Aunque a muchos nos da un poquito de pereza (cuando no una total desgana), acudir con regularidad al gimnasio ofrece unos beneficios evidentes a nuestro organismo. Pero además de ayudar a nuestra condición física, parece que puede tener un efecto secundario igualmente positivo: el tener orgasmos con regularidad. Al menos si eres mujer.
Un nuevo estudio del Centro para la Promoción de la Salud Sexual de la Universidad de Indiana (EEUU), vincula las sesiones de ejercicios y aparatos con el placer sexual. Por lo visto, existen estudios vinculando los ejercicios de abdominales y los orgasmos desde la década de los 50, pero esta nueva investigación reafirma la conexión y acota las circunstancias en las que ocurren. ¿Qué ejercicios estimularán mejor tu punto G?
La doctora Debby Herbenick h utilizado una serie de encuestas online para reunir los datos, 124 mujeres han reconocido experimentar orgasmos inducidos por el ejercicio, y 246 sentían al menos placer sexual. La edad media era de unos 30 años, casadas y heterosexuales en un 69% de los casos.
La mayoría de las que reconocieron llegar al clímax admitían también que sentían vergüenza cuando entrenaban en lugares públicos. Y no: no estaban teniendo ningún tipo de fantasía sexual o pensaban en alguien por el quien se sintieran atraído. Se trataba de una respuesta a un estímulo meramente físico.
Como ya os hemos indicado, en la mayoría de casos (el 45%) se ha sentido el placer haciendo ejercicios abdominales, pero no es la única actividad que los consigue. Un 19% lo sintió haciendo bici estática o spinning. Otro 9,3% notaron esas sensaciones tan placenteras trepando por la cuerda. Por último, un 7% notaron, ejem, “algo raro ahí abajo” levantando pesos o corriendo.
Para los más interesados, el orgasmo suele llegar no tras unas repeticiones, sino tras una larga tanda de ejercicio, en la que el sujeto haya hecho trabajar su cuerpo a fondo. Un ejercicio, bastante intenso, es el que provoca una mejor respuesta: se trata de levantar nuestro peso con los brazos, llevamos las rodillas al pecho. Se suele realizar usando las llamadas "sills de capitán". Ciertamente cansado para aquellas en baja forma.
“Muchas mujeres nos contaron que le pasaba hasta de niñas. E incluso una mujer del estudio era virgen, y le encantó descubrir que podía tener estas experiencias en el gimnasio”, comentó Herbenick sobre su trabajo.
“Puede ser que ese ejercicio, que ya sabemos tiene beneficios para la salud y el bienestar, tiene el potencial para mejorar también las vidas sexuales de las mujeres. Puede que el ejercicio haya sido sobrestimado en los estudios clínicos del orgasmos de la mujer”, añadió, convencido de que su estudio ayudará a que muchas mujeres conozcan más de su cuerpo y su sexualidad.
Para rematar la faena, la doctora demuestra cierto sentido del humor. “Muchos de mis colegas no han oído hablar jamás de estos orgasmos. Así que estamos antes un caso similar al del Ratoncito Pérez. ¿Existe o no existe? Yo no tengo duda de que existe”, afirma. Hay que tener un poco de fe, amigos.
El estudio puede ayudar a comprender el vínculo entre el orgasmo femenino y la sexualidad y reproducción, puesto que en este caso, no se produce durante el sexo. Además, también puede aportar datos útiles para seguir estudiando por qué una de cada cuatro mujeres no consiguen alcanzarlo durante el acto.
Y, añadimos nosotros, es otra fuerte motivación para volver al gym. Por lo menos habrá que probarlo, ¿no?
Vía Bodyodd Imágenes vía Daily Mail y Fitfirma
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