Cuaderno de venta

FTX, Binance y el termómetro de 'bullshit' y riesgo en las criptomonedas

La última crisis en las criptofinanzas que ha estallado esta semana vuelve a poner de relieve los riesgos y malas prácticas de la descentralización y desrregulación en la gestión del dinero.

Panetta, Zhao, Bankman y Musk.
Panetta, Zhao, Bankman y Musk.
La Información | R. J. L.

Todo su dinero en criptos está en riesgo. No está demás recordarlo. Por supuesto, también lo están sus euros o dólares en el banco pero hay una notable diferencia: hay un Estado que los respalda y una telaraña de garantías, regulaciones, normas y obligaciones de transparencia que embalsan la confianza para crear un entorno seguro. Todo de lo que carecen desde sus inicios las criptomonedas como ha vuelto a demostrar el colapso de la plataforma bahameña FTX, cuya dimensión todavía está por contabilizarse pero que tendrá una altura de varias decenas de miles de millones. Su quiebra es el principio de un efecto dominó en el que se moverán los cimientos de un sector donde conviven verdaderos innovadores financieros con el oficio más viejo del sector: el de tramposo y pirata.

Si buscan seguir voces autorizadas con criterio en este peligroso mundo, tomen nota de dos: Fabio Panetta y Elon Musk. Al italiano porque desde el altavoz del Banco Central Europeo (BCE) ha advertido en tiempo y forma de las malas prácticas generalizadas de un sector. Su artículo de la pasada primavera sobre El salvaje Oeste de las criptofinanzas era de lectura obligada porque señalaba comportamientos viciosos de los neobanqueros y tachó de cómplices a los “criptoevangelistas” que llevaban la palabra al último rincón del planeta en busca de más creyentes. Al emprendedor sudáfricano deben seguirle porque, más allá de rol como creador de la marca de coches más valiosa de la historia, es un pionero de las finanzas por internet desde que en los años 90 montase una 'startup' que dio lugar a Paypal. Ahora con Twitter volverá a dar que hablar en los sistemas de pagos. ¿No es esa la verdadera razón para comprarla?

Musk ha dicho sobre SBF (Sam Bankman-Fried), el protagonista de la caída de FTX, algo que pocos se atreverían a decir en público sobre un gurú: era un farsante. “Todos hablaban de él como si estuviera caminando sobre