Opinión

Crisis energética, una oportunidad para España si cesan las ocurrencias políticas

Vladimir Putin, solo en el Kremlin.
Crisis energética, una oportunidad para España si cesan las ocurrencias políticas.
DPA vía Europa Press

Los europeos hemos despertado y ya no pensamos que Putin no se atreverá a más o se quedará sólo en Donbás. El nuevo Zar ruso quiere dominar Euroasia y no parará en Ucrania. El acuerdo firmado con el presidente chino el pasado 4 de febrero afirma su ambición de recuperar su influencia sobre las antiguas repúblicas socialistas y reinstaurar el imperio ruso. Lo hace en un país donde desde hace años ha instaurado el terror y los políticos, periodistas o ciudadanos que se enfrentan a él acaban presos o muertos.

Rusia sigue siendo una economía primaria y uno de los principales productores de materias primas del mundo y Europa es su principal cliente. La prioridad estratégica para poder hacer frente a la gran amenaza que supone Putin para la seguridad en Europa es reducir nuestra dependencia de sus materias primas. Rusia produce además de petróleo carbón y gas, paladio, platino, aluminio, níquel, cobre, zinc, etcétera.

En todos esos mercados la invasión de Ucrania ha provocado un fuerte aumento de los precios. En una economía de mercado los precios reflejan la escasez y el temor a embargos o la menor capacidad de comercialización de Rusia tras las sanciones. Todos tienen su complejidad, pero sin duda el mayor problema es con el gas.

La crisis del gas comenzó hace un año y el pasado noviembre, antes de la invasión, la Comisión Europea ya elevó los precios previstos hasta 80 euros el megavatio, más del doble que antes de la pandemia. La causa principal es que el gas es la fuente primaria estratégica en la transición energética mundial para reducir las emisiones y frenar los efectos del cambio climático que ya son más que evidentes y con elevados costes económicos asociados: sequías, desastres naturales, hambrunas, migraciones masivas a países desarrollados, etcétera.

El sol y el viento son la forma más barata de producir electricidad, pero no producen cuando lo necesitas, especialmente el viento. El 24 de febrero cuando Putin comenzó la invasión de Ucrania, el 30% de la electricidad europea se produjo con energía eólica. Pero en medio de la crisis, el viento se paró y bajó hasta sólo el 10% de la producción total y la diferencia se generó con gas. Putin es consciente de esa debilidad y la utiliza en su estrategia expansionista. La energía nuclear por el contrario no se puede parar cuando es necesario. Y sólo el carbón o el fuelóleo podrían sustituir al gas, pero con muchas más emisiones contaminantes y a un coste también muy elevado tras la invasión.

La Comisión Europea ha anunciado una batería de medidas para hacer frente a la crisis energética que puede provocar una nueva recesión en Europa, a sabiendas de que Alemania ya entró en recesión el pasado trimestre. Y los líderes europeos tendrá que aprobar la estrategia este jueves en la Cumbre de Versalles.

La Comisión propone permitir que los países toman medidas de planificación y fijación de precios en los mercados minoristas para proteger a los consumidores y ayudas de estado para las empresas, especialmente para la industria que está amenazada a estos precios de la energía. Por lo tanto, la invasión de Ucrania de facto ha desactivado el mercado único energético transitoriamente. Solo esta medida indica la magnitud y complejidad de la crisis a la que nos enfrentamos. Faltaría acordar un nuevo sistema de fijación de precios mayoristas, ya que con el actual aún se alcanzan récords históricos. No debe haber consenso aún y los líderes tendrán que tomar una decisión.

Bruselas exigirá a los países un nivel mínimo de reservas el próximo otoño, para evitar escasez de suministros y medidas de restricción de consumo de gas y energía. Conviene recordar que en 1980, tras la crisis provocada por la Guerra de Irán e Irak, los hoteles en muchas ciudades europeas tenían racionada sus horas de calefacción.

Para España la crisis es una gran oportunidad para convertirnos en la Arabia Saudí europea, como reconoció la presidenta Von Der Leyen el pasado sábado en Madrid. España tiene el doble de horas de sol que nuestros socios europeos y está llamado a ser el gran productor de electricidad fotovoltaica europeo. Para ello es necesario aumentar la interconexión eléctrica con Francia. En estos momentos hay 4 gigavatios de conexión y hay un plan para lanzar un cable desde Guetaria hasta Bayona y casi doblar esa conexión. Y ese plan se podría financiar con fondos europeos. Esta sería la primera vez que España desde la revolución industrial tiene una fuente primaria de energía abundante y más barata que nuestros socios europeos y permitiría una estratega de política industrial para desarrollar más empleo y mejores salarios en el futuro.

Como reconoció la presidenta de la Comisión, nuestro mayor valor estratégico son nuestras empresas del sector de renovables, nuestro conocimiento y curva de aprendizaje y nuestro capital humano, con las mejores escuelas de ingenieros y centros tecnológicos de renovables de Europa. Por lo tanto, además de política industrial, esta crisis sería una oportunidad única para ser líderes tecnológicos en el sector de las renovables. Destaca Iberdola, pero también Acciona, Gamesa, TSK, etcétera. España ya tiene campeones mundiales que son una gran fuente de generación de empleos de calidad en el presente y en el futuro inmediato.

España tiene la mejor red gasista de Europa y la menor dependencia del gas ruso, gracias a las cuantiosas inversiones en el pasado. Comenzaron el gaseoducto con Argelia en 1996 y continuaron con la red de regasificadoras en nuestros puertos que funciona en estos momentos al 50% de su capacidad. Bruselas quiere conectar un gaseoducto con Francia. Por la vía de urgencia se podría tener operativo en el próximo otoño, el momento de mayor riesgo de escasez de suministro en Europa. Y generar decenas de miles de empleos con buenos salarios, especialmente para nuestros jóvenes.

Esta gran oportunidad exige unos nuevos 'pactos de la Moncloa' y un consenso de país que nos fortalezca como españoles en Bruselas. El Gobierno de Sánchez debe acabar con las ocurrencias, como el impuesto al sol y al viento que aprobaron por decreto el pasado septiembre. Por fortuna Bruselas forzó la rectificación en pocas semanas. El nuevo PP de Feijóo debe acabar también con las ocurrencias y definir cuál es su proyecto energético para España.

Podemos ya tiene la posibilidad de planificar los precios de la energía. También deben acabar con las ocurrencias y pasar del megáfono en los mítines y las televisiones al Boletín Oficial del Estado. Y hasta Vox debe acabar con sus ocurrencias acusando a la energía eólica y solar del eje del mal global. Teruel Existe y el resto de partidos regionalistas deben acabar con sus ocurrencias del “renovables sí pero no en mi terruño

Nos enfrentamos a una grave crisis energética que nos empobrecerá a corto plazo ya que una parte de nuestra renta y nuestro PIB se irá a otros países. Es el momento de dejar de pensar que puede hacer España por nosotros y pensar que podemos hacer cada uno de nosotros por España. Nos estamos jugando el futuro de nuestras pensiones y la posibilidad reducir la brutal hipoteca que les hemos dejado a nuestros hijos.      

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