OPINION

La hoja de autoplegado, el origami del perezoso

ORIGAMIDEF
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El origami, el arte japonés de plegado de papel para obtener figuras (también conocido como 'papiroflexia'), no necesita de tijeras ni pegamento; tan sólo de una hoja de papel y las manos de un humano. Ahora puede que este segundo factor de la ecuación origámica desaparezca, gracias a un material que se puede plegar sobre sí mismo de manera automática.

Un equipo dirigido por Robert Wood, de la Universidad de Harvard, y Daniela Rus y Demaine Erik, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, han creado una hoja de cuadrados de fibra de vidrio de 4 centímetros de ancho formada por 32 secciones triangulares. Las costuras entre estos triángulos están hechas de caucho de silicona flexible y una fina lámina de aleación con "memoria de forma", que actúan de articulaciones.

Los materiales con memoria de forma, también llamados materiales inteligentes, son aleaciones metálicas que, después de una deformación aparentemente plástica, vuelven a su forma original después de un calentamiento.

Cada lámina se dobla para hacer el conjunto plano y se calienta a 420 ° C durante 30 minutos. Después se deja enfriar, mientras las láminas conservan un "recuerdo" de esa forma lisa, para volver a adoptar su forma preestablecida cuando se calientan por encima de una temperatura de transición de 70 ° C.

Los investigadores utilizaron un software de simulación de origami para elaborar el algoritmo de plegado, la secuencia de los pliegues necesarios para crear dos estructuras simples: un avión y un barquito de papel. A continuación, se envió una corriente a través de las láminas, calentándolas por encima de su temperatura de transición para generar el auto-doblado. Al controlar con precisión cuando se aplica la corriente, aseguran que la hoja pasa de plana a su forma pre-diseñada en sólo 20 segundos.

Aunque el equipo hasta el momento sólo ha conseguido crear formas origámicas simples, la técnica podría hacer que se crearan objetos a medida a partir de un simple pliego de material; siempre y cuando el tamaño de los triángulos se redujera y se aumentara su número.

Según el investigador Robert Wood sería como imaginarse una caja de herramientas que en vez de destornilladores y martillos tuviera sólo una pila de hojas de auto-plegado, capaces de reproducir las herramientas y las estructuras que se necesitan para un trabajo concreto

Pero más allá de la autogeneración de formas a partir de una hoja, las aplicaciones potenciales de este tipo de material ya podrían trasladarse a artículos de nuestra vida diaria: para crear planos de carreteras autoplegables en agosto (o mejor, mapas que pueden reproducir la topografía de una región a demanda), servilletas que se doblan solas en la secadora, tazas que se ajustan según la cantidad de líquido, coches con chapa que se recupera tras un golpe al aplicarle soplete...la imaginación y la temperatura son los límites.

Incluso podríamos hacer frente a los Decepticons sin necesidad de ayuda exterior...

Fuente: Proceedings of the National Academy of Sciences

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