OPINION

Los comicios andaluces se convertirán de nuevo en el termómetro político

Susana Díaz, candidata socialista a la Junta de Andalucía / EFE
Susana Díaz, candidata socialista a la Junta de Andalucía / EFE

Lo hemos comentado en varias ocasiones: las elecciones andaluzas que van a celebrarse el próximo 2 de diciembre vuelven a iniciar, al igual que sucedió en 2015, un nuevo ciclo electoral en España. Hace tres años los comicios en Andalucía sirvieron para conocer —y, en cierta medida, anticipar— las tendencias electorales que iban a presentarse en las elecciones posteriores (municipales, autonómicas y generales). Ahora, de nuevo, estas elecciones andaluzas van a ser el termómetro electoral que va a medir la temperatura de los diferentes partidos antes de encarar las elecciones municipales, autonómicas, europeas (¿y generales?) del próximo año.

Quedan apenas dos semanas para que se resuelvan algunas de las preguntas —no todas— que se plantean antes estos comicios: ¿dejará de ser el PSOE la primera fuerza política en Andalucía?, ¿quién será el principal partido de la oposición?, ¿qué partido será el referente del centroderecha?, ¿qué pactos postelectorales se acabarán conformando?

Según el sondeo preelectoral de Metroscopia publicado este pasado lunes, de momento, y a menos de quince días para las elecciones, la única certeza parece ser la que responde a la primera de las preguntas arriba planteadas: el PSOE volverá a ser el partido más votado en el conjunto de la comunidad y el que mayor número de diputados logre en la Junta de Andalucía. Será la décima vez que lo consiga de las once veces que se han celebrado elecciones autonómicas en esta Comunidad. Tras todas ellas, se conformó un Gobierno liderado por los socialistas (bien en solitario bien en coalición bien con apoyos externos). ¿Ocurrirá los mismo esta vez? Pues bien, todo dependerá, me temo, de las respuestas al resto de preguntas sugeridas. Y aquí, el camino se vuelve nebuloso.

¿Quién será el principal partido de la oposición?

El PP ha sido el rival tradicional de los socialistas en Andalucía, pero, en esta ocasión la segunda plaza estará más disputada que nunca. La estimación electoral de Metroscopia refleja un práctico empate por la segunda posición entre tres formaciones políticas —Ciudadanos, Adelante Andalucía y PP— todas ellas, algo inédito en la política andaluza, por encima del 20% de los votos. Ciudadanos tiene, hoy por hoy, una leve ventaja, pero las diferencias entre los tres partidos está en unos pocos miles de votos. Cualquiera de los tres podría ser segundo. Cualquiera cuarto.

Así las cosas, tampoco es posible dar una respuesta concluyente sobre qué partido será el que lidere el centroderecha andaluz. Ambas formaciones se juegan mucho. Ciudadanos no va a encontrar, probablemente, un momento más propicio que el actual para lograr el sorpasso, con un PP andaluz cuya marca y líder presentan una imagen desgastada —como se desprende del sondeo de Metroscopia— y con un líder nacional que no logra despegar en las encuestas. Si en estas circunstancias Ciudadanos quedara por detrás de los populares se pondría en entredicho su aspiración de encumbrar cotas más altas de las actuales en el conjunto de España.

Si, por el contrario, la formación naranja quedara por delante, el problema, obviamente, lo tendría el PP. Aunque la reacción inicial sería, con toda probabilidad, la de señalar al líder regional, no cabe duda de que una derrota de este calado en los comicios andaluces inclinaría un poco más el camino hacia las elecciones generales a Pablo Casado: sería su primer fracaso electoral como presidente del PP y supondría tener que enfrentarse a las próximas elecciones siendo una fuerza subalterna en, de momento, plazas tan importantes como Cataluña y Andalucía.

En todo caso, y según el sondeo de Metroscopia, el que de los dos quede por delante en estas elecciones lo hará por escasa distancia. Y no se puede descartar que uno gane al otro en votos pero no así en escaños. En este caso, veremos, sin duda, una lucha mediática entre ambas formaciones por presentarse como el vencedor y como la referencia andaluza (y, no lo duden, también nacional) de ese espacio ideológico y político. Lo dicho, ambos se juegan mucho.

La alta competitividad que arroja este modelo estimado en el sondeo de Metroscopia hace que la campaña electoral iniciada el pasado viernes cobre más importancia de la habitual. No tanto por la capacidad de movilización que esta pueda tener —la participación electoral estimada para el conjunto de Andalucía se sitúa en el entorno del 64% (similar a la de 2015) y no parece que vaya a variar— sino por su incidencia sobre los denominados decididos indecisos (los que tienen decidido acudir a votar pero todavía no saben por quién hacerlo). En estos momentos, a solo dos semanas de las elecciones, casi uno de cada cinco electores que tiene decidido acudir a votar, no sabe, todavía, por qué opción política acabará haciéndolo. En su comportamiento final el próximo 2 de diciembre está, en gran medida, la respuesta a las preguntas aquí planteadas.

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