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Indra, Prisa y un golpe bajo al sistema de cooptación de los 'popes' del Ibex

El Registro Mercantil de Madrid estima que sólo la junta general puede cubrir las vacantes de los consejeros cesados por la propia asamblea, lo que impedirá en adelante aprobar nombramientos por acuerdo del consejo.

La última junta general de Indra, y el escándalo que provocó en bolsa, ha empezado a producir sus primeros efectos colaterales
La última junta general de Indra, y el escándalo que provocó en bolsa, ha empezado a producir sus primeros efectos colaterales
EP

No ha sido esta vez el Gobierno coaligado de la Nación, con ese instinto intervencionista al que nos tiene tan acostumbrados, ni mucho menos la CNMV, siempre colocada de perfil en modo Esfinge ante los grandes escándalos que periódicamente surgen en los procelosos mercados financieros. Ni uno ni otra parecen interesados en aprobar la última y gran asignatura pendiente de la pasada temporada y que al paso que llevamos será la primera del presente ejercicio que ahora comienza, polarizado en torno al célebre caso Indra. En esta ocasión el que ha tomado cartas en el asunto es el Registro Mercantil, con una decisión que ha pasado desapercibida en un principio, pero que amenaza con poner patas arriba los mecanismos, tejes y manejes, con que son designados tradicionalmente los consejeros en el seno de las más importantes sociedades cotizadas en España.

El buque insignia de la industria española de Defensa, una de las entidades empresariales que está llamada a convertirse en excepcional beneficiaria de los fondos europeos y de la que dependen también los recuentos de los procesos electorales en nuestro país, sobrevive bajo la sombra de la duda que propició en junio pasado el cese automático sin contemplaciones de todos sus consejeros y consejeras independientes. Una operación de asalto y derribo que podría servir de inspiración para elaborar un caso de estudio en una buena escuela de negocios. Casi tres meses después del incidente de marras el organismo regulador sigue haciendo la vista gorda como si quisiera poner en práctica dentro de la bolsa española esos nuevos planes oficiales educativos que, a partir de ahora, permiten pasar de curso arrastrando alguna que otra materia en suspenso.

Las investigaciones que apuntaban a una eventual concertación entre la SEPI y el fondo Amber del inversor armenio Joseph Oughourlian han sido virtualmente sobreseídas para concentrar todos los esfuerzos de supervisión y control en la calidad de idoneidad de los nuevos administradores que serán designados para completar el diezmado consejo de administración de Indra. La recomposición del máximo órgano de gobierno no puede hacerse esperar por mucho tiempo si es que los actuales rectores de la empresa no quieren poner todavía más en evidencia a la Comisión de Valores y su proverbial a la par que genuino mutis por el foro. La compañía se ha curado en salud con el compromiso de que los nombramientos tendrán lugar con todos los predicamentos de una junta general extraordinaria que debería convocarse como muy tarde en este mismo septiembre para su celebración antes de que acabe octubre.

El registrador ha puesto en tela de juicio el histórico sistema de cooptación con el que son nombrados los consejeros de las grandes sociedades cotizadas   

La invocación a la masa social reunida en asamblea como estamento soberano encargado de designar a los futuros consejeros ofrece una excelente coartada para mayor tranquilidad de Moncloa y su principal inquilino, Pedro Sánchez. El jefe del Ejecutivo ha seguido los avatares de Indra muy de cerca, con la consigna permanente de evitar salpicaduras que pudieran manchar su imagen en un momento especialmente delicado para su integridad política. De ahí que el presidente Marc Murtra, propuesto hace poco más de un año como sustituto de Fernando Abril-Martorell, haya tenido que renunciar definitivamente a cualquier poder ejecutivo como representante del Gobierno, un sacrificio que algunos interpretan como un castigo por el atrabiliario modo y manera en que se han desarrollado los acontecimientos y que, en el peor de los casos, le impedirá continuar en el futuro al frente de la compañía.

De igual manera la entidad que preside Rodrigo Buenaventura ha visto el cielo abierto y confía ahora en que el Gobierno haga alarde de contención institucional con un surtido de buenos y contrastados independientes, incluyendo no solo afines socialistas sino también algún que otro ex ministro, o mejor ex ministra, con antiguas vinculaciones al Partido Popular. La labor que pueda llevar a cabo el dueño de Amber como mediador para llegar a un consenso entre Sánchez y Feijóo es un elemento a tener muy en cuenta y es de esperar que las tensiones electorales desatadas en esta rentrée no enturbien la búsqueda de los nuevos paladines encargados de blanquear el gobierno corporativo de Indra siguiendo la pauta empleada en otras empresas públicas como Enagás o Redeia, la antigua Red Eléctrica, en cuyos consejos de administración se turnan y conviven antiguos 'popes' de las dos grandes fuerzas parlamentarias.

La regeneración y redención de la empresa controlada por la Sepi y cotizada en bolsa desde el año 1999 exige ahora de plenos cuidados intensivos si se quieren evitar los nocivos efectos colaterales que amenazan con alterar gravemente el modus operandi de todo el selectivo y poderoso IBEX 35. El Registro Mercantil de Madrid ha lanzado un primer aldabonazo tras rechazar la inscripción de un nuevo consejero dominical en Prisa sin un acuerdo previo de la junta general. La compañía que no en vano preside el propio Oughourlian ha tenido que convocar de urgencia una reunión extraordinaria con sus accionistas, a celebrar este próximo miércoles, para poder sentar en su consejo de administración a Andrés Varela Entrecanales, el representante de Global Alconaba, flamante socio de referencia del grupo de medios de comunicación como comprador del paquete de referencia que poseía Telefónica.

El objetivo de Indra consiste en seguir la senda de Enagás o Red Eléctrica que suelen contar con 'independientes' vinculados tanto al PSOE como al PP

El registrador entiende que una sociedad que apela al ahorro privado mediante la contratación pública de sus acciones no puede nombrar por decisión de su consejo de administración a ningún administrador que sustituya o venga a ocupar la vacante de otro que ha sido previamente cesado por un acuerdo adoptado en junta de accionistas. La decisión constituye un extraordinario golpe de efecto para los mercados de valores por cuanto que refrenda más que nunca la jerarquía suprema de la asamblea general como máximo órgano de decisión empresarial. Ni los más estrictos códigos de gobierno corporativo habían otorgado un espaldarazo tan determinante a la masa anónima de accionistas minoritarios que suele ser considerada como un cuerpo amorfo y perfectamente manipulable por parte de los rectores al mando de las empresas en bolsa.

Por añadidura, y a poco que cunda el ejemplo dentro del Colegio de Registradores, el viejo sistema de cooptación que validaba hasta ahora la designación de los consejeros habrá pasado a la historia en España. Las sociedades cotizadas y, especialmente sus primeros espadas jurídicos, tienen motivo para preocuparse por cuanto que en adelante sólo podrán hacer efectivos cambios en sus poderosos órganos de administración a través de sus juntas generales. El pequeño y obligado paso que va a dar Prisa supone un salto de gigante para el buen gobierno corporativo que, en todo caso, convierte a las grandes y poderosas sociedades cotizadas del Ibex en víctimas propiciatorias de los avatares habidos y por haber de Indra. Está visto que no hay mal que por bien no venga.

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