Opinión

Fallan los Presupuestos, falla el Gobierno

Pedro Sánchez a su llegada al debate de Presupuestos en el pleno del Congreso
Fallan los Presupuestos, falla el Gobierno.
EFE

La crisis de la Covid-19 no ha cogido a ningún país, continente o gobernante con un manual de instrucciones. Sabíamos desde el primer día que no iba a ser tarea fácil hacer frente a una crisis sanitaria de tamañas dimensiones. Sin embargo, sí era previsible que España, en el ámbito económico, iba a tener que ponerse las pilas para contener una crisis económica derivada de la pandemia, también sin precedentes. Y nuestras cartas no eran las mejores, pues llevábamos con un Presupuesto prorrogado más de dos años. Las circunstancias han hecho que en Ciudadanos hayamos sido firmes y determinados: era necesario lograr un acuerdo excepcional para poder dar respuesta a una situación excepcional.

Por eso, en Cs pedimos ya en marzo al Gobierno que elaborase unas cuentas de emergencia nacional. Fuimos los primeros en hacerlo. Entendimos que, ante las nefastas previsiones que se avecinaban, el señor Sánchez debía dar un paso al frente y liderar una respuesta de país que tanto aclamaba durante la primera ola, antes de que decidiera parapetarse en las CCAA para escurrir el bulto de su nefasta gestión. Sin embargo, todos hemos visto que las medidas del Gobierno distaron (y distan) mucho de esa solución de Estado que reclamamos, además de transitar por la inaceptable senda de las concesiones separatistas a quienes se toman unas cuentas de rescate a millones de españoles como un rescate a sus agendas partidistas.

Desde ese momento, en Cs nos pusimos a trabajar para elaborar propuestas sensatas, completas y necesarias. Por nosotros no podía quedar. Solo por el hecho de haber participado en esta negociación, Ciudadanos ha conseguido medidas muy positivas para todos los españoles. Medidas que no existirían si simplemente hubiéramos presentado la enésima enmienda a la totalidad -como PP y PSOE llevan años haciendo cuando gobierna el contrario- o nos hubiéramos ido de vacaciones, como ha hecho Vox a costa del sueldo que le pagan los españoles.

Así, Ciudadanos puso encima de la mesa sus “líneas naranjas”, unas condiciones de partida necesarias para sentarnos a negociar y que decían no a muchas de las subidas de impuestos que Podemos quería incluir en estas cuentas: a las academias de inglés de nuestros hijos, al dentista, al diésel, o a rentas de 60.000€. Pero nuestra contribución no acaba ahí. Porque aunque el Gobierno no ha querido llegar a un acuerdo con Ciudadanos y ha preferido a sus socios de ERC y Bildu, hemos logrado arrancar durante este proceso medidas que contribuirán de manera decisiva a reforzar nuestro sistema sanitario y de salud pública. Entre ellas, una de nuestras principales banderas políticas: la puesta en marcha de una Tarjeta Sanitaria Única. Una medida que PSOE y Podemos siempre habían rechazado y que el PP nunca se atrevió a poner en marcha ni con mayoría absoluta. Ahora, por fin, después de años de reivindicación, lo hemos conseguido. Gracias a nuestro trabajo, ningún español será tratado como un desplazado en su país.

Sé que muchos españoles se están preguntando, de buena fe, cómo es posible que, en el momento en que más necesitábamos altura de Estado y generosidad, el Gobierno de España haya sido capaz de preferir el apoyo de quienes quieren destruir nuestro país a la mano tendida de un partido sensato, moderado y que cree en nuestra democracia. A ellos quiero decirles que existía esa alternativa, que no estábamos destinados a dejar en manos de un partido político heredero del terror el futuro de España, y que así lo ha querido el actual Gobierno, dejado huérfanos a muchos moderados, incluidos muchos socialistas.

Está claro que no hay mayor responsable que Sánchez en la nefasta elección de socios. Pero sé que también es posible que muchos españoles, votantes de otros partidos, se estén preguntando qué han conseguido el resto de la oposición, o qué han hecho para intentar evitar esta senda con socios que no creen en nuestro país. Porque lo cierto es que ni han conseguido evitar que estas cuentas salgan adelante ni tampoco han conseguido arrancar ninguna propuesta que vaya suponer una ayuda o un alivio para los españoles en un momento tan duro y difícil como el actual.

Mención aparte merece el partido Vox, que se ha burlado de todos los españoles cogiéndose unas vacaciones durante la tramitación de las cuentas. Unas vacaciones bien caras. Mientras algunos estábamos trabajando horas y horas, robándole tiempo al sueño y a nuestras familias para negociar, redactar todas las enmiendas y propuestas alternativas, los diputados de Vox, como ellos mismos dejaron claro, iban a estar haciendo vídeos para Youtube. Parece que no se han enterado que las leyes se publican en el BOE y no en Twitter y que las fotos que pongan en Instagram no cambiarán ni una coma en estas cuentas.

Ciudadanos presentó 320 enmiendas a estos Presupuestos. Vox ninguna. Estas vacaciones van a salir muy caras a todos los españoles, y no sólo por lo que cobran los diputados de Vox. La ausencia de estos diputados a la hora de votar las enmiendas en la Comisión de Presupuestos ha provocado que más de 700 propuestas para corregir los Presupuestos no salieran adelante.

Por culpa de Vox, los españoles pagarán un impuesto de matriculación más alto, porque una propuesta que buscaba reducirlo no ha tenido el apoyo suficiente. Por culpa de Vox, los funcionarios que están en el Régimen de Clases Pasivas no tendrán los mismos permisos de maternidad y paternidad que el resto de empleados públicos. Por culpa de Vox, cientos de Ayuntamientos se quedarán sin fondos para financiar el servicio de transporte urbano. Y así podríamos repetir hasta 700 medidas que no han salido adelante por culpa de los de Abascal. Desde luego, los señores de Vox ya pueden haber disfrutado de sus vacaciones, porque estamos seguros de que, al contrario que ellos, el resto de los españoles desde hoy dormirán algo peor. Ellos sabrán cómo lo van a explicar.

Nosotros no hemos apoyado estos Presupuestos porque no son las cuentas que España necesita y porque se apoyan en unos socios que son, por vocación, incompatibles con el interés general de los españoles. Pero eso no puede ser la excusa para dejar de trabajar y de hacer propuestas. Nosotros seguiremos, durante toda la legislatura, defendiendo los intereses de todos los españoles. Otros no podrán decir lo mismo.

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