OPINION

Dedos gordos como precisos punteros para las pantallas táctiles del futuro

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¿Por qué las pantallas táctiles son cada vez más grandes que los dispositivos de teclas a los que pretenden sustituir? Sólo hay un culpable en esta involución de la tecnología táctil: los dedos gordos de los usuarios. Y es que cuando los objetos que se pretenden pulsar están demasiado cerca, haber nacido con unos dedos de pelotari puede resultar un verdadero problema.

Un estudio realizado por los investigadores Christian Holz y Patrick Baudisch en el Instituto Hasso Plattner en Potsdam, Alemania, sugiere que si las pantallas táctiles tuvieran en cuenta la inclinación de los dedos, éstas podrían reducir su tamaño en un futuro.

El "problema del dedo gordo" es la razón principal por la que los iconos de las pantallas sensibles al tacto son por lo general alrededor de 1 cm de diámetro. En los últimos años se ha abordado el problema de numerosas maneras, incluyendo la combinación de una pantalla táctil con una almohadilla sensible al tacto en la parte posterior del dispositivo, aumentando X2 la superficie útil.

El mejor ejemplo es este "LucidTouch", un sistema que cuando el usuario toca la interfaz en la parte trasera, una imagen de un dedo de la mano aparece detrás de los iconos en la pantalla y se mueve en sincronía con el dedo del usuario, casi como si el dispositivo fuese transparente. Sin embargo, sigue siendo un concepto harto lioso ese de interaccionar con un "dedo fantasma" que te rasca la espalda.

Para llegar a manejar el problema, Holz y Baudisch pidieron a 12 voluntarios con los dedos como baguettes tocar en repetidas ocasiones una diana en una pantalla táctil, midiendo ángulo específico con el que lo hacían (definida por las tres dimensiones de los ejes espaciales).

Encontraron que la pantalla táctil registra distintos puntos de contacto según las orientaciones dedo. "Algunos toques fueron extremadamente precisos según cómo se atacaba con el dedo la pantalla" afirman los investigadores. Llegaron a la conclusión que si el dispositivo de pantalla táctil "sabía" la orientación del dedo de la mano que le pulsaba, debería ser posible construir pantallas más pequeñas de lo que se creía posible.

Para comprobarlo pidieron a sus 12 voluntarios llevar a cabo un experimento similar, pero esta vez utilizando un sistema de ocho cámaras para capturar con precisión la inclinación de los dedos en la pantalla. Al probar su sistema y teniendo en cuenta la información de las cámaras, se triplicó la precisión de la interacción táctil.

Las huellas dactilares también pueden revelar la inclinación de un dedo, así que los investigadores adaptaron un tipo de escáner de huellas digitales utilizado en las fronteras internacionales para ver si su sistema podría funcionar sin cámaras. Este sistema, llamado "Ridgepad", analiza el centro de la huella digital dejada en el contacto con la pantalla y lo compara con una base de datos para calcular la orientación del dedo.

Sin embargo, la tecnología de escáner de huellas digitales no se puede trasladar a los dispositivos portátiles como teléfonos, porque sus componentes son todavía demasiado grandes. El éxito pues de estos descubrimientos dependerá de los rápido que la tecnología pueda adaptar sensores de tacto fino que puedan recoger las huellas dactilares con la suficiente fidelidad para calcular su orientación.

Entonces, los usuarios de dedos gordos y los de dedos finos podrán convivir en armonía con pantallas que serán, como mínimo, tres veces más pequeñas que las actuales.

Vía New scientist

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