Por qué los periodistas políticos se pasan al fútbol

De poco tiempo a esta parte observo que muchas de las mejores plumas del periodismo político, sobre todo las más jóvenes, se han pasado a la crónica futbolística. Bustos, Gistau, Jabois, Sostres, escriben con mas pasión de la crisis del Madrid o del momento dulce del Barça que de la interminable crisis ministerial.Finos estilistas

Salvadas las distancias, me recuerda a mis años mozos, cuando los cronistas de fútbol –López Sancho, Antonio Valencia, Cuco Cerecedo—eran también finos estilistas de la pluma.

En ese tiempo, la censura prohibía casi cualquier texto de interés sobre la actualidad política y por eso los diarios dedicaban sus mejores hombres a lo que interesaba al público y de lo que se podía informar con libertad: el fútbol.Aburrimiento político

Para mí tengo que ahora escribir de política, de la política española, aburre al escritor y al lector. De la batalla de trincheras que libran los partidos políticos desde la misma noche del aciago 20 de diciembre, interesa exclusivamente el resultado, mientras que el resto –ruedas de prensa, declaraciones, documentos-- solo conduce a la melancolía del Cantar del Mío Cid: ¡Dios que buen vasallo, si oviesse buen señor!...

¡Ojo! Me parece estupendo que en la sociedad española el fútbol tenga tanta importancia: al fin y al cabo en cada país hay uno o dos competiciones deportivas que, como suele decirse, suscitan las pasiones.El ejemplo del fútbol

El problema no estriba en la importancia del fútbol, sino en la irrelevancia de lo demás. De lo que se trata es de aplicar a otras instituciones el modelo gestión del fútbol: independencia del poder del Gobierno y/o de los partidos políticos, administración de justicia ”en tiempo real”, evaluación de resultados, progreso por méritos…

Hace años le escuché una charla sobre la Universidad española, al Profesor Sala-i-Martín, el catedrático de Columbia que sabe mucha economía y, además, sabe explicarla.

Creo que me acuerdo de cada palabra de aquella brillante charla. En todo caso, para fortuna del público, en la página web del profesor está disponible un video en el que se reproduce completa.

La tesis central es que si el Barça o el Madrid fueran gestionados como se gestiona la universidad en España, en dos temporadas bajarían irremediablemente a tercera división.

Termina la charla con una pregunta tumbativa: ¿Y por qué ningún equipo de fútbol se gestiona como la Universidad? Pues porque en España –se responde él mismo—lo único que importa es el fútbol.