OPINION

El valor de la educación como decisión empresarial

El problema de la educación desde el punto de vista económico es que es difícilmente cuantificable. Se une así a los intangibles de la economía, que a menudo se explican por razones que escapan de su dimensión puramente técnica para entrar en el campo de la economía virtual. Así ocurre cuando tratamos de entender la razón por la que una empresa puede elegir otros factores, distintos a los económicos, a la hora de implantarse en un país.

Ayer conocíamos que la IATA, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo, ha elegido Madrid como Centro Operativo Mundial. Las cifras de este gigante del sector son realmente importantes. Desde Madrid se manejarán más de 150.000 millones de dólares y se gestionarán directamente los billetes de avión y las relaciones con las agencias de viaje de todo el continente americano, Europa, África, Oriente Medio y

parte de Asia.

Lo más importante, al menos para la economía española y madrileña, es que 330 trabajadores de más de 60 nacionalidades se convertirán en los representantes de la, probablemente, asociación internacional más importante y estratégica de nuestro país.

Independientemente de la relevancia de esta decisión, lo cierto es que la ubicación de una multinacional es un factor decisivo para el éxito de cualquier organización. Es lo que conocemos como entorno empresarial y afecta en gran medida al desarrollo futuro tanto de las competencias de los trabajadores como a las relaciones que la empresa pasará a entablar con sus stakeholders.

Ahora bien, ¿cuáles son las razones que pueden llevar a una multinacional a decantarse por un país u otro para desarrollar su trabajo?

A primera vista siempre surge la fiscalidad como uno de los elementos fundamentales para tratar de comprender este tipo de decisiones. En España las grandes empresas suelen destinar entre el 50 y el 60 % de su margen para pagar impuestos. En el caso de la competencia fiscal entre autonomías País Vasco y Navarra se llevan la palma al gravar con más del 60% la fiscalidad aplicable a las grandes empresas.

Sin embargo, el tejido empresarial en estas mismas comunidades sobrepasa la media nacional por lo que existen otros muchos factores que a menudo resultan más determinantes a la hora de decidir un emplazamiento u otro, y que suelen pasar desapercibidos.

El Vicepresidente Regional de IATA, Rafael Schvartzman, preguntado por las razones por las que habían seleccionado a Madrid como Centro Operativo Mundial, señalaba que tanto España como la capital les proporcionaban acceso al talento local e internacional y unas condiciones idóneas para el desarrollo de la competitividad de la aviación mundial. Incluso apuntaba a Madrid como una de las capitales más importantes para el sector aéreo en el futuro gracias a sus características.

Aspectos como la disposición de los propios trabajadores para mudarse a otra ciudad, el talento local que pueda encontrarse para realizar nuevas contrataciones, número de escuelas bilingües para los hijos de los trabajadores desplazados, la calidad de vida, seguridad, la sanidad, son todas variables que están en la cabeza de los órganos decisores de las empresas a la hora de trasladar o crear de cero una sede en un país.

Pero si todos estos intangibles son de difícil cuantificación, el de la educación y su capacidad para atraer talento es quizá el más relevante e incluso sobre el que las multinacionales llaman más la atención.

Así, el último informe publicado por la asociación Multinacionales Extranjeras por España recalca el valor de la educación como factor decisivo en la oferta de un país para atraer talento e inversión a su territorio. En este sentido, la educación afecta en un doble sentido. En primer lugar en la capacitación de los trabajadores locales que la empresa deberá contratar en un país.  En segundo lugar, y este es otro gran olvidado, en la oferta que pueda ofrecer a los trabajadores de la multinacional desplazada en forma de colegios bilingües o formación de calidad para sus hijos.

El talento y su derivada interna en las organizaciones, la gestión, es un elemento esencial para decidirse por una ciudad u otra, por un país u otro. Es un valor que de por sí genera valor propio para las empresas. Las hace más competitivas y también al país, puesto que todos compiten por atraer y conservarlo. Asociamos muchas veces el talento con puestos de trabajo de alto valor, pero en realidad, el talento debe estar presente en todos y cada uno de los sectores productivos de la empresa. En todos y cada uno de los puestos de trabajo.

Cabe por último preguntarse por qué la educación es tan olvidada a la hora de determinar su importancia económica. Probablemente la distinción de los factores productivos en tierra, trabajo y capital no favoreció en absoluto a esta identificación, pese a que los economistas siempre han comprendido la importancia de este factor en el crecimiento económico pero nunca lo han incluido claramente entre sus formulaciones clásicas, a excepción de la educación técnica de la que sí encontramos múltiples referencias en la literatura económica.

La elección de Madrid como Centro Operativo Mundial supone la primera noticia positiva de este nuevo año en el que tendremos que afrontar el desafío del bloqueo para alcanzar un pacto de Estado en materia de Educación. Es un acuerdo fundamental, vital, para asegurar la cohesión social de un país pero también lo es, incluso más, para atraer grandes multinacionales. Esperemos que la noticia de ayer sea la primera de muchas más.

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