Opinión

El nuevo modelo de la banca en España

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El nuevo modelo de la banca en España
©[Plargue Doctor] a través de Canva.com

Nos encontramos en un momento de transición que afecta de lleno a la banca (aunque no es el único sector) y que puede se haya acelerado por la pandemia. Antes de la Covid, hay una serie de disrupciones que nos indican la transformación del modelo de banca tradicional:

Ya hace años que Cathie Wood (la conocida fundadora y CEO del fondo Ark-Invest) nos advierte de del origen tecnológico de esta transformación. Siendo las tres fuentes principales de cambio tecnológico: la tecnología Blockchain, la inteligencia artificial (IA) y los dispositivos para hacer transferencias desde nuestros móviles.

El éxito de estos últimos se puede explicar en parte gracias a que muchos países carecen de un sistema financiero tradicional, no cuentan con esta estructura. Se trata de mercados potenciales de millones de personas sin cuentas corrientes, pero que tienen un móvil y ahora pueden hacer transacciones gracias a herramientas como Wechat, Square, Shopify, Venmo, etc. Por ejemplo, China. No obstante, estas plataformas también han tenido una gran acogida en mercados occidentales con un sistema bancario tradicional bien asentado, especialmente en entre los millenials. En Estados Unidos, Venmo era la segunda entidad financiera detrás de JP Morgan en usuarios activos digitales en 2019.

La inteligencia artificial, gracias a la combinación del Big data, el incremento de la potencia computacional y los algoritmos iterativos, es una realidad que permite dejar fuera de la ecuación al "programador-humano". Esto, supone mejoras exponenciales que se traducen en:

• Mayor precisión en la medición del riesgo de crédito,

• detección de fraude más rápida y eficaz,

• gestión automatizada de patrimonios,

• mejoras en la interacción con el cliente o

• una mayor eficiencia en el proceso de análisis.

Hay diferencias muy notables en el análisis de información que realiza una Fintech (por ejemplo, recientemente Square ha conseguido este estatus) y un prestamista tradicional. La Fintech usa información longitudinal, continua en tiempo real; puede analizar terminales virtuales, POS (Point-of-Sale) que registran los pagos con tarjetas en retail. Estas fuentes de información dinámica hacen que sean muy competitivas en cuanto al plazo de reacción, pudiendo tardar minutos en aprobar un préstamo con información muy precisa, cuando un banco tradicional tarda más tiempo y no cuenta con esa cantidad de datos.

Igualmente, el desarrollo de la IA ha desembocado en Robo-advisors capaces de hacer una correcta planificación financiera mediante algoritmos y casi sin intervención humana.

Los neobancos como N26 o Revolut ya ofrecen cuentas corrientes, tarjetas de débito, tarjetas virtuales, cuentas remuneradas, servicios de bróker, criptomonedas, etc.

La otra gran disrupción es la tecnología blockchain. Esta tecnología supone, por ejemplo, la drástica reducción en el coste de las remesas, que en algunos países como Nigeria llegan a cargar un 25% en comisiones. También contribuye a la protección de los ahorros para personas que vivan en países con economías inflacionarias como Venezuela. En el mundo más desarrollado, puede que estos beneficios no sean tan evidentes. Cristine Laggard recientemente declaró que Bitcoin es un activo altamente especulativo que no llegará a ser moneda y que favorece el blanqueo de capitales. No obstante, parece que estas actividades ilegales se están trasladando a otras criptomonedas más opacas donde las transacciones no queden registradas en una IP o seudónimo. Por otro lado, la versión centralizada de las criptomonedas, las "gobcoins", emitidas por bancos centrales o gobiernos está en proceso de desarrollo, habiendo sido implementada solo en China hasta el momento.

En este escenario ¿Hacia dónde va el modelo bancario español?

La banca tradicional está reaccionando, necesita reducir costes, buscar sinergias, deshacerse de estructuras. El proceso de concentración es inevitable. Esto está llevando a un proceso de fusiones y adquisiciones, a la reducción de sucursales. Es verdad que hay un cliente que sigue acudiendo a su sucursal y busca este servicio en persona, pero todo apunta a que la tendencia es otra: tener el banco en el móvil y limitar desplazamientos. En este sentido, la pandemia también parece que está acelerando la transformación, precipitando nuestra familiarización con las tecnologías y limitando el contacto presencial.

También hay que decir que algunos bancos "tradicionales" se están poniendo las pilas. Algunos ejemplos son Marcus de Goldman Sachs que ofrece servicios de depósito, préstamos e inversión competitivos. A nivel nacional, hemos visto cómo nos hemos acostumbrado al proveedor de servicios de pago Bizum, servicio que incorporan la mayoría de las entidades en nuestro país y cuenta con más de 15 millones de usuarios.

Otro condicionante de la banca tradicional es el escenario macroeconómico de bajos tipos de interés que se antoja además prolongado. Las entidades tradicionales arrastran una estructura y sistemas caros, a pesar de las sinergias de la creciente concentración, y el negocio core del banco minorista, esto es prestar dinero y tomar depósitos, ya no es rentable. El negocio parece que se está diversificando hacia otros servicios financieros "no bancarios" como los seguros. La venta cruzada se da en cada préstamo que conceden, mejorando las condiciones a quienes añaden seguros del hogar y vida a sus hipotecas.

Esta diversificación de ingresos puede dar lugar a una banca más rentable, no obstante, hay un debate inconcluso en la literatura acerca de si esta diversificación hacia servicios no bancarios puede afectar negativamente a las entidades dado el alto riesgo de las operaciones no bancarias. Por ejemplo, en Estados Unidos, en los años 80 comenzó un proceso de desregulación que poco a poco fue revocando el denominado "Glass-Steagal Act, (GSA) 1933" y progresivamente permitiendo a la banca comercial realizar actividades no tradicionales como el brockerage, underwriting, inversión, etc. Esto llevó a que emergieran los "supermercados financieros" como Citigroup. Hasta que llegó la crisis financiera del 2008 que se llevó por delante a muchas de estas entidades.

En Europa, la banca comercial y de inversión siempre han tendido a ir más de la mano. Los grandes bancos comerciales suelen ser también bancos de inversión, no obstante, en 2012 vio la luz el Liinkanen Report que recomendaba separar las actividades de creación de mercado y trading de las propiamente bancarias.

En definitiva, no sabemos si la banca en su búsqueda de una mayor rentabilidad diversificando en actividades no bancarias, va a exponerse a un mayor riesgo desembocando en nuevas crisis financieras. No tenemos una bola de cristal y solo podemos tratar de explicar el pasado, predecir el futuro es casi imposible. Desde luego todo apunta a una banca concentrada en pocas entidades muy grandes, con pocas sucursales y en parte colaborando, en parte compitiendo con las Fintech.

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