OPINION

Tarjetas de crédito con contador de saldo en vivo

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Premiada con el red dot award de diseño 2009, la "Live Checking Card" es una tarjeta de crédito que arderá en las manos del usuario. En un mundo donde las tarjetas de crédito incorporan chips, bandas magnéticas y demás parafernalia de cobro, los plásticos siguen teniendo a cero el contador de la información al usuario

¿Cuánto nos queda en la cuenta? ¿Qué cantidad nos hemos gastado en un día de compras? ¿Habré llegado al límite diario? Todos estos datos, que deberían ser instantáneos con cada compra, deben consultarse con el banco, bien a través de Internet, bien esperando los extractos por correo.

Todo esto terminaría si la tarjeta de cobro fuera un medio de pago y, también, un medio de ahorro que mostrara la información bancaria en tiempo real. La Live Checking Card, de los diseñadores Yoon Young-Jin, Wook-sun Oh, Young-ho y Lee Jun-kyo Lee, acaba con esa barrera informativa y presenta una tarjeta de crédito con una pantalla de e-Ink que permitirá comprobar su historial de pagos y las transacciones de las cuentas bancarias a través de RFID (radiofrecuencia).

Cada vez que se realice una compra, la pantalla mostrará el saldo restante de modo que siempre sabrá cuánto dinero queda en la cuenta. Además de la información numérica, la tarjeta se ilumina para describir el estado instantáneo de las finanzas asociadas. Si el borde se pone azul, todavía hay pista para seguir gastando; pero si el borde se pone rojo...¡Ay si el borde se pone rojo!: significaría que ya no hay más dinero y que hay que retirarse con las bolsas entre las piernas.

Con estas características no sólo se está en una mejor situación para controlar el presupuesto; también ahorrará el medio ambiente. Tener acceso instantáneo a las cuentas bancarias detalladas significa que usted no tendrá que imprimir los estados para controlar sus salidas de compras recientes. Ni el banco tendrá que llenar su buzón con toneladas de árboles convertidos en papel para mostrarle los extractos.

El dispositivo utiliza la energía solar, lo que significa que tampoco hay que lidiar con las baterías. Y al ser un concepto digital, usted no tendrá que sustituirla con la frecuencia habitual en que caducan las tarjetas de plástico actuales.

Sólo le falta un lector de huellas para activarla y que los ladrones no sepan que ese plástico está premiado. Por todo lo demás, una gran idea.

Posibilidades de comercialización: 50%, a los bancos (que son los que la emitirían) les interesa más el "ojos que no ven..." que las elevadas comisiones que cobrarían por un producto así.

visto en Yanko Desing

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