En mi molesta opinión

El independentismo le toma la medida al 'sanchismo'… i ho tornarem a fer

Sánchez y Rufián
Sánchez y Rufián

Tengo curiosidad por saber cómo acabará esa intentona golpista de pacotilla -dado el tipo y el número de implicados- que han montado unos conspiranoicos en Alemania hace pocos días y que, sin embargo, la policía y los servicios de inteligencia se han tomado muy en serio, como cabe esperar en casos donde se pone en juego la parte fundamental del Estado y de la democracia. Este grupúsculo de extrema derecha estaba liderado por un aristócrata con la cabeza no muy bien amueblada -dicen los que le conocen-, y que se hace llamar príncipe Heinrich XIII Reuss; todos ellos pretendían acabar por la fuerza con la República Federal -casi nada- y con la vida del canciller Scholz por estar convencidos de que sus gobernantes son miembros de un “Estado Profundo” que supuestamente gobierna Alemania.

Según los primeros indicios, hay unos cincuenta detenidos acusados de terrorismo, parecen pocos elementos para perpetrar su objetivo de asaltar el Bundestag y “usar medios militares” contra representantes estatales, aunque para defender las leyes vigentes y la democracia nunca es suficiente protección y siempre es bueno estar alerta. Los que tampoco infravaloraron los hechos, porque en Alemania los ataques al orden Constitucional se toman muy en serio, fueron los 3.000 agentes de policía y seguridad que realizaron más de 130 registros. Expongo este caso porque nosotros, ciudadanos libres del Reino de España, nos hemos visto sometidos estos mismos días a la actitud contraria que ha tenido el Gobierno alemán con los ciudadanos que intentaban atentar contra su Estado constitucional.

Por nuestra parte, hemos comprobado como Pedro Sánchez y su Ejecutivo decidían derogar el delito de sedición y rebajar el de malversación en el Código Penal, para reducir de este modo las condenas a cualquier intento “golpista” que atente contra la legalidad Constitucional de la nación. En breve, también veremos qué sucede con el referéndum en Cataluña... En su defecto, mientras tanto, comprobaremos cuál es el grado de condena que se les aplica a los presuntos golpistas alemanes, y evidenciaremos si las supuestas penas son tan livianas como nos quiere hacer creer el propio presidente Sánchez cuando dice que hay que equipararse a las leyes europeas (algo ridículo en cuestiones de corrupción), lo mismo que repiten como loros algunos ministros que a pesar de ser jueces de carrera, parece que ya se han “olvidado” de proteger y defender la Justicia que prometieron en su día.

No podemos olvidar tampoco que los cambios en el delito de sedición y malversación, además de estar hechos con una urgencia injustificable y una alevosía que clama al cielo, han sido ambos pactados -y eso es lo más grave: que haya políticos auxiliando la malversación de otros políticos- en beneficio de uno de los principales favorecidos de esta reforma penal, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que presume de ser el socio preferente del Gobierno y que maneja a su antojo las necesidades de su futuro político. Sirva de ejemplo esta traducción del original catalán de un texto de Oriol Junqueras reproducido en Twitter hace escasos días: "Con pasos como este, conseguimos concentrar toda nuestra fuerza política para poner justicia allí donde hay injusticia. Sólo así será posible limitar la capacidad represiva del Estado y, al mismo tiempo, avanzar en el camino de la construcción de una República catalana justa”.

Para no andar en disquisiciones florentinas acerca de si lo de Alemania es lo mismo que lo sucedido en Cataluña en 2017, les recomiendo lean el artículo de este lunes pasado, día 12, en El País, escrito por Juan Luis Cebrián. El ex director de este diario que fue símbolo periodístico de la democracia española advierte del peligro de algunos partidos políticos que trabajan desde hace tiempo por el debilitamiento del consenso de la Transición: “Promueven la polarización, el enfrentamiento, y falta poco para que en nombre de la memoria histórica aticen la confrontación en la sociedad civil”. Palabras duras pero inequívocas que deberían hacer reflexionar a todos los partidos, pero sobre todo y principalmente a los que están en el Gobierno y alteran sin buscar consenso el orden constitucional y las leyes vigentes.

Está claro que la independencia de los poderes del Estado está cada día más amenazada por la propia supervivencia y descontrol del poder Ejecutivo. Sin embargo, la soberanía nacional que reside en el Parlamento y que legitima a ese mismo poder Ejecutivo, ha sido usurpada de sus funciones -según Cebrián- por los gobiernos y las mayorías que los sustentan: “La ciudadanía se siente cada vez más alejada de las funciones parlamentarias y existe una auténtica crisis de representación. La realidad es que lejos de controlar el Parlamento al Gobierno es el Gobierno el que diseña, en solitario o en coalición, el control del Parlamento. Así lo estamos viviendo hoy en el caso del matrimonio de conveniencia entre PSOE y Podemos y su ménage à trois con ERC”.

Pero quizá el párrafo más clarividente del ex director de El País sea el que hace referencia a la quiebra de las democracias con la presencia sin cortapisas “de partidos antisistema que minan la legitimidad del régimen. No digamos nada si esos partidos se encaraman directamente al poder ejecutivo. La reforma deprisa y corriendo del Código Penal, sin dialogo con la oposición y en connivencia con los enemigos de la propia Constitución, ponen de relieve una vez más las tendencias autoritarias del poder (…). Al Gobierno corresponde por Ley la defensa del Estado. Convendría que el PSOE, facción Sánchez, explicara a sus electores cómo puede defenderse al Estado aliándose con quienes perpetraron un golpe contra su unidad territorial, proclamaron la declaración unilateral de independencia y han prometido hasta el aburrimiento que volverán a hacerlo”.

Satisface ver que Juan Luis Cebrián no se autocensura ni se corta un pelo a la hora de exigir responsabilidades, incluso jurídicas, “y no solo políticas, al Gobierno y su presidente”. Ya que muchos opinan que la mencionada alianza es un acto de “complicidad con una organización delictiva (…). El artículo 102 de la Constitución habla de las eventuales responsabilidades criminales del Ejecutivo, que en el caso del terrorismo de Estado terminaron por enviar a la cárcel a un ministro socialista, y en el de la corrupción a otro del PP”. Las palabras de un reconocido intelectual de izquierdas como Cebrián ponen de manifiesto la magnitud de los hechos que está perpetrando Pedro Sánchez y su Gobierno complaciente, donde nadie del mismo se atreve a cuestionar ningún problema sobre las exigencias descabelladas del líder socialista, cada día más ensoberbecido con su propia figura, y según palabras de él mismo, convertido ya en ilustre miembro de la historia por remover a Franco de un sepulcro a otro.

Es evidente que el problema lo ejecuta Sánchez con sus decisiones pero lo sufren los españoles con esos mismos errores, principalmente y de manera cercana por suprimir el delito de sedición y rebajar el de malversación. Tal y como se están regulando algunas leyes fundamentales, todo indica que en España hoy se protegen los intereses políticos particulares por encima del interés general de una sociedad cada día mas decepcionada y ofuscada, y sobre todo por una izquierda que creía que el “sanchismo” era algo distinto… A partir de ahora veremos cómo avanza ese independentismo radical empeñado en romper las costuras del Estado con su mítica frase: “Ho tornarem a fer”. 

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