Serendipia

Metaversismo

El metaverso
Metaversismo. 
©[Volodymyr Shtun] a través de Canva.com

El sufijo '-ismo' se usa en el lenguaje castellano para describir una situación que puede considerarse una tendencia o incluso una doctrina. El impresionismo en la pintura, el nacionalismo en la política o el puritanismo en la sociedad son ejemplo de lo anterior. No se me ocurre un mejor neologismo que Metaversismo para describir el momento en el que este nuevo universo virtual se ha convertido en omnipresente. Ora en un encuentro masivo de criptomonedas, ora para mis siguientes zapatillas, ora para adquirir una propiedad digital. Vayamos por partes porque la complejidad del concepto lo exige.

El metaverso ha penetrado en nuestras vidas sin darnos cuenta. Desde que, en octubre de 2021, Mark Zuckerberg anunciara el cambio de nombre de Facebook a Meta, no han parado de sucederse noticias relacionadas con el término metaverso -que como afirma el emprendedor Jesús Moradillos- es la candidata más fuerte a la palabra del año. Es difícil encontrar en el 2022 un día sin noticia sobre el palabro, un sector sin un plan o una prueba piloto para posicionarse allí o un profesional que supuestamente no vaya a necesitarlo para trabajar. ¡Internet ha muerto, viva el metaverso!

Pero el concepto, a pesar del momento álgido en el que está, no es nuevo ni lo ha inventado el fundador de Facebook. La profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona, Inma Haro, nos recuerda que ya en 1992, Neal Stephenson escribió la novela ciberpunk 'Snow Crash', en la que se acuñaban conceptos básicos para este nuevo entorno digital como metaverso o avatar. Unos años más tarde, en 2003, apareció 'Second Life', un rudimentario antecedente del metaverso que nació antes de tiempo a la vista de su fracaso.

Y qué es el metaverso. Si vamos a su etimología nos encontramos las raíces griegas meta (más allá) y verso (de universo). En la novela ya citada se hace referencia a un espacio lineal, algo parecido a una enorme calle, con microespacios creados por particulares y empresas. Quizás ayude el siguiente paralelismo. El continente sería el metaverso, en cualquier de las plataformas que ya hoy existen, es decir lo que hoy es Internet. Y el contenido, serían los metaversos que cada agente promueve que en el actual internet son las páginas webs.

El concepto, a pesar del momento álgido en el que está, no es nuevo ni lo ha inventado el fundador de Facebook

Si aún así queremos definir metaverso hay que saber que no hay un consenso sobre la definición y que seguro que evolucionará en los próximos años. Podemos tomar la definición del libro de Oscar Peña y para este autor es una “representación tridimensional, inmersiva y conectada de Internet. Un universo virtual persistente -seguirá existiendo estemos o no en él-, social -podemos relacionarnos e interactuar con otros- y descentralizado -no están en manos de una única entidad o plataforma- en el que los consumidores son capaces de saltar entre diferentes experiencias virtuales, o entre la representación virtual y real del mundo físico”.

Para Marlene Gaspar el metaverso permite ofrecer experiencias inmersivas mejoradas desde cualquier dispositivo (tabletas, móviles o gafas) y hacer casi cualquier cosa como en el mundo físico, llámese entretenimiento, compras, trabajar o socializar. Incluso poseer elementos virtuales únicos, gracias a los NFT y pagarlos mediante criptomoneda. 

No sabemos si el metaverso sustituirá, o más probablemente, convivirá con el internet actual en una suerte de internet 3.0

Eso sí, antes de que empecemos a dar por muerta a nuestra querida red de redes, hay que tener muy claro que estamos todavía en un estadio inicial del metaverso. Hoy no podemos hablar realmente de un metaverso, solo de 'protoversos' (universos independientes iniciales al estilo de 'Second Life') y realidades inmersivas (entornos virtuales que permiten tener experiencias mediante avatares) que se encuentran en un momento de lo que en su día fueron las primeras webs.

