En el final de sus mandatos… Rajoy vs. Zapatero

Los españoles somos gente que enterramos bien”, dijo Alfredo Pérez Rubalcaba en su despedida política tras recibir múltiples muestras de cariño y halagos a su trayectoria por parte tanto de compañeros como de rivales políticos. Pero este aforismo no puede aplicarse en los casos de los dos últimos presidentes del Gobierno de España según los datos de Metroscopia.

Empezando por Mariano Rajoy, el último en tener que dejar el cargo como consecuencia de la exitosa moción de censura planteada en su contra por Pedro Sánchez, cuyo primer y más inmediato balance que hacen los españoles de sus casi siete años como presidente del Gobierno es más negativo que positivo: el 56% cree que, durante este tiempo, en conjunto, Rajoy ha sido un mal presidente, frente al 33% que piensa que ha sido un buen presidente.

Solo sus votantes, críticos en otros tiempos, evalúan mayoritariamente de manera positiva su larga trayectoria presidencial: el 79% cree que Rajoy ha sido, en conjunto, un buen presidente del Gobierno. El resto se divide entre quienes son algo menos benévolos (los votantes de Ciudadanos: buen presidente para el 43%; malo para el 46%) y quienes emiten una sentencia severa (el 67% de los votantes del PSOE y el 91%de Unidos Podemos creen que Rajoy ha sido un mal presidente).

Con todo, sus peores datos no los ha tenido en su despedida: ese 56% de españoles que ahora evalúa negativamente la trayectoria de Rajoy como presidente del Gobierno supone un porcentaje inferior en 14 puntos al de españoles que, en promedio, han desaprobado la labor política de Rajoy desde febrero de 2012 —cuando juró su cargo por primera vez como presidente— hasta junio de 2018 —cuando dejó de serlo tras la moción de censura—. Además, el porcentaje de españoles que piensa que Rajoy ha sido un buen presidente supera en seis puntos al que, en promedio, han aprobado la gestión gubernamental de Rajoy a lo largo de estos últimos casi siete años: 33% frente a 27%.

¿Y José Luis Rodríguez Zapatero? El predecesor de Rajoy en la presidencia del Gobierno estuvo casi ocho años en el cargo. Si bien su salida fue diferente a la del líder popular —Zapatero siendo presidente renunció a presentarse como candidato en las elecciones de 2011— su trayectoria presidencial mereció una evaluación negativa similar a la de Rajoy: en el momento del traspaso de poderes, el 53% (solo tres puntos menos que el líder conservador) pensaba que, en conjunto, había sido un mal presidente.

Pero esta semejanza en la evaluación ciudadana de ambos presidentes cuando abandonaron su cargo va acompañada de algunas diferencias. Una: los que piensan ahora que Rajoy ha sido un buen presidente son 12 puntos más que quienes pensaban lo mismo de Zapatero en 2011 (33% frente a 21%). Dos: la amplia mayoría de los votantes del PP (79%) ha evaluado positivamente la labor de Rajoy al frente del Gobierno, y solo el 44% de los votantes del PSOE hicieron lo mismo con la de Zapatero. Y tres: las evaluaciones ambivalentes de Zapatero —ha sido un presidente en ocasiones bueno y en ocasiones malo— eran 13 puntos más elevadas que las actuales de Rajoy: 24% frente a 11%.

Estas diferencias parecen dejar entrever dos trayectorias políticas distintas. La de Zapatero, marcada por la discontinuidad; la de Rajoy, por la continuidad. En el caso del expresidente socialista, la discontinuidad entre los éxitos de la primera legislatura —sobre todo, en el área de las políticas sociales— y el fracaso de la segunda —vinculada a la mala gestión de la crisis económica—. De ahí la menor uniformidad en las evaluaciones, también, entre sus propios votantes.

Por el contrario, en el caso del expresidente popular, parece que a los españoles les es difícil establecer intervalos diferenciados a lo largo de sus dos legislaturas y media al frente del Ejecutivo. Por eso, las evaluaciones están más polarizadas que las de Zapatero, porque solo ha habido un Rajoy: o te ha gustado o no.