OPINION

Casado liderará la oposición a Pedro Sánchez mientras Iglesias se hunde

El presidente del PP, Pablo Casado (2d) las candidatas del PP a las europeas, Dolors Montserrat (i) y a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (2d) junto al candidato popular al Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. /EFE
El presidente del PP, Pablo Casado (2d) las candidatas del PP a las europeas, Dolors Montserrat (i) y a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (2d) junto al candidato popular al Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. /EFE

La noche arrancó con vientos de fronda soplando contra Pablo Casado, con oscuros augurios sobre su futuro, pero no habían dado las doce cuando la oscuridad se iluminó con el triunfo agónico del PP en la capital de España y en la Comunidad de Madrid: el fiel de la balanza que separa la condena de la absolución o la gloria del fracaso, se inclinaba claramente a su favor. El líder popular ha logrado mantener las posiciones sin graves quebrantos y, sobre todo, ha conjurado el sorpasso con el que amenazaba Albert Rivera. El estancamiento de Ciudadanos, sumado al hundimiento de Unidas Podemos, arroja otra de las principales conclusiones de la noche: se afirma el bipartidismo y Casado se gana por derecho propio ser la alternativa a un Pedro Sánchez que ayer consolidó su liderazgo.

La pugna sobre la primogenitura ha quedado resuelta para los próximos cuatro años a favor del PP, sin género de dudas. Pablo Casado supo extraer las conclusiones adecuadas de las generales y logró una cierta reactivación de su votante tradicional, bien sacándolo de la melancolía en la que había caído, bien alejándolo de la tentación de Vox. Emparedado entre Rivera y Abascal, Casado ha sabido resistir las acometidas a diestra y siniestra con entereza. Lo cierto es que los resultados de Ciudadanos han sido mediocres y apenas si pueden inquietar a los dirigentes del PP, más allá de la esgrima de pactos que se abra en los próximos días.

Lo lógico y natural es que PP y Ciudadanos, con el apoyo de Vox, pacten en ayuntamientos y comunidades donde sean mayoritarios una especie de contrapoder al PSOE de Pedro Sánchez, Pese a la victoria holgada del PSOE en las europeas y al buen comportamiento de sus candidatos en municipios y autonomías, de algún modo los españoles optaron ayer por limitar el poder del Gobierno socialista al darle el poder a la oposición en el corazón del Estado y en media docena de comunidades autónomas. La batalla política no pasará solamente por el Congreso, sino también por Madrid, Andalucía, Galicia, Murcia, Aragón y, desde luego, Cataluña. El contrapoder a Sánchez cobrará gran protagonismo más allá de las sesiones parlamentarias.

Por lo demás, sobre quien desaguó anoche la catástrofe fue sobre la cabeza de Pablo Iglesias, cuya continuidad al frente de Unidas Podemos ha quedado sentenciada: quien hace cuatro años anunció al mundo que tomaría los cielos por asalto, habrá de conformarse con un puestecito de ministro en un gobierno de Pedro Sánchez, dejando a su mujer en su puesto. El balance de Iglesias es un desastre sin paliativos, pues su partido no sólo se ha hundido en prácticamente todos los frentes (ayuntamientos y comunidades donde eran decisivos), sino que también deberá responder por la derrota de la izquierda en Madrid. El sospasso de Errejón ha sido rotundo, inapelable, definitivo. Si esta semana se celebraran primarias abiertas en Unidas Podemos es muy probable que las ganara de calle Iñigo Errejón.

En suma, a partir de ahora empieza una nueva etapa en la reorganización del viejo bipartidismo, dado por muerto prematuramente. Pablo Casado se ha legitimado con hechos para dirigir el partido en esta larga travesía del desierto que no culminará hasta 2023. Cuenta a su favor con una sólida estructura en toda España y dispone del tiempo necesario para restañar heridas, corregir errores y ganar credibilidad.

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