No sabemos si el metaverso sustituirá, o más probablemente, convivirá con el internet actual en una suerte de internet 3.0. Pero, en lo que sí hay consenso es que ha venido para quedarse. Y ahí está la causa de las expectativas puestas en su desarrollo futuro. Patricia Cavada y Luis Martín han recopilado varios estudios para poner negro sobre blanco lo anterior. Gartner, ha predicho que en 2026 el 25% de las personas pasará al menos una hora al día en este entorno y, de acuerdo con Statista, el tamaño del mercado actual roza los 47.000 millones de dólares en 2022 y la proyección es que alcance la burrada de 679.000 millones en 2030. Otros informes afirman que la economía del metaverso podría estar tasada en mucho más, entre 8 y 13 billones de dólares en 2030, con hasta 5.000 millones de usuarios. Pero llegar a ese nivel de mercado requeriría, según los analistas de Citi, una considerable inversión en infraestructuras. Para Analysis Group, dentro de una década el metaverso podría aportar tres billones de dólares, un 2,8 % al PIB mundial, si en términos de adopción evoluciona de la misma manera que la tecnología móvil. Este estudio también concluye que en Europa la expansión del mundo virtual podría suponer una contribución del 1,7% -o lo que es lo mismo 417 000 millones de euros- a la economía del continente en 10 años. Curiosamente, uno de los sectores en los que el movimiento del mercado relacionado con el metaverso ha sido más espectacular ha sido el inmobiliario. En 2021, las compraventas en el mundo virtual alcanzaron los 500 millones de dólares y la cifra podría doblarse en 2022 y llegar a los 1.000 millones de dólares.

Estas mareantes cifras traerán más sectores y operadores que los hoy dominantes, Microsoft y Meta; también un mayor escrutinio por parte de los reguladores. La actuación de la CMNV alertando del encuentro Mundo Crypto de Madrid es un anticipo de lo que vendrá. Será inevitable que este crecimiento del mercado virtual provoque que los supervisores y los gobiernos aborden cuestiones como las normas contra el blanqueo de dinero, el uso de las finanzas descentralizadas y los derechos de propiedad, en lo ya se ha bautizado como una futura y necesaria meta-ley.

Uno de los sectores en los que el movimiento del mercado relacionado con el metaverso ha sido más espectacular ha sido el inmobiliario

Más allá de lo mercantil, algunos profesores como el catedrático Alfonso Castillo Pérez, se han atrevido a considerarlo como la nueva imprenta por el impacto disruptivo que tendrá en nuestra civilización. En concreto pronostica que el metaverso es una nueva forma de comunicación, similar a lo que fue la imprenta, el cinematógrafo o los discos de vinilo. De modo y manera que gracias al metaverso se alcanzará la más sofisticada comunicación, por ejemplo, de mente a mente. Ojito que al mismo tiempo no faltan los escépticos que catalogan el metaverso como un 'soufflé' tecnológico o,peor aún, una zona opaca para delincuentes.

En cualquier caso, la realidad es que hoy ya tiene aplicaciones en empresas de la industria del deporte, textil, complementos, pero también en la energía, las finanzas y como ya se ha mencionado en el inmobiliario. Aunque con una apariencia rudimentaria y con la ayuda de gafas, es mejor estar presente como empresas o profesionales en el metaverso y fallar que criticarlo y quedarse fuera.

Si aún no te ha quedado claro la virtualidad del nuevo término metaversismo, te animo a que pienses si no estamos ya todos de algún modo viviendo en un metaverso. En la política parece que algunos gobiernan un universo paralelo sin darse cuenta de la falta de apoyo popular. En la economía este verano hemos gastado con furor tapándonos los ojos ante la crisis venidera. Y qué decir de todos esos que vuelcan en redes sociales una apariencia de éxito y felicidad tan alejada de la realidad.

Termino como empecé, hablando de '-ismos'. Porque es tal la tentación de usar un juego de palabras con ese sufijo para terminar este artículo que no he podido resistirme. Lo siento. Aquí va. Que nadie se equivoque y confunda metaversismo con travestismo. Porque con tanto metaverso y realidad virtual podemos acabar creyéndonos lo que no somos. Como en el travestismo, usar prendas del sexo contrario no te convierte automáticamente en otro género. De la misma manera, estar en el metaverso con un determinado rol no te inhabilita tener que volver, sí o sí, a tu vida analógica. Así que no queda otra que seguir teniendo una pata en ambos mundos sin confundir lo que realmente somos.

Mostrar comentarios