OPINION

¿Reisitirá Puigdemont la presión de la CUP?

F

ue en la copa del mundo de fútbol de Sudáfrica cuando despertó la rojigualda. Pero era un tema de deporte que siempre ha sido visto con sospechas en el mundo político. Este domingo pasado, la bandera ha sido enarbolada en un acto puramente político y ya no eres facha por ondearla. No fue un acto de partido, sino nacional. Muchísima gente de todo tipo. Diga lo que diga TV3, que quiere confundir Sociedad Civil Catalana con otros convocantes, la rojigualda dejó de ser facha.

Es posible que los nacionalistas no esperasen esa reacción. Acostumbrados a dominar la calle los independentistas deben estar asombrados ¿Cómo es posibles? se preguntan. Especialmente porque son conscientes de que son ellos, con sus actos, los que han despertado a la opinión pública contraria a sus tesis. Su torpeza después del 1-O se ha vuelto en su contra.

El acoso a la Guardia Civil y la Policía Nacional después del pseudoreferendum se ha sentido como un insulto por muchos españoles. No hay que olvidar que ambas instituciones son las mejor valoradas en las encuestas del CIS. La huelga del martes siguiente fue la gota que colmó el vaso. En especial para el burgués bienpensante, que nunca se tomó en serio lo de la independencia. Los traslados de las sedes sociales de los buques insignia de la empresa catalana han disparado el pánico financiero.

¿Cómo va a influir la manifestación en el bloque independentista el día que perdieron la calle o, al menos, la tuvieron que compartir?

El empeño de la CUP en mantener la presión sobre un Puigdemont para declarar la DUI (Declaración Unilateral de Independencia) prisionero de sus actos es un factor que mantiene la tensión. Para la CUP no habrá nunca un momento como este en muchísimo tiempo para declara la independencia. Por eso presionan a la desesperada.

ERC con Junqueras a la cabeza espera tener réditos electorales con la digestión electoral del PDCat. Sabe que no habrá independencia pero, después de unas próximas elecciones autonómicas, pueden gobernar con un tripartito de izquierdas, con el PSC y En Común Podem, la marca de Iglesias-Colau allí. Esta vez con un republicano de President en la España democrática de la Monarquía parlamentaria.

¿Y el PDCat? Una buena parte de los manifestantes representan votantes que en sus tiempos fueron de CiU sino es imposible; otros se han ido irrevocablemente a ERC ¿puede recuperar los moderados? Difícil pero no imposible. Los herederos de CDC necesitarían volver a la sensatez pactista ¿Cómo hacerlo? Deberían empezar reconociendo el fracaso de su actual estrategia. Puigdemont ya ha dicho que no se volvería a presentar, un tapón que se quita para una posible negociación posterior. Este martes debería empezar el recule ¿Resistirá la presión de la CUP?

Bastaría con que unos pocos diputados de su partido en Junts pel Sí dijeran que no están dispuestos a la DUI. Si fueran italianos lo harían de manera pactada (secreta por supuesto). Puigdemont quedaría libre de responsabilidades. Habría llegado hasta donde pudo y se retiraría por falta de apoyos. No obstante son españoles y no italianos. Ya lo dijo Andreotti cuando le preguntaron que pensaba sobre la política española y respondió: manca finessa (falta finura).

¿Habra finura? Este martes la solución. Mientras Rajoy deja que se cueza la situación.

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