OPINION

Vuelve el terror a contratar

Fotografía oficina de empleo cerrada / EP
Fotografía oficina de empleo cerrada / EP

Ante la falta de información real y rigurosa, merece la pena subrayar que derogar la reforma laboral que puso en marcha la ministra Báñez provocará más sufrimiento en la población porque volverá a generar miedo a contratar por parte de los empresarios. Esa norma no busca despedir más barato o generar peores condiciones laborales, a pesar de lo que algunos nos quieren hacer creer. El gran objetivo que persigue es ampliar la viabilidad de muchas empresas, permitiendo que a través de la flexibilidad interna no sea necesario condenar a trabajadores al paro para mantener vivas a las empresas cuando se encuentran ante situaciones difíciles. Durante la última crisis, en España desaparecieron desgraciadamente miles de empresas que hubieran sido perfectamente viables de haber podido acometer un cierto ahorro de costes.

En cualquier caso, no estamos ante ningún descubrimiento porque se trata de políticas que países del norte de Europa llevan ya tiempo aplicando con éxito. Esa flexibilidad interna es el secreto que hay detrás de los bajísimos índices de desempleo y pobreza de los países de la UE8. Además, manteniendo vivo ese tejido productivo se multiplican las opciones de recuperación rápida cuando las circunstancias negativas empiezan a desaparecer.

El ejemplo de lo que sucedió en Irlanda durante la última crisis es bastante paradigmático. Entre 2008 y 2011, en España los salarios reales aumentaron más de un 8%, pero el empleo privado (el que no pagamos entre todos) disminuyó más de un 16%. Sin embargo, en Irlanda, cuya crisis fue más dura que la nuestra, lo salarios reales crecieron menos de un 2%, pero el empleo disminuyó menos de un 15%.

Otra prueba irrefutable de la bondad de la flexibilidad interna para las empresas y los trabajadores es que en la anterior crisis España fue el único país donde se produjo al mismo tiempo una reducción del empleo y un aumento de las horas trabajadas por ocupado. En Alemania, durante la última crisis, no sólo es que el empleo no se redujo, sino que se crearon más puestos de trabajo a pesar de la caída de su PIB.

Por otra parte, la reducción de la temporalidad es otra de las bondades que ofrece esta ventana de flexibilidad interna que significa la reforma laboral de 2012. La ultra temporalidad que padece nuestra economía desde siempre es la terrible consecuencia de la falta de flexibilidad interna. Esta circunstancia provoca que muchísimos trabajadores no puedan tener un proyecto de vida de futuro con un mínimo de estabilidad y que nuestras empresas sean de media un 15% menos productivas. Por lo tanto, esa temporalidad abusiva es negativa para empleados, para empleadores y para toda la economía.

Tras aprobarse la reforma laboral, se perdió el miedo a contratar y el resultado fue que durante cada año posterior hemos sido capaces de crear medio millón de puestos de trabajo. Además, hemos pasado de necesitar crecer al 2% para crear empleo, a hacerlo con sólo algo menos del 1%. De hecho, antes de que estallara la crisis del coronavirus nuestra economía se apagaba y aún así mostraba cierta fortaleza para generar puestos de trabajo.

La reforma laboral es tan importante para el mantenimiento y la creación de más empleos, que cada vez que se ha generado ruido alrededor de la posibilidad de eliminar esta norma se han producido despidos preventivos. Por esto es especialmente inoportuna la incertidumbre que se ha generado alrededor del pacto alcanzado por PSOE, UP y la otra formación. Estamos al principio de una terrible crisis económica, hay cuatro millones de trabajadores en ERTE con sus empleos en el aire, y lo último que queremos es crear más incertidumbre a las empresas en un momento en el que es francamente complejo crear e incluso mantener empleos.

En cualquier caso, la reacción tan contundente de la Vicepresidenta Primera en contra de derogar la reforma laboral de Báñez es la mejor prueba de que se trata de una medida que favorece el crecimiento económico. Calviño tiene el objetivo de obtener financiación de la UE para España y conoce perfectamente que cualquier préstamo que nos ofrezcan tendrá siempre una condicionalidad real en términos de reformas que garanticen el crecimiento. Así que, el hecho de derogar la más eficaz de las que se acometieron tras la última crisis, provocaría que Bruselas seguiría cogiéndole el teléfono, pero sólo por educación.

Tenemos que recordar que nuestra deuda pública va a llegar al 120% y el déficit va a superar el 10% del PIB. Esto significa que somos un país muy vulnerable, así que para evitar más sufrimiento a la sociedad española, el presidente Sánchez haría bien en aclarar cuanto antes que no se van a eliminar instrumentos como la reforma laboral que, en ese mundo real que está fuera de los dogmas, mejoran la vida de las personas, y que además se dispone a acordar dentro del diálogo social nuevos mecanismos para generar riqueza y empleo, ayudando a las empresas.

*Francisco Aranda Manzano es economista y portavoz de CEIM.

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