OPINION

España, condenada al rescate: urge un Gobierno de emergencia PSOE, PP y Cs

Sánchez videoconferencia presidentes autonómicos
Sánchez videoconferencia presidentes autonómicos
Europa Press

El cerrojazo alocado de la economía decretado el sábado por Pedro Sánchez conduce a la recesión, por lo que España está condenada, esta vez sí, a pedir el rescate. Con un déficit fuera de control y una deuda en expansión vírica, solo es cuestión de tiempo que los "hombres de negro" entren por la puerta.

Si Rajoy lo evitó hace ocho años, peleando en solitario contra todos, contra Merkel y el Norte protestante y contra la izquierda, fue porque transmitió confianza y tenía mayoría absoluta en el Congreso. Era fiable aun entre los escombros. Pero hoy, ¿quién se va a fiar de un Gobierno cuya ministra de Trabajo tacha a los empresarios de canallas desalmados el mismo día que les cierra las empresas?

El fracaso de la telecumbre europea del jueves pasado no deja lugar a dudas ilusorias. Olvídense señores del Sur de que paguemos la cuenta del populismo y avalemos sus deudas con nuestros ahorros; no habrá 'coronabonos' ni 'bonos de guerra' ni 'Plan Marshall' para mutualizar la ruina de quienes fueron cigarras en vez de hormigas. ¿Cómo fiarse de los dos gobiernos que peor han gestionado la lucha contra el coronavirus? La epidemia no distingue fronteras, pero al parecer sí entiende de gobernantes.

Holanda, siendo un país pequeño, pobre y apenas poblado, no levantó un imperio en el siglo XVIII haciendo obras de caridad, sino prestando dinero a los comerciantes que implantaron colonias por todo el mundo y dominaron las grandes rutas navales, fuente de inmensas riquezas. Es de ingenuos creer que los holandeses, como los alemanes o los suecos y daneses, con Gran Bretaña fuera del club, impugnarán ahora su ADN mercantil para auxiliar a dos países cuyos gobernantes no les inspiran ningún crédito. Sánchez, Conte: ahórrense las engoladas proclamas europeístas y céntrense en negociar bien el rescate. "¿Tenemos acuerdo, Pedro?”, le dijo Merkel, y Sánchez creyó que era una pregunta.

La puerta que ha señalado la canciller se llama MEDE, Mecanismo Europeo de Estabilidad, con todas sus consecuencias. Fue la puerta que abrieron hace diez años Grecia, Portugal, Irlanda y Chipre para salir de la quiebra con grandes sacrificios y una pérdida del 30% de su nivel de vida, sobre todo los pensionistas, bajo la estricta supervisión de los "hombres de negro". El sistema bancario español también echó mano de este mecanismo tras la quiebra de las cajas, con un coste de 60.000 millones de euros. Hubo apoyo, pero no caridad. Esa es la 'memoria del 2008' que guarda Europa de aquella crisis, no la que se obstina en vender la izquierda populista.

Pero quien gobierna la España de hoy no inspira la misma confianza que hace 9 años. Cuando vendes tu alma al mejor postor a cambio del poder, ya sabe todo el mundo que solo vales por lo que pagas, no por lo que eres. Si te quedas sin dinero, nadie te fiará. ¿Qué fiabilidad tiene un Gobierno con populistas de ultraizquierda que sobrevive gracias al apoyo de los condenados por golpistas? Europa no dará a Sánchez-Iglesias un trato mejor que a Tsipras.

España retrocede a la casilla de Zapatero, paro y ruina, con la diferencia de que ahora no hay un Rajoy con mayoría absoluta para sacarle las castañas del fuego, solo un gobernante noqueado que improvisa en 'prime time' y ofrece por televisión el rostro de la derrota.

No obstante, pese a todo, los españoles aún tienen una oportunidad para evitar el rescate duro que los empobrecerá gravemente. Se llama Gobierno de Emergencia PSOE, PP y Cs. Entre los tres reúnen el respaldo de 218 diputados, suficientes para elaborar unos Presupuestos Generales realistas, para convencer a Europa de que somos un país serio y, sobre todo, para reconstruir la casa común que la peste ha cuarteado dramáticamente con el concurso irresponsable de unos gestores bolivarianos. Europa, como los españoles, necesita certidumbres, no discursos de 'boy scout'.

¿Abrirá los ojos Pedro Sánchez, ahora que vuelve a tener problemas de insomnio, o seguirá dando tumbos como un boxeador sonado? Tú puedes encerrar a todo un país en casa y pedirle sangre, sudor y lágrimas pero a cambio has de infundirles fe en la victoria. Fe y esperanza, la virtudes esenciales de un líder en tiempos de tribulación. Aviso por megafonía: si hay algún líder en la sala, por favor acuda a recepción; el inmenso hospital que hoy es España necesita uno urgentemente.

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