Empleo: Números de aprobado para Rajoy, pero debe ir a septiembre si quiere nota

    • El balance de la legislatura deja una victoria pírrica en reducción de paro y un empate en creación de empleo.
    • En un ambiente crispado por la crisis y la polémica en torno a la reforma laboral, sí ha conseguido frenar la espiral de destrucción de empleo y sentar las bases del crecimiento.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, este lunes.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, este lunes.

Si analizamos los números en frío, sin contexto histórico, puede decirse que el saldo del presidente Rajoy en materia de empleo presenta una victoria por la mínima en la lucha contra el paro, con una ligera reducción del desempleo que heredó del anterior Ejecutivo de Zapatero. Y una derrota en el último minuto o a lo sumo un empate en materia de generación de más puestos de trabajo.

El actual candidato a renovar la presidencia del Gobierno por el PP, deja una proporción de desempleados algo inferior a la que encontró al llegar a La Moncloa, pero no ha logrado cerrar su primer mandato con más trabajadores ocupados que los que había cuando juró el cargo, a finales de 2011.Lucha contra un paro desbocado

En sus primeros dos años, marcados por la amenaza del rescate, la posible exclusión del euro, la crisis económica y buenas dosis de contestación social y sindical a su reforma laboral, el paro aumentó en prácticamente un millón de personas. En sus dos últimos años, desde mediados de 2013 cuando se alcanzó el punto de inflexión en el mercado laboral, la dinámica se ha invertido y el desempleo se ha reducido en 1,1 millones de personas.

Así las cosas, Rajoy puede afirmar que dejará menos desocupados que los que heredó de ZP: entonces eran 4.998.000, que ahora se han quedado en 4.850.800 según la EPA. Si atendemos a las estadística del servicio público de empleo, el antiguo INEM, el anterior presidente concluyó su mandato con 4,42 millones de desempleados, que el actual jefe del Gobiernorecortará en aproximadamente entre 300.000 y 350.000, a falta de conocer los datos finales de octubre y noviembre.

Un descenso de 147.200 parados, que no es un número suficiente en cuatro años si tenemos en cuenta que alcanzamos los 5 o 6 millones de desempleados según las distintas fuentes estadísticas.El reto de salir del pozo para crear empleo

Algo similar puede decirse en términos de creación de empleo, pero con un balance final incluso un tanto peor que en materia de paro. No podrá decir Rajoy que deja más ciudadanos con trabajo que los que había al alcanzar la presidencia.

Al término del mandado socialista había en nuestro país 17.248.000 afiliados a la Seguridad Social. Ahora el número es de 17.189.815. Aunque se crearan nuevos puestos de trabajo de aquí a finales de noviembre, como sucedió el pasado año (+34.000 entre octubre y noviembre en 2014), previsiblemente Rajoy terminará su legislatura con un número muy similar de cotizantes al que encontró al llegar a La Moncloa o ligeramente por debajo.

Y si en vez de consultar los datos de afiliación a la Seguridad Social tenemos en cuenta los resultados de la Encuesta de Población Activa, Zapatero dejó el Gobierno en el tercer trimestre de 2011 con 18.484.500 ocupados y ese año se cerró con 18.153.000. En ambos casos, por encima de los de Rajoy: 18.048.700 ocupados en la EPA del tercer trimestre de este año que hemos conocido la pasada semana.

El número de ocupados se había inflado en la crisis de forma poco consistente y muy artificial con el empleo poco cualificado del dañino boom de la construcción, que servía de salida sobre todo a una inmigración en constante crecimiento hasta entonces. Tras la caída del sector inmobiliario, de la mano de los problemas de la banca y de la crisis monetaria posterior, es una tarea de muchos años recuperar los niveles de empleo anteriores a esta larga y profunda crisis económica.Un radical e incuestionable cambio de tendencia

Lo que nadie puede negar es que en estos últimos cuatro años se ha tocado suelo, batiendo el triste e histórico récord de parados en nuestro país en 2012. Se ha remontado el punto de inflexión en un neutro 2013 y desde entonces se ha conseguido reducir el desempleo y hacer crecer la ocupación en nuestro país en 2014 y 2015. La tendencia ha cambiado drásticamente y termina con la gráfica al alza, y subiendo.

Los números señalan un empate en la comparativa entre los dos últimos gobiernos, pero uno venía de una de las mejores etapas de crecimiento económico conocidas y terminó bajando a los infiernos, sin atisbar un asidero al que agarrarse para frenar la sangría laboral.

Mientras que el otro, después de duras reformas que pagaron muchos trabajadores y empresas, ha sabido salir del pozo y comenzar a sacar la cabeza a la superficie, cogiendo oxígeno y con perspectivas de poder, por fin, comenzar a andar un camino de normalización laboral y crecimiento del empleo. El paro se ha reducido en casi 1,1 millones de personas (1.092.600) en los 2 últimos años y en casi 1,2 millones (1.196.500) desde su peor momento, hace 27 meses. Mientras que en 2014 y 2015 se habrán creado casi un millón de nuevos puestos de trabajo.

Los números de Rajoy son de aprobado justito en primera convocatoria, pero sería irreal no concederle que el esfuerzo de recuperación tras años de suspensos dan como resultado final una clara mejoría del estudiante, que había dado muestras de grave enfermedad que amenazaba además con volverse crónica e irreparable.Los deberes pendientes para septiembre

El debate ahora ha dejado de centrarse en si se crea o no empleo, en si baja o sube el paro, para desplazarse, yendo un paso más allá, a la calidad de los puestos de trabajo que ya se generan: si es momento de mayores alegrías salariales o no, cómo reducir la tasa de temporalidad para corregir la dualidad del mercado laboral entre fijos y eventuales, o cómo generar más empleo a tiempo completo.

Eso sí. El estudiante aún debe progresar para asentar la mejoría y generar empleo con más intensidad y más estable de manera sostenida en el tiempo, un objetivo crítico para apuntalar la recuperación económica y para acelerar el retorno a los niveles de bienestar social que había alcanzado el país.

Si Rajoy tiene la oportunidad de presentarse a la repesca en septiembre, deberá trabajar mucho aún para sacar nota, con nuevas medidas y cambios legislativos que favorezcan la recuperación de poder adquisitivo de los trabajadores en pos de una mayor demanda interna y actividad económica.

Que contribuyan a retornar al empleo a esas dos terceras partes de trabajadores sin elevada cualificación, a través de unas políticas activas de empleo y una formación continua más eficaces.

Que mejoren, profesionalicen y racionalicen la gestión de los recursos humanos en el sector público, que transformen los actuales servicios públicos de empleo para abandonar de una vez por todas su ineficacia en la búsqueda de empleo a los parados.

Y que, una vez superadas las urgencias del peor momento de la crisis, creen un marco laboral equilibrado en el que los empresarios se atrevan a crear empleo indefinido y a tiempo completo, incluso a subir los salarios,al tiempo que los trabajadores encuentran la mejor de las protecciones, que no es un blindaje del puesto de trabajo por convenio, sino un mercado laboral más dinámico que ofrezca oportunidades para todos.

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