Capital sin Reservas

Bienvenido Monsieur Mbappé

El fiasco del Real Madrid con el astro francés demuestra que en los grandes negocios, aparte de vender bien, es primordial asegurar eficazmente las compras. En ACS existe algún otro episodio que recuerda al de Mbappé.

El mundo del fútbol se ha echado las manos a la cabeza con el fichaje frustrado de Mbappé que se suponía estaba atado por Florentino Pérez
El mundo del fútbol se ha echado las manos a la cabeza con el fichaje frustrado de Mbappé que se suponía estaba atado por Florentino Pérez
La Información

Mal asunto. Eso es lo que pensaron algunos de los cortesanos, madridistas ellos, que fueron invitados a la cena de gala ofrecida por los reyes para agasajar al emir de Qatar en su reciente visita a España. En un momento dado y de manera supuestamente espontánea el jeque Al Thani reclamó la presencia a su lado de Nasser Al-Khelaifi, el célebre presidente del Paris Saint-Germain (PSG), uno de los setenta miembros, casi todos hombres, que formaban parte del séquito real. Fue entonces cuando entre los empresarios españoles que acudieron a la recepción se cruzaron gestos de complicidad acerca de la ausencia, especialmente destacada, de Florentino Pérez. Un síntoma inequívoco, al decir de los más sabidillos, del siniestro desenlace que iba a deparar el sueño de ver a Kylian Mbappé vestido de blanco como estandarte del futuro Real Madrid: “lo verás, lo verás sí, pero no lo qatarás”.

En el mundo de los negocios, y el fútbol televisado es una industria que mueve miles de millones cada año, la posición compradora es la que distingue a los ganadores en momentos de crisis como el que actualmente vivimos a nivel global. La incertidumbre y la desconfianza favorecen siempre las estrategias vendedoras que contribuyen al saneamiento de los balances y ponen de relieve ejercicios prudenciales coyunturalmente encomiables para los observadores más cautelosos del mercado. Pero es el buen hacer inversor el que acredita a los grandes empresarios que aquilatan su capacidad intrínseca para tomar riesgos y generar riqueza adicional con la liquidez previamente obtenida por la venta de sus más preciadas propiedades. No se trata sólo de separar el grano de la paja sino también de ampliar el granero para asegurar la sostenibilidad de la cosecha en el medio y largo plazo.

El Señor Florentino, como le denominó Mbappé hace una semana en su escueto whatsapp de despedida, ha proyectado una imagen de excelencia empresarial mediante una pose compradora con el mismo estilo, valiente y ofensivo, que ha caracterizado históricamente el juego del Real Madrid como el mejor equipo del planeta fútbol. Sin embargo, desde hace ya algún tiempo, los más superiores esfuerzos inversores llevados a cabo por el magnate a partir de su buque insignia de ACS ofrecen desenlaces muy similares al acaecido con el frustrado fichaje del astro parisino. En este rosario de avatares es particularmente ilustrativo el episodio de Iberdrola cuando el grupo constructor vendió previamente Unión Fenosa a la antigua Gas Natural de Isidro Fainé con la intención de concentrar todas las aspiraciones energéticas en la compañía que entonces presidía y ahora maneja con omnímodos poderes Ignacio Galán.

La ausencia de Florentino Pérez en la cena de gala con el emir de Qatar levantó las primeras sospechas entre los empresarios allí presentes sobre el frustrado fichaje de Mbappé

ACS tuvo que salir finalmente del capital de Iberdola por la puerta falsa después de un conflicto que a día de hoy continúa latiendo en los tribunales a raíz de las célebres escuchas del comisario Villarejo. Personado en la causa contra la empresa eléctrica vasca existen argumentos para pensar que Pérez sigue sangrando por la herida que dejó su fallida apuesta. La verdad es que desde entonces las más singulares y célebres operaciones realizadas por su grupo se han sucedido mediante ventas de activos, en algunos casos tan exitosas e inopinadas como es la colocación de la filial industrial Cobra al grupo francés Vinci. Una desinversión que dejó perplejo al mercado dado el sello de la diversificación que dio lustre años atrás al imperio corporativo del célebre constructor, pero que ha supuesto ingresos financieros para ACS por un importe de casi 5.000 millones de euros.

Florentino ha demostrado que no para en barras cuando se trata de poner en almoneda los activos que pueden atraer a más y mejores compradores. En el caso del Real Madrid las transferencias de jugadores han sido la nota predominante en estas últimas temporadas, incluyendo la salida entre otros del mismísimo Cristiano Ronaldo, el jugador más valorado en el club después del mítico Alfredo Di Stefano. Todo ello, al decir de la prensa deportiva, para asegurar el acopio de recursos destinados a la construcción del faraónico estadio Bernabéu y con la vista puesta en disponer de recursos para pagar a Mbappé. La jugada le ha funcionado a medias porque el nuevo templo madridista, con su césped retráctil y demás gollerías, va a salir por un pico que se barrunta en torno a los 1.000 millones, de modo que los tesoreros del club tienen motivos para desahogar las penas por el ahorro que permiten las calabazas del futbolista galo.

El que no se consuela es porque no quiere, pero lo que ahora toca es encontrar nuevos players para recomponer el perímetro de actividad de ACS en el mercado concesional y renovar la plantilla de un Real Madrid que viene estirando al límite el carné de identidad de sus principales figuras. El desarrollo corporativo del grupo empresarial está poniendo a prueba también las intensas complicaciones que entraña la búsqueda de alguna oportunidad a precio razonable dentro de un negocio dominado por las grandes marcas multinacionales de eso que se denomina el private equity o capital riesgo. Florentino se vio obligado a plegar velas hace un año en Italia cuando intentaba adquirir las autopistas de Autostrade con una propuesta que le fue rechazada con desdén y ahora ha ocurrido tres cuartos de lo mismo después de que la familia Benetton se haya subido a la parra con una oferta insuperable para hacerse con el pleno control de Atlantia, accionista mayoritario de la española Abertis.

La 'grandeur' del Real Madrid es que hoy hará felices a todos. A los millones de madridistas si gana la 14 o a los tantos o más de 'antis' si es el Liverpool el que levanta la orejona

Al igual que ocurre en la batalla contra los grandes clubs-estado de la Champions, está visto que en el mundo de las más altas finanzas no todas las uvas están maduras. Algunas incluso obligan a complicados litigios judiciales que conllevan un enorme riesgo reputacional y de credibilidad, sin que tampoco existan mayores garantías de éxito. ACS se las vio y las deseó con Iberdrola y el Real Madrid se las tiene tiesas ahora con la UEFA en defensa de ese proyecto zombi que es la abortada Superliga europea. Veremos a ver cómo, cuándo y en qué acaba la dichosa aventura y esperemos que su conclusión no produzca un desengaño como el de Mbappé, que ha pasado de largo por Madrid de la misma manera que lo hizo el supuesto Míster Marshall de Berlanga.

Pero el Real Madrid, que diría Florentino, nunca se rinde y esta noche en la gran final de París volverá a hacer feliz de nuevo a toda la humanidad. A los millones de madridistas si finalmente cae la 14 o, en su defecto, a los casi tantos o más de ‘antis’ si es el Liverpool el que levanta la orejona. No pasa nada que las otras 13 ya están ganadas. Esa es la verdadera ‘grandeur’ del club más laureado y envidiado del mundo. Cómo no te vamos a querer si fuiste campeón de Europa una y otra vez. Por ello y por lo que pueda ocurrir, Bienvenido Monsieur Mbappé.

Mostrar comentarios