OPINION

Criminólogos afirman que la delincuencia tiene una base biológica que se puede detectar en niños de 3 años

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Si su niño es un auténtico diablo, tiene bastantes papeletas de acabar entre rejas de mayor. Y rece porque este destino no esté escrito en sus genes. Una investigación presentada la semana pasada en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (que se clausuró en Washington el lunes) pone de relieve la importancia de los rasgos no emocionales en la identificación de niños con riesgo de conductas antisociales y delictivas.

Cada vez son más investigadores los que creen que las tendencias violentas tienen una base biológica y que unas simples pruebas de imagen cerebral pueden detectar a los niños en edad temprana con riesgo de convertirse en delincuentes en edad adulta.

Argumentan que, mediante la predicción del potencial problemático de los niños, se podrían introducir tratamientos para mantenerlos en el buen camino. Si las pruebas resultan los suficientemente precisas, se podría utilizar de la misma forma que las pruebas diagnósticas para muchas enfermedades.

Estas teorías fueron presentadas por dos de los criminólogos más reputados a nivel mundial, el británico Adrian Raine y la Dr. Nathalie Fontaine. El profesor Adrian Raine argumentó que una apariencia física anormal del cerebro puede ser la causa de la criminalidad y se puede detectar a partir de los 3 años.

Prof Adrian Raine

Sus estudios han demostrado que los psicópatas y los criminales tienen más pequeñas áreas determinadas del cerebro, como la corteza prefrontal y la amígdala, las cuales regulan y controlan las emociones y el comportamiento. También cree que la falta de acondicionamiento para temer el castigo, que se puede medir en los niños antes que la conducta antisocial sea evidente, podría ser un fuerte indicador.

La Dr. Nathalie Fontaine, quien también habló en la conferencia, sostuvo que los niños de tan sólo cuatro años pueden mostrar "rasgos crueles sin emociones" (como la falta de culpa y de empatía) que también podría sugerir un mal comportamiento futuro. La vinculación de estas características con "problemas de conducta", como rabietas constantes, pueden ser una importante manera para predecir quién podría ser anti-social en su vida posterior.

La Dr. Fontaine utilizó datos de más de 9.000 gemelos y mellizos nacidos en Inglaterra y Gales entre 1994 y 1996, procedentes de un estudio llamado TEDS (Twins Early Development Study), uno de los estudios más importante del mundo de cómo los genes y los factores ambientes dan forma a nuestro desarrollo desde el nacimiento hasta la edad adulta.

Los gemelos tienen la misma composición genética ya que vienen del mismo óvulo. Comparándolos a los gemelos no idénticos o mellizos, cuyos genes varían al venir de distintos óvulos, permite a los investigadores buscar el impacto de la genética en determinadas situaciones, diferenciando de otros factores como el medio ambiente en que viven.

Las evaluaciones de los rasgos crueles sin emociones y los problemas de conducta se basó en cuestionarios escolares cuando los niños tenían siete, nueve y 12 años. La información cuando los niños tenían cuatro años se obtuvo directamente de los padres. La Dr. Fontaine encontró que había una correlación entre los factores de riesgo a una edad temprana y el mal comportamiento a una edad mayor.

Para ambos oradores, la identificación de estas cuestiones previas podrían ser importantes en la detención de niños con muchas papeletas de convertirse en delincuentes.

Desde luego las implicaciones éticas de tratar a los niños antes de que hayan hecho nada malo son enormes; pero los investigadores sostienen que las causas "biológicas" y genéticas de la delincuencia no pueden ser ignoradas. Además, la detección no se espera que sea tan traumática como en "Minority Report", con un Tom Cruise aterrizando estrepitosamente sobre las guarderías para hacer redadas.

Pero, según los investigadores, una cosa está clara: tenemos que buscar las causas de la delincuencia a nivel biológico y genético, no sólo a nivel social.

Vía Science Daily

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