OPINION

¿Nadando a trabajar? La imaginativa propuesta de un "carril-agua" para Londres

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Para millones de personas ir a trabajar en la gran ciudad supone pasar un rato largo en transporte público: el metro, el autobús, un trasbordo por aquí, otro por allá. Si uno gusta de hacer ejercicio, puede optar por dar un paseíto para rematar el transporte. O quizá, pedalear un poco y utilizar el carril bici. Claro que ya puestos… ¿por qué no usamos también el “carril agua”?

El Ayuntamiento de Londres ha recibido una propuesta que permitiría que sus ciudadanos puedan ir a trabajar nadando. O remando en barca. O como quieran desplazarse en el medio acuoso. Se trataría de una suerte de canal que recorrerá la ciudad, abierto para el uso de cualquier ciudadano cuando lo desee.

La propuesta del Y/N Studio, capitaneado por los arquitectos Alex Smith y David Lomas, aboga por convertir el Regent’s Canal en un curso acuático que pudieran usar los peatones. Esta vía acuática fue construida en 1902 como parte de la red de transporte fluvial de Londres y actualmente está en desuso; mide 13,8 kilómetros, comunicando el Canal del Gran Junction, al norte, con el Limehouse Basin y el Río Támesis, al este.

El nombre propuesto fue “LidoLine”, y se trataría de un canal acuático en el centro de la ciudad, que los usuarios podrían navegar para llegar antes al trabajo como lo prefirieran: nadando, a pedales, en piragua… Contaría con un sistema para que su cauce permaneciera en movimiento y limpio de gérmenes y bacterias.

La inspiración del estudio parece clara. El paseo del High Line en Nueva York ha despertado las envidias sanas de muchos alcaldes y ciudadanos de todo el mundo. Se trata de un enorme camino elevado, construido sobre una antigua vía ferrocarril, ahora repleto de zonas verdes por el que moverse por la ciudad. Aún así, esta propuesta parece mucho más atrevida.

El Y/N Studio afirma que la ciudad no necesita más espacios verdes (son ya un 38% de la ciudad), sino aprovechar las características únicas que tiene. El “Lido Line” no solo resulta original y útil, sino que supondría una mejora en el perfil ecológico de la ciudad. Además, ayudaría a que los ciudadanos estuvieran en forma y hasta se podría usar para diferentes eventos, bien en las orillas, bien en las propias aguas.

¿Y en invierno? ¿Qué hacemos cuando las aguas se congelen? Pues… ¡ir patinando! Lejos de suponer un contratiempo, los responsables de la propuesta revindican que durante esos meses se podría convertir en una pista de patinaje, dinamizando así el perfil de la ciudad, contando con un largísimo camino helado durante los meses de frío. En Julio podremos ir a currar nadando y en Enero… pues patinando.

De momento, este proyecto para construir el “High Line” de Londres ha quedado en segundo lugar en la convocatoria del alcalde. Pero los amantes de la natación no pierden aún la esperanza de engatusar a Boris Johnson, que es más de viajar colgado en una tirolina.

Web de Yn Studio. Más información en Architizier Blog

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