OPINION

ODS: la guía económica en tiempos de incertidumbre

Inversión sostenible, parques eólicos
Inversión sostenible, parques eólicos
Pixabay

Inestabilidad, incertidumbre e inseguridad. Son tres sustantivos que caracterizan nuestra época en prácticamente todos los órdenes de la vida. A la vacilación política actual se le unen los oscuros presagios que llegan desde diversos organismos, que vaticinan una ralentización de la economía, auténtico preludio de otra crisis económica.

El parón político y legislativo ha provocado que numerosas leyes estén en el cajón de los casos perdidos de más de un ministerio, esperando que haya algún Gobierno capaz de llevar a las Cámaras proyectos de Ley cada vez más urgentes para la economía española. Estas disposiciones están llamadas a regular sectores claves como la energía, la industria y, particularmente, el mercado de trabajo.

Ante la congelación, durante todos estos años, de una política presupuestaria que guíe nuestros pasos, el sector privado necesita de una referencia supranacional para orientar sus actuaciones en forma de objetivos medibles y alcanzables. Es la nueva realidad mundial en la que las empresas juegan un papel fundamental.

Al margen de interpretaciones políticas, recientemente se ha presentado la campaña #ODSéate para celebrar el cuarto aniversario de la adhesión de España a la agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, cuyo objetivo no es otro que concienciar a la población sobre el alcance de las transformaciones que conllevarán los ODS.

Los ODS ofrecen la oportunidad al mundo privado de contar con unos referentes, que son fundamentales en la elaboración de cualquier plan estratégico, para garantizar un crecimiento sostenible en el devenir empresarial y social.

Las empresas tienen la oportunidad de aportar más que un granito de arena en los 17 objetivos señalados por las Naciones Unidas. Se trata de un auténtico Pacto Mundial entre Estados y sociedades. A través de la responsabilidad social corporativa, el fin de la pobreza, la educación de calidad, la igualdad de género, la reducción de las desigualdades y las alianzas para lograr los objetivos, las empresas pueden contribuir a lograr unas metas que cualquier partido político incluiría en su programa.

Al margen de estas actuaciones, las compañías tienen un papel protagonista en la consecución de otros objetivos que están directamente relacionados con su negocio y en el que sin su compromiso será imposible alcanzarlos. La energía asequible y no contaminante, el trabajo decente y el crecimiento económico, la apuesta por la industria, la innovación y las infraestructuras, la producción y el consumo responsables y la acción por el clima, son partes inherentes en la actividad de cualquier empresa. El compromiso es especialmente relevante en el caso de las grandes multinacionales, que realizan su labor en más de un país y, por lo tanto, son los mejores embajadores de ese espíritu supranacional.

Evidentemente, para una empresa o incluso para un sector, toda actuación debe estar razonada y mantener la dimensión económica, auténtica razón de ser de las empresas. Es este factor, el del realismo económico de los ODS, el que permite que España sea “la red local más innovadora y con mayor número de entidades adheridas” a los mismos.

En el campo de la energía, la apuesta por las tecnologías limpias genera más de 8.500 millones de euros al PIB español y, lo que es más importante, son ya una realidad. Su previsión de crecimiento podría sumar un 20% en los próximos años. Un alza que está liderada en nuestro país por la energía solar.

Inversión sostenible, parques eólicos
Un parque eólico en el norte de España. / Pixabay

No hay que olvidar el primero de los objetivos señalados en este campo: la energía asequible, en el que las energías convencionales y especialmente el gas, en todas sus formas, está llamado a suponer el pivote sobre el que gire transitoriamente el cambio de modelo energético.

Las cifras de la industria y la innovación hablan por sí solas. Solo en nuestro país, el 12% de nuestro PIB está enraizado en nuestro tejido empresarial. Lamentablemente cada año perdemos peso sobre el total, paradójicamente en un sector que proporciona empleos estables y bien remunerados. Cerrar el círculo entre energía asequible y producción industrial sostenible es un compromiso que ciertamente trasciende a las empresas, pero sin ellas será imposible su cumplimiento.

La innovación, también clave en el nuevo modelo productivo, ya está siendo liderada por las empresas. En nuestro país, se ha producido un incremento de cinco puntos porcentuales en la I+D privada tan solo en el periodo 2016 - 2017. Una muestra clara de la importancia que juega para nuestra economía un crecimiento basado en la innovación.

Los ODS nacieron con una clara voluntad: la de aunar los esfuerzos de todos los actores económicos en favor de un mundo sostenible. La prosperidad siempre ha estado ligada con los acuerdos entre partes. En este sentido, la colaboración público - privada se debe convertir en una práctica habitual en lugar de una excepción, especialmente en el sector de las infraestructuras. España ha quedado rezagada en los últimos años del esfuerzo inversor en servicios y construcciones estratégicas.

Probablemente, la última crisis económica motivó que las partidas destinadas a grandes obras de país se vieran paralizadas. No obstante, la rentabilidad inherente a estos proyectos está lejos de la media europea. En lugar de optar por fórmulas cada vez más novedosas e incluso extravagantes, sería conveniente que los índices de rentabilidad por proyecto pudieran terminar de convencer a empresas y al Estado en su conjunto para utilizar masivamente esta figura.

En este tiempo de tribulaciones, de dudas, de falta de dirección, los ODS pueden convertirse en la guía que las empresas pueden adoptar a falta de Gobierno. Además, pueden ayudar a responder la pregunta ¿hacia dónde van ustedes?, que cada vez se nos plantea más cuando un fondo internacional proyecta invertir en España.

Si de las futuras elecciones surge un Gobierno que rompa con esta situación de inseguridad todos saldremos ganando. Mientras, solo queda seguir trabajando para alcanzar unos objetivos que no deben conocer de adscripción política, territorial o social. Servirán para hacer sostenible una economía que necesita serlo para no entrar en una crisis permanente.

#ODSémonos todos antes de que nuestra economía pueda #OXIdarse.

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