía imaginarse que aquella llamada de septiembre, más que un aviso a navegantes, colocaba en el partido una bomba de explosión retardada. Hasta tal punto lo obvió que no pareció prepararse para la detonación. Incluso imaginándose vencedor de la contienda, ¿se preguntó si tenía plan B para Ayuso? Para reflexionar.

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