OPINION

Estudiantes de Michigan Tech crean una chimenea que convierte las emisiones de CO2 en material de construcción

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Los científicos han estado luchando durante años para revertir los efectos devastadores del cambio climático mediante la invención de formas de atrapar el dióxido de carbono, la más extendida escondiéndolo bajo tierra. Sin embargo, la seguridad de este método es ampliamente cuestionada.

¿Y si en vez de esconder la suciedad bajo la alfombra pudiéramos construir una máquina para capturar las emisiones de carbono y convertirlas en algo útil? Un grupo de estudiantes de la Universidad Tecnológica de Michigan (Michigan Tech o MTU), EE.UU., han desarrollado una especie de chimenea capaz de capturar el dióxido de carbono (CO2) y convertirlo en material de construcción, en lo que podría ser el fin de la contaminación atmosférica y el comienzo para edificar un mundo nuevo en el que podamos respirar en libertad.

Komar Kawatra, presidente del departamento de ingeniería química de la institución, no podría estar más orgulloso de los estudiantes en su equipo de investigación (Janelle Paddock, Paul Hagadone, Alison Springer-Wilson, Aliabbas Sherally y Russ Jungnitsch), los que han logrado desarrollado este “sistema de lavado de gases de CO2”.

El proceso funciona gracias a un líquido específico que se coloca para drenar en la parte superior de la chimenea de 3,5 metros. Cuando el CO2 alcanza la parte superior de la máquina, la mitad de su contenido es absorbido por la sustancia líquida, que está formado por perlas de vidrio.

En el momento en que el gas llega a la parte superior de la chimenea, estas emisiones de CO2 son engullidas por el líquido. El proceso no sólo captura el carbono, que se convierte en una forma sólida y que puede ser utilizado como material de construcción; el mismo líquido también puede ser recuperado y utilizado de nuevo.

Otras chimeneas similares son capaces de captar hasta el 90% de carbono. El problema es que en estos casos el líquido debe ser también procesado, comprimido y almacenado, lo que hace el proceso muy caro y, a su vez, contaminante. Y sin salida más allá que el enterramiento bajo tierra o el vertedero.

La creación de este depurador ha sido un proceso lento, pero no exento de complicaciones. En un principio sólo eliminaba un 5% del CO2 y los estudiantes se sintieron desencantados. Pero tuvieron una experiencia ¡Eureka! cuando cambiaron el tubo opaco de la chimenea por un plástico transparente para que pudieran ver lo que realmente estaba pasando dentro, logrando aumentar hasta cerca del 50% la efectividad de su chimenea.

Ahora el grupo ha solicitado una patente y espera construir una planta piloto en cooperación con un socio de la industria, la Carbontec Energy Corp.

Según el profesor Kawatra, realmente la industria tiene un problema con la captura del CO2 y su reciclado, pues el proceso requiere de un costo adicional sin beneficio directo para ellos. Pero si es posible para la industria tanto la captura como producir un producto de estas emisiones que pueden vender a buen precio, entonces seguro que se muestran mucho más interesadas.

Por eso el objetivo final de este depurador es no sólo la captura de CO2 al menor coste posible, sino también la fabricación y comercialización de productos útiles que salgan de estas emisiones.

El profesor Komar Kawatra y sus muchachos.

Fuente: MTU a.k.a Michigan Tech

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