Tribuna Global

Haciendo previsiones a tientas

"La recuperación económica podría superar las previsiones si una
mayor confianza lleva a las familias a gastar sus elevados ahorros."

"Si la tasa de ahorro descendiera al 10%, la economía española tendría un impulso adicional de más de un 2%", apunta Scholtes-Ruiz
"Si la tasa de ahorro descendiera al 10%, la economía española tendría un impulso adicional de más de un 2%", apunta Scholtes-Ruiz
Pixabay

Dos de las instituciones más prestigiosas, el Banco de España y Funcas, acaban de publicar previsiones actualizadas sobre la evolución de la economía española. La metodología y escenarios en los que se basan y las conclusiones son razonables, bastante similares a las de UBS en lo fundamental. La principal discrepancia está en si los consumidores gastaremos o no el gran ahorro acumulado en los últimos meses, que en última instancia dependerá de la recuperación de la confianza.

Los informes muestran que el PIB real medio de este año será inferior al de 2019 entre un 10% y un 13% y que la recuperación será de un 4% a un 8% en 2021. Así, el nivel de actividad a final del próximo año estaría entre tres y ocho puntos por debajo del previo a la crisis. Son rangos muy anchos, que dependen enormemente de la fuerza de la recuperación en este tercer trimestre, que se estima entre un 10% y un 15%.

El cuadro económico contiene otras cifras aterradoras, como una tasa de paro próxima al 18% o un déficit público de hasta un 20% del PIB entre 2020 y 2021. Pero también otras que reflejan una economía privada mucho más saneada que en la burbuja inmobiliaria. Familias y empresas han reducido dramáticamente su deuda –que además es mucho más barata- y generan un gran ahorro que permite un superávit en la balanza de pagos.

Al contrario que en 2009-2013, el sistema financiero está saneado y no se ha cerrado el grifo del crédito (en parte gracias a los avales del ICO y las medidas del BCE). Hogares y empresas no están forzados a sanear drásticamente sus balances porque ni están sobreendeudados, ni el valor de sus activos inmobiliarios se está desplomando. Y la política fiscal no solo no es contractiva, sino que contará con los fondos europeos a partir de 2021.

Por esto consideramos pesimista una asunción crucial de esos informes: que el ahorro de familias y empresas permanecerá en sus máximos históricos, aunque la recuperación global se vaya consolidando en un mundo de tipos al 0%. Ambos informes prevén un crecimiento débil del consumo y la inversión a partir de otoño. Se debe a que los hogares ahorrarían cerca del 14% de su renta disponible en 2021, cuando la media de las últimas décadas ronda el 8%, y en lo peor de la anterior crisis –cuando el grifo del crédito estaba cerrado y había que devolver muchas deudas- apenas superó el 10%.

El escenario central de UBS es que habrá una vacuna efectiva y ampliamente disponible en la primavera del próximo año. No erradicará el coronavirus, pero sí creemos que reducirá los recelos a viajar y a consumir muchos servicios. La temporada turística, aunque todavía muy inferior a la de 2019, será mucho mejor que la de este año, ayudando a que se recupere el empleo. Con la excepción del turismo, el ocio y la restauración, la mayoría de sectores habrá vuelto a niveles de actividad no muy lejanos a los anteriores a la crisis.

Si se cumple, no encontramos justificado que el ahorro siga disparado. Aflorará demanda latente, sobre todo en bienes de consumo duradero y equipamiento y reformas para el hogar. Quizás se dirija al mercado inmobiliario. Simplemente con que la tasa de ahorro descendiera al 10%, la economía española tendría un impulso adicional de más de un 2% por el mayor consumo doméstico. Más aún si los ciudadanos europeos (también con ahorros muy superiores a lo normal) recobran la confianza para volver a visitar el país. 

La incertidumbre económica es muy alta. Los datos sobre el pasado muestran una recesión de una profundidad sin precedentes. Pero mirando adelante, arranca un nuevo ciclo con muchos menos lastres que el anterior y con políticas monetarias y fiscales expansivas. La mayoría de las familias tiene capacidad para gastar más, y muchas empresas para invertir y contratar más. Depende en gran medida de que se restablezca la confianza. Por esto es tan importante un esfuerzo coordinado y efectivo para contener la epidemia.

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