Cuaderno de venta 

El puente de diciembre, entre el abismo fiscal y la montaña de morosidad

El cierre de año marca el final de las moratorias fiscales en EEUU y en Europa.
El cierre de año marca el final de las moratorias fiscales en EEUU y en Europa.
| L. I. / Archivo

Es hora de los puentes. En sus distintas formas sirven para cruzar sin dificultad obstáculos insalvables de la geografía. El suelo de la economía se abrió bajo nuestros pies en 2020 ante la gran parálisis del Covid-19, pero se desplegaron toda clase de viaductos monetarios y fiscales para que las administraciones públicas, bancos, empresas y hogares pudieran pasar por encima de la crisis y del abismo. En diciembre toca reparar algunas de estas pasarelas, ampliar su extensión y construir algunas nuevas para poder seguir adelante. Puentes como moratorias crediticias, los préstamos blandos, ayudas fiscales, seguros de desempleo, rentas mínimas, rescates empresariales o fondos de recuperación, entre otros. Las grietas surgen en algunos de ellos y amenazan con derrumbes si no se toman medidas.

Hasta la fecha, los gobiernos europeos han gozado de la inmunidad de los programas de emergencia de compra deuda pública del Banco Central Europeo (BCE). Por ejemplo, esto ha permitido al Gobierno de Pedro Sánchez caminar sobre las aguas en plena tempestad. El Estado se financia más barato que nunca gracias a la mano visible del BCE, pero se ha convertido en dependiente de las dosis de su billonario bazuca. No hay que olvidar esto cuando algunos políticos aparecen poseídos por el síndrome de invencibilidad de Asterix, que pierde los poderes si se acaba la pócima. Lo mismo vale para los bancos con las subastas ilimitadas de liquidez. El 10 de diciembre, la 'druida' Christine Lagarde volverá a cocinar otra olla de brebaje anticrisis para que estados y entidades financieras puedan, como deben, seguir apoyando a la economía real de hogares y empresas.

En EEUU, la ley CARES de asistencia financiera para trabajadores y dueños de pequeñas empresas está a punto de pasar a mejor vida. Es el plan más ambicioso contra la crisis con moratorias, seguros por desempleo y cheques directos al bolsillo de las familias y empresarios. Valorado en 2,2 billones de dólares, no tiene sucesor, de ahí que se hable de abismo fiscal al riesgo al que se enfrenta la economía de EEUU. Tiene que ser negociado durante las próximas semanas con un proceso de transición presidencial entre Donald Trump y Joe Biden que será de todo menos tranquilo. Es, de hecho, uno de los grandes riesgos que perciben los inversores ante el escenario del final de 2020, junto con la falta de sucesor del CARES.

En España, el nuevo decreto para extender los créditos ICO (100.000 millones de euros) tanto en plazos como en carencias en su devolución llegan como agua de mayo pero esconden una dura realidad: una zombificación de empresas que tendrán difícil ser sostenibles (rentables) a futuro. A la vez, el Gobierno ha extendido la moratoria de concursos empresariales (suspensiones de pagos) hasta el 31 de marzo tanto para deudores como para acreedores como para los jueces que deberían tramitarlos, pero tienen orden de no hacerlo. Se prohíben. La consecuencia es que la moratoria puede acabar en morosidad en cuestión de un abrir y cerrar de ojos en cuanto finalice el periodo de gracia.

Teniendo en cuenta que los bancos en España han tenido la mayor proporción de préstamos con avales públicos en relación con los préstamos totales, el panorama es inquietante. El informe de la EBA con datos hasta junio identifica un volumen de 187.000 millones de euros, el 10% de la cartera de crédito de los bancos españoles, bajo moratoria. De ellos, casi una quinta parte están en la etapa anterior a caer en impago o mora. La oleada de fusiones bancarias con las que está sorprendiendo España al resto de Europa (Caixabank-Bankia, Unicaja-Liberbank, BBVA-Sabadell…) ya no parece tanto una cuestión de interés individual de las entidades. Es el propio sistema financiero ibérico el que está reaccionando al notable incremento de riesgo con una autodefensa. Por eso hay analistas e inversores que recomiendan a BBVA que no se gaste toda la dote del negocio americano (9.700 millones) en adquisiciones. Debe hacer despensa ante el invierno.

La buena noticia es que los inversores se lo están tomando bien. El Ibex 35, la referencia bursátil de las empresas españolas, va camino de cerrar el mejor mes de su historia. La imponente escalada del 23,6% en lo que va de noviembre llega un momento clave de rotación de carteras de grandes inversores. Lo está haciendo mejor que otras bolsas y el sector bancario está a la cabeza de esa súbita recuperación. El dinero con mayúsculas considera que el escenario con múltiples vacunas en marcha en los próximos años es mejor de lo que se preveía para España. El pico bursátil se produce también en plena campaña de captación de ahorro para fondos de inversión y planes de pensiones, algo que sin duda ayudará a que la recuperación del índice siga su curso en las próximas semanas. 

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