OPINION

La gran campanada de 2020: la nueva City en Madrid... pasando por Zurich

Reloj de la Puerta del Sol de Madrid, campanadas
Reloj de la Puerta del Sol de Madrid, campanadas
EUROPA PRESS - Archivo

Seguro que les suena eso de convertir a Madrid en la capital financiera europea. Pues bien, ahora hay una gran oportunidad. Lo habrán escuchado en innumerables ocasiones desde que, en junio de 2016, los británicos votasen en las urnas por su desconexión de la Unión Europea (UE). La sorpresa fue mayúscula como saben. Para todos, pero en especial para Londres y la City, su pequeño gran corazón financiero. El lugar privilegiado donde nacen, crecen y aterrizan los flujos de capitales de medio planeta recibió, por la espalda, una puñalada con el Brexit. Al mismo tiempo, se levantó la veda para desplazar el eje de gravedad de los mercados europeos desde sus islas hacia el 'Viejo Continente'.

El asunto no es menor para los británicos. Sus servicios financieros generaron 150.000 millones de euros en 2018, la mitad solo en Londres, con un superávit para su balanza de más de 50.000 millones que ahora pueden verse mermados por aranceles y obstáculos regulatorios en función del nuevo marco de relación con Europa. Dos espejos se presentan ante la City londinense: el 'bueno' Noruega (pagando un canon por el libre acceso al mercado común) o el 'malo' Suiza (con un tenso galimatías no resuelto que ha acabado en guerra con Bruselas).

Envenenados por el populismo, los británicos mantendrán su preciada libra esterlina -un error en la era de las divisas globales- y van a recuperar competencias en materia de política exterior, justicia o consumo, pero perderán algo de incalculable valor: el famoso salvoconducto británico para los servicios financieros en Europa. Ese poderoso pasaporte atraía inversores y empresas; abría puertas a mercados y ventanas en las regulaciones... Ahora estará bajo revisión. La promesa política de impulsar a la City británica -aun a pesar de ella- como 'paraíso fiscal' supone toda una declaración de guerra para otros oasis de la industria de capitales. No quieren ver ni de lejos a un país competidor que se mueve como pez en el agua entre sus conexiones isleñas con Man, Jersey, Cayman, Islas Vírgenes...  

Problema suizo, solución española

Desde hace tres años y medio, las autoridades británicas asisten a la amenaza latente de emigración de bancos, fondos, empresas y grandes fortunas por la incertidumbre del posBrexit. La diferencia que trae consigo el año 2020 es que existe la certeza (31 de enero) de 'divorcio'  de sus socios europeos. Eso traerá consigo nuevos derechos y deberes para Londres. Capitales como Fráncfort, París y Ámsterdam se han llevado el gato al agua desde 2016 a la hora de acoger el reguero de traslados de sedes de multinacionales de la industria del dinero.

Madrid, eterna aspirante a capital financiera internacional, se ha quedado con algunas migajas por la falta de visión y alineación política de su triunvirato institucional desde 2016. El Ayuntamiento de Carmena-Almeida, la Comunidad de Cifuentes-Garrido-Ayuso y la Moncloa de Rajoy-Sánchez desafinaron con la sintonía que debían haber mostrado. Unos por otros, la casa sin barrer. Los resultados electorales de 2019 han querido que eso no cambie demasiado. No parece un asunto prioritario ni para PP o PSOE, ni mucho menos Podemos. Al contrario.

Para fortuna de Madrid, los suizos de SIX Group han dado la campanada con su oferta de compra sobre Bolsas y Mercados Españoles (BME). En 2020 se levanta la veda para competir con la City de Londres. En ello están otras capitales financieras como Nueva York, Hong Kong o Zurich, que han visto la oportunidad de jugar con las mismas reglas de juego -sean las que sean- que tendrán los británicos fuera de la UE. Gran parte de esa batalla se librará en las infraestructuras de mercados y Madrid pasa a ocupar un papel protagonista con SIX.

El dinero suizo se juega mucho más de los 3.000 millones de euros que están ofreciendo por BME. Es una operación país. La cooperativa de 120 instituciones financieras que respalda el accionariado de SIX ha encontrado la manera de solucionar el veto de la UE a sus mercados y, a la vez, pescar en el río revuelto del Brexit. Los capitales helvéticos arrastran problemas de pasaporte en Bruselas desde 2017, aunque las restricciones se han hecho visibles desde que en el verano de 2019. En un cruce de prohibiciones, Europa vetó a los intermediarios europeos la compraventa de acciones de empresas suizas desde Suiza y la Confederación Helvética prohibió que se negociasen esos títulos en suelo europeo.

Ante semejante bloqueo, la opa sobre BME se convierte en necesaria para que Suiza y la UE vuelvan a sentarse a negociar su relación. Tanto el Ministerio de Economía en España como las autoridades comunitarias deben pronunciarse sobre la operación, aunque SIX todavía no ha solicitado oficialmente los permisos ante la falta de Gobierno en Madrid. En Zurich cruzan los dedos para que la incertidumbre sobre el Brexit británico se convierta en su aliado a la hora de plantear a los políticos españoles y europeos su proyecto. Sin Londres -como se sabe cada vez que guarda festivos- la actividad bursátil en España sufre de notables quebrantos. Con Zurich como futuro padrino, esto no sería un problema.

En Reino Unido también se huelen los riesgos del Brexit y la jugada de los suizos. La London Stock Exchange (LSE) ha declarado "estratégica" a su filial Borsa italiana (Milán)... 'Excusatio non petita accusatio manifesta'. Siempre que dependa de ellos, arguyen algunas voces en Europa. Todo por un supuesto interés en comprarla de la francesa Euronext, que sí ha formalizado oficialmente que pujará por la española BME pese a que no tiene el músculo necesario para ello. Para Londres, la Bolsa de Milán se ha convertido en su enganche dentro del euro tras el Brexit. Para Zurich, Madrid puede ser su nueva City, salvoconducto y la base de operaciones europea que le ayude a competir de igual a igual con el futuro Reino Unido. Lo necesitan. Para el mercado español es la única vía para tener algo de peso en la escena financiera ante Francia, Alemania y Holanda. 

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