Marca de Agua

La España fallida de Pedro Sánchez alarma a Europa

Pedro Sánchez Carmen Calvo Pablo Iglesias
La España fallida de Pedro Sánchez alarma a Europa.
EFE

El fantasma de una España fallida recorre Europa. Intelectuales, medios de comunicación y 'think tanks' de diferentes países, especialmente de Alemania y Francia, alertan desde hace semanas de cómo la demolición del edificio institucional español, auspiciada por quienes están obligados a defenderlo, amenaza con colapsar un Estado cuyos gobernantes son incapaces de frenar la pandemia y de combatir la profunda crisis económica. Que por no saber, ni siquiera saben o quieren contar el número de muertos causados por el virus. Si España ha sido señalada como el país más contagiado y el más hundido económicamente, no es a causa de una maldición bíblica: los culpables tienen nombres y apellidos.

Desde su formación hace nueve meses, el Gobierno de Sánchez e Iglesias ha gestado un país enfermo, empobrecido, dividido y crispado, devuelto al cainismo y abandonado a radicales y separatistas cuyo objetivo es dinamitar el pacto constitucional. De nada han servido diez años de sacrificios y esfuerzos titánicos para superar la crisis de Zapatero de 2010. Cuando todo indicaba hace dos años que España salía del túnel y regresaba a la primera fila del club europeo, sobrevino el hundimiento de la mano del Gobierno social-comunista, sin parangón en Europa por su sectarismo. Vuelve España al túnel, pero ahora sin esperanza.

Es comprensible que Europa esté alarmada ante el esperpento de un Gobierno cuyo vicepresidente es señalado judicialmente por tres delitos y aún no ha dimitido ni ha sido destituido. Grotesco espectáculo que alcanza su clímax con los ataques de ese mismo vicepresidente y de varios ministros al Jefe del Estado, al tiempo que pactan leyes y presupuestos con separatistas y herederos de ETA (853 asesinatos, 307 sin resolver), con el anti-Estado. Pero no termina aquí el desatino: el propio presidente Sánchez no duda en vetar al Rey en un relevante acto del Poder Judicial en Barcelona por exigencia de los dirigentes golpistas.

Más allá de los Pirineos resulta incomprensible el obsceno asalto a la Fiscalía y el acoso al Poder Judicial con amenazas directas a jueces concretos y a la propia institución, sobre la que pende una reforma legal en marcha que dinamita la separación de poderes consustancial al Estado de Derecho. Algo parecido al modelo bolivariano de Maduro y más insolente que el desafío polaco que tanto alarma en las cancillerías europeas. El cambio en el sistema de elección del Poder Judicial impulsado por PSOE y Podemos supone el mayor ataque a la independencia judicial desde la restauración de la democracia y violenta la doctrina constitucional, que más allá de la letra pequeña obliga a grandes consensos parlamentarios para garantizar la separación de poderes. A Sánchez e Iglesias les importa un bledo todo esto y han decidido pasar por encima con el desparpajo de los sátrapas bananeros.

Ante este cúmulo de agresiones a los fundamentos democráticos, sin los cuales son imposibles la convivencia y la pertenencia a Europa, no es de extrañar que los socios europeos duden de si este Gobierno está capacitado para gestionar eficazmente los 140.000 millones en subvenciones y créditos prometidos por Bruselas; desde luego, con sus credenciales políticas, ningún banco le daría a Sánchez una hipoteca, ni siquiera la caja amiga de Iglesias. Al invadir el terreno judicial, Moncloa carga de razón a los gobiernos comunitarios que advierten de que España no es de fiar.

Lo cierto es que los recelos europeos van a más y empiezan a hacer mella en la fatua complacencia sanchista. Ese es el motivo por el que el Gobierno ha creado un comité de expertos para mejorar la imagen de España. Es un grupo de diez filósofos, politólogos y científicos, la gran mayoría curiosamente colaboradores del diario gubernamental, a los que se ha encargado, ojo al cristo que es de plata, la misión de alumbrar un documento sobre qué es España y qué papel puede ocupar en el mundo. Después de 500 años de historia, el trabajito dice mucho de quién lo encarga. Tienen hasta final de año para elaborarlo y deberá hacer hincapié en la rica pluralidad española como ejemplo inspirador para otros países.

Me pregunto a qué nación puede inspirarle la kale borroka o el matonismo de los CDR, el cierre arbitrario de Madrid o el separatismo rampante. ¿A Francia? ¿Tal vez a Alemania? ¿O a las repúblicas balcánicas? Lo más revelador de esta encomienda es que si a Pedro Sánchez le preocupa la imagen exterior de España es que las dimensiones del desastre exceden lo que públicamente está dispuesto a admitir. Al punto de que peligra el maná europeo que pretende gastar anticipadamente.

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