En mi molesta opinión 

Las "paradojas" de Otegi y Franco alegran la vida de Pedro Sánchez

Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados
Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados
EFE

Vivimos tiempos abiertamente bochornosos, vergonzosos, ignominiosos y todos los “osos” que ustedes quieran ‘cazar’ y añadirle a esta escopeta nacional. En gran medida es debido a la desfachatez política que se ceba en nuestras vidas sin rubor. Me tengo dicho, y muy recordado, que España -aunque sucedan cosas parecidas en otras partes del mundo- está excesivamente politizada en sus formas y formatos. Que no hay noticia que aparezca en portada de cualquier informativo sin que se hable de los políticos de turno, de sus tonterías de turno, de sus abusos de turno, de sus maldades de turno, etc. Como si en el mundo no hubiera nada más que política y políticos. No se dan cuenta de que estamos hartos de pensar que sólo la política en todas sus vertientes nos puede salvar la vida.

No me quejo de que se hable del Gobierno y de las instituciones públicas, en su justa medida, pero sí lamento que nuestro hacer cotidiano y nuestro mundanal existir estén tan limitados y forzados, y lo que se llama ‘sociedad civil’ permanezca ‘sotto voce’ , escondida en la trastienda como si no pintara nada, y en su lugar se diera paso a la palabrería y la mentira, y, si me apuran, a la ignominia oficial. La economía, la justicia, la educación, la cultura..., también tienen vida propia y existen más allá de la política.

Si además de estar escocidos de tanto politiqueo barato los ciudadanos nos tenemos que tragar las patochadas inoportunas de los mencionados “líderes” como si hablaran desde una perspectiva inteligente, oportuna y sensata, entonces el exceso de negligencia alcanza cotas sangrantes. A las pruebas me remito. Arnaldo Otegi, coordinador general de EH-Bildu, el señor de ETA, se ha marcado una “bachata” antológica de las que te ponen los cabellos de punta, por su autenticidad y su lastimosa sinceridad. Lo dijo justo el día que aprobaron los Presupuestos: "Se da la gran paradoja de que no hay Gobierno de progreso en el Estado español si los que nos queremos marchar (de España), y además somos de izquierdas, no lo sostenemos”.

Pues sí, aunque suene a “parajoda” más que a paradoja lo cierto es que Bildu y compañía, es decir, Esquerra Republicana de Catalunya, ambas formaciones separatistas, son las que se encargan de sostener con sus apoyos formales y en calidad de socios a un Ejecutivo progresista y social-comunista que camina a grandes pasos hacia el precipicio. Todo apunta, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dada la situación y las compañías a las que se entrega sabrá dar ese paso decisivo al frente cuando estemos al borde del abismo. Una vez precipitados podremos desmontar toda la estructura del Estado y así fundirnos en la mayor de las miserias. Lo sorprendente, es que en estos tiempos tan cínicos el Ejecutivo se empeña en tener muy presentes a las víctimas de la Guerra Civil que fallecieron hace 80 años, mientras por otra parte quiere olvidar a las víctimas de ETA que hace diez años todavía morían asesinadas a manos de los terroristas.

Otro ejemplo de que algo falla en esta sociedad politizada y ausente de sentido común, son los propios comentarios del presidente del Gobierno afianzando su ombligo, no a un grupo de amigos en una cena informal, sino ante un amplio auditorio homenajeando a Almudena Grandes, escritora fallecida hace un año. El protagonista no era él pero quiso serlo, y sus palabras y su ego hablaron de lo que más le gusta, su persona. Y allí se lanzó Pedro Sánchez a ponerse a sí mismo como gran ejemplo de futuro: "Una de las cosas por las que pasaré a la historia es por haber exhumado al dictador de un gran monumento como el que construyó en el Valle de los Caídos”.

Toma ya autobombo. Para que luego digan de Cristiano Ronaldo. Sánchez no quiso que un seguro servidor como Félix Bolaños pronunciara esas mismas palabras delante de él, deseó escucharlas de sus propios labios: “pasaré a la historia”. Houston tenemos un problema. Un buen psicólogo seguro que podría comentar algunas cosas de esta egolatría subida de tono, de este exceso de admiración hacia la propia persona. Eso sí es un dato histórico. También lo es no haber derrotado al dictador cuando era necesario, en la Guerra Civil o durante los cuarenta años de dictadura, y luego presumir de vencerle cuando lleva muerto más de 45 años. Si eso es vencer y si por ello merece pasar a la historia… se equivoca plenamente. Y lo peor, que no se dé cuenta de ello.

Son tiempos extraños e incongruentes cuando menos, que la sociedad española deberá ratificarlos o rectificarlos cuando se pongan las urnas dentro de unos meses, en 2023, tanto en las elecciones autonómicas y municipales, como en las generales. Para decidir si Sánchez va por buen camino, o si en cambio Sánchez es un desatino para España y los españoles. Mientras tanto, nosotros y ustedes, los observadores impertérritos de este carnaval político, seguiremos tomando nota de lo que acontezca por excesivas que sean las locuras y excentricidades políticas que vivamos y suframos todas las semanas, incluso diría yo, todos los días. No nos queda otra. Resiste y vencerás. Y si quieres que Sánchez cumpla su sueño de pasar a la historia, ya sabes, adelanta su cita.

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