OPINION

Educación financiera: la llave para recuperar la confianza de los consumidores españoles

Revolución digital
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Durante los últimos años, la economía ha cobrado un gran protagonismo en nuestras vidas. Actualmente, los problemas de índole económica y los relacionados con el desempleo son algunas de las principales preocupaciones para el 87,3% de los españoles, según el último barómetro del CIS. La crisis nos hizo tomar conciencia de la importancia de gestionar correctamente nuestras finanzas personales, al tiempo que se gestaba una crisis de confianza en el sistema financiero que, a día de hoy, todavía no se ha superado.

Desde hace algunos meses, los consumidores han empezado a recuperar su optimismo, y el gasto se está dinamizando, tal y como demuestra el auge del crédito al consumo que, según datos del Banco de España, se incrementó en un 18,5% en 2017. Este indicador es muy positivo, ya que, al estimular el gasto, se impulsa la economía. Sin embargo, la confianza no se restablecerá hasta que ayudemos a los consumidores a entender y a gestionar sus finanzas personales. Es decir, a mejorar sus conocimientos financieros.

Una reciente encuesta lanzada por Creditea e IPF Digital España reflejó que, para el 75,51% de los consumidores españoles, mejorar sus conocimientos financieros supondría una ayuda para entender y gestionar sus finanzas. De hecho, el 15,79% reconocía carecer de los conocimientos necesarios para gestionar sus finanzas, mientras que casi el 30% aseguraba no sentirse cómodo con la terminología financiera.

Los resultados arrojados por la encuesta ponen de relevancia la brecha que existe entre la industria financiera y los consumidores. La complejidad de la terminología y la poca familiaridad de los conceptos financieros básicos generan grandes dificultades a los consumidores a la hora de afrontar tareas como la declaración de la renta, la gestión de su hipoteca, la lectura de la nómina mensual o incluso la solicitud de un crédito o un préstamo. Esa dificultad y esa falta de comprensión son las que erosiona la confianza entre unos y otros.

Un claro ejemplo de todo esto son los servicios de financiación, como los préstamos y los créditos al consumo, en los que la complejidad y la falta de información han generado problemas a muchos consumidores. Así, se ha dañado irreversiblemente la confianza de los consumidores en un servicio fundamental para la dinamización del crédito y la estimulación de la economía.

Afortunadamente, la llegada de las FinTech ha revolucionado las finanzas personales, poniendo el foco en el trato con el cliente para mejorar su experiencia y facilitar su acceso a los servicios financieros. Ahora tenemos la oportunidad de dar un paso más para recuperar su confianza. Si impulsamos el conocimiento financiero, se instaurará una relación de igual a igual, donde la transparencia, la claridad y la confianza serán las encargadas de liderar cada fase del proceso.

El beneficio es mutuo. Por un lado, los consumidores aprenderán a gestionar mejor sus finanzas personales, sacando el máximo partido a sus ingresos y controlando los gastos, lo que repercutirá no solo en su economía personal y familiar, sino también en la de todo el país. Además, la industria financiera recuperará la confianza de los consumidores, estableciendo con ellos relaciones más estables y a largo plazo.

La industria financiera ha evolucionado muchísimo durante los últimos años, con el objetivo de dar respuesta a las necesidades de los consumidores. La encuesta lanzada por IPF Digital muestra que la sociedad está pidiendo a gritos un impulso de la educación financiera. Con la crisis, perdimos su confianza. Si queremos recuperarla, debemos centrar nuestros esfuerzos en satisfacer esta demanda.

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