OPINION

¿Tenemos los políticos que nos merecemos?

Los españoles, incluidos –of course- los catalanes, somos la repera. E término repera no es muy ortodoxo que digamos, pero define bien nuestra característica más destacable: no nos ponemos de acuerdo aunque nos vaya la supervivencia en ello. Es imprescindible reformar la Constitución. No es el

momento de tocar la Constitución. El juez Llarena es un genio. El juez Llarena comete una gran pifia retirando la euroorden de captura contra Puigdemont. El independentismo está desactivado gracias al artículo 155. El 155 da alas al independentismo que roza de nuevo la mayoría.

Es cierto que la discrepancia agudiza el intelecto y que donde todos piensan igual nadie piensa mucho, pero buscar un consenso no debería ser una misión tan imposible. Cuando veo dos políticos españoles darse la mano y anunciar que han llegado a un acuerdo, se me humedecen los ojos y siento un éxtasis monumental ante esta verdadera 'rara avis'.

Por ejemplo. En el cara a cara de Inés Arrimadas y Marta Rovira en La Sexta, arbitrado por Jordi Évole, no se pusieron de acuerdo ni una sola vez en todo el programa, sin embargo resultó ser un inspirador debate experimental. No por lo que se dijo de interesante sino por lo que NO se escuchó. Arrimadas expuso algunas ideas angulares, tampoco excesivamente brillantes; y Rovira siguió en su línea, confirmando que no se entera, que sus limitaciones políticas y dialécticas son muchas, su carisma nulo y su estulticia creciente. Hay que ser un fanático de

psiquiatra para entusiasmarse con las frases alicaídas de la “tieta” Rovira.

Sin embargo, lo más revelador llegó cuando el zorro Évole les preguntó los datos reales de la Cataluña real. Número de personas en paro. Número de colegios que albergan niños estudiando en barracones. Número de mujeres asesinadas por violencia de género. Etc. Ni una. Oiga, ni una acertaron. Ni Arrimadas ni Rovira. Las dos despejando balones cómo podían. Soltando cifras a bulto por si tocaba la lotería. Lamentable y grave espectáculo el que dieron. Porque ese es el verdadero problema, los políticos se dedican obsesivamente a mirarse sus ombligos soberanistas, pero los problemas reales de Cataluña que los solucione la Verge de

Montserrat. En el caso de Rovira es más grave, si cabe, ya que su partido, ERC, lleva gobernando en Cataluña desde hace tiempo.

Por si fuera poca la desgracia de tener estos políticos, también existe el

infortunio de tener ciudadanos “bobos y bobas”, así llamados por ser unos "bourgeois bohemians"; para entendernos, unos “pijos” con pasta a los que no les preocupa demasiado poner en apuros serios a la sociedad mientras ellos consigan lucir su sueño estelado. Hay que recordar que la movida independentista no es una revolución de los débiles contra los fuertes, sino lo contrario. Esta crisis separatista la pagarán sobre todo los más pobres, porque serán los primeros que perderán sus empleos. Los bobos y bobas, casi todos funcionarios clientelares, seguirán con su

vida de caprichos y fanfarrias.

Lo grave de tener unos políticos como estos que pululan por nuestras vidas, es que además intentan perpetuarse en sus cargos, incluso después de cometer colosales errores, como proclamar un República simbólica y ahuyentar a miles de empresas. Y a los hechos me remito. El 85 % de los políticos que participaron en el nefasto y descreditado “procés”, quieren repetir, quieren seguir chupando del bote público, a pesar de haber fracasado en sus objetivos por enésima vez.

Además, estos mismos chupópteros reconocieron que se equivocaron con la República, que “no había suficiente agua en la piscina”, que no estaba bien organizado el día después ni la proclamación de la misma; toda una sarta de excusas baratas parta admitir que su objetivo político fue un fiasco monumental, que ha llevado a Cataluña a una de sus peores crisis económicas y sociales.

Sin embargo, los mismos responsables de este descalabro que aún no ha

terminado y que puede empeorar, no huyen y se esconden para que no les señalen como unos grandes ineptos. No, qué va. Estos mismos botarates políticos, van y repiten en las mismas listas electorales de las próximas autonómicas. Y nadie dice nada, ni pone el grito en el cielo, ni rompe un vaso, ni se asusta ante tanta desfachatez. En lugar de echarles, de botarles a patadas, les van a votar de nuevo con sus papeletas para que puedan volver dónde estaban y puedan volver a estamparnos contra la ilegalidad, y hundirnos en la miseria existencial un poco más. Quizá sea cierto que tenemos los políticos que nos merecemos.

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