Opinión

'Grazie mille' Lord Rogers, un Leonardo da Vinci del nuevo milenio

Richard Rogers
'Grazie mille' Lord Rogers, un Leonardo da Vinci del nuevo milenio. 
EFE

Ha fallecido Lord Richard Rogers, un Leonardo da Vinci del nuevo milenio. Florentinos ambos. Los españoles no somos conscientes de su aportación al crecimiento y el empleo de nuestro país y por eso he decidido dedicarle hoy mi columna en agradecimiento. Yo era un joven economista que trabajaba en la tesorería de un banco tomando posición activa en los mercados financieros. Un profesor de mi universidad, Antonio García Tabuenca, me recomendó ir a entrevistarme con Estudio Lamela Arquitectos que necesitaban un director financiero. El trabajo no tenía nada que ver con mi trayectoria entonces, pero ni dude en ir a la entrevista.

Llegué al estudio en diciembre del año 2000 con el cambio del milenio. El Estudio había ganado, junto al estudio de Rogers, el concurso para diseñar la T4 de Barajas. Solo vi una vez a Richard, pero su espíritu estaba presente en todo el equipo y cada uno de las decisiones del proyecto. Los colegios profesionales de arquitectos seguían bajo la influencia de una ley de Serrano Suñer en 1936 y sus honorarios se fijaban en función de los metros cuadrados del proyecto. La T4 tiene una extensión de casi 1,5 kilómetros, casi como desde la Plaza de Castilla hasta el Santiago Bernabéu, y no había precedentes en España.

Firmamos el contrato con Aena por personas y horas trabajadas, como actualmente se hacen los grandes proyectos, y sin la presencia de un tótem de la arquitectura mundial como él no habría sido posible. El equipo conjunto Rogers-Lamela tuvo recursos para atraer talento y juntamos, seguramente, al mejor equipo de arquitectura que ha habido en España. Rogers era un gran visionario y creativo, como Da Vinci, pero con una increíble precisión técnica y un control económico súper estricto.

El negocio de la arquitectura tiene ingresos muy volátiles y son muy vulnerables financieramente. Richard era muy progresista, colaborador activo del partido laborista británico y miembro de la Cámara de los Lores y tenía un elevado nivel ético. Al tratarse de un proyecto público y clave para el desarrollo de España eran intransigentes hasta extremos insospechados con la eficiencia y el control de costes. El total del plan Barajas costó más 6.000 millones y tuvo una fuerte desviación sobre lo planificado. La planificación se hizo a principios de los noventa sin burbuja inmobiliaria y la mayor parte de la desviación fue por la expropiación de suelos en los años de la burbuja para construir dos nuevas pistas en paralelo y duplicar la capacidad de vuelos del aeropuerto. Eso permitía a Barajas entrar en el exclusivo grupo de los cinco grandes 'hubs' europeos.

Las dos terminales, T4 y T5 o satélite, y el edificio de aparcamiento, el mandato que teníamos los arquitectos, se presupuestó en unos 450 millones y se ejecutó sin desviación. Ahí fue clave también el excelente control de Aena y la espectacular ejecución de las constructoras españolas. A la vez que hacíamos la T4, Rogers hacía la T5 de Heathrow en Londres. Nuestra terminal se ejecutó en la mitad tiempo y costó una tercera parte.

Richard era un intelectual y anticipaba mejor que nadie el futuro de las ciudades y la presión sobre el pequeño planeta Tierra

Fue mi primera experiencia real con el cambio climático y la sostenibilidad. El edificio tiene nueve metros de altura y una fachada de vidrio poco aislante. Los arquitectos exigieron el diseño de un sistema de climatización sólo hasta 3,5 metros de altura. Los pasajeros tenemos sensación agradable pero los pájaros que entran y vuelan por encima de esa cota tienen calor en verano y frío en invierno insoportable para el ser humano. La luz natural entra hasta los sótanos de los hipódromos de las maletas y toda la iluminación del aeropuerto se diseñó sólo para ese edificio con mínimo consumo de electricidad. La cubierta del aparcamiento fue el primer gran jardín ecológico en un edificio de esa dimensión en España y de los primeros del mundo.

La terminal también fue un prodigio de innovación. Los arquitectos diseñaron las fachadas de nueve metros de vidrio sin estructura metálica visible. No había precedentes en el mundo y se ejecutó 100% por ingenieros de constructoras españolas. Los chinos vinieron a visitar la terminal cuando yo estaba en el Estudio. Nos convocaron para el concurso de la T3 de Shanghái que luego ejecutaron ellos solos, algo lamentablemente demasiado habitual en China. Clavaron buena parte de la terminal, pero no se atrevieron a replicar el muro cortina de la fachada. 

Su mayor aportación era en urbanismo. Richard era un intelectual y anticipaba mejor que nadie el futuro de las ciudades y la presión sobre el pequeño planeta Tierra, como él lo llamaba siempre, de la acción humana. Diseñó el urbanismo del soterramiento de las vías en Valladolid, que aún no se ha ejecutado, y colaboró en la operación Chamartín, el mayor proyecto de desarrollo urbanístico de Europa en el momento actual. 

En aquel momento una consultora económica estimó que el aeropuerto suponía el 15% del PIB de la ciudad de Madrid. Ahora será mucho más y aún tiene mucho potencial para aumentarlo. Sería impensable el éxito que ha tenido el turismo en la ciudad de Madrid en la última década sin la ampliación de Barajas. También el posicionamiento de la ciudad para hacer negocios, con un metro y un tren de cercanías que te sitúan en el centro de la ciudad en 20 minutos con un coste mínimo. Reforzó nuestra presencia en América Latina. También fue clave para el desarrollo del turismo de calidad estadounidense, árabe y asiático que aterrizan en Barajas y acaban visitando; Segovia, Ávila, Toledo, Granada, Córdoba, Sevilla, Bilbao, Santiago de Compostela, etcétera.

El proyecto ya contemplaba la ampliación de una tercera terminal satélite a la izquierda de la T4 que se acaba de aprobar. También tiene proyectada una estación de alta velocidad que en breve podrá ser una realidad tras las obras que Adif ha acometido en los últimos años en el centro de Madrid. Eso democratizaría aún más el impacto del aeropuerto sobre todo el territorio español y especialmente en la España despoblada.

Cuando se diseñó y se ejecutó el aeropuerto nadie pensaba que tendríamos un teléfono inteligente con conexión de internet que supondría la mayor revolución tecnológica del ser humano desde que comenzamos a vivir en comunidad y desarrollamos el lenguaje en el Neolítico hace 40.000 años. La ampliación de Barajas sitúa a Madrid y a España como destino preferente de los nómadas digitales en Europa. Favorecido, además, por la nueva ley de 'startups' que les permitirá tener una financiación privilegiada del 15% en IRPF y sociedades durante cinco años. Yo he trabajado en muchos proyectos en mi vida, pero es del que más orgulloso me siento. Ahora vivo enfrente y escribo está columna viendo la T4. Muchas noches salgo con mis niños para decirles orgulloso: 'allí trabajó papá'. Yo era el del dinero y el menos importante. Todo el equipo de españoles y británicos con más de quince nacionalidades fue determinante. Pero sin Richard sería impensable verlo como lo disfrutamos hoy.

'Grazie mille' Lord Rogers y descanse en paz.

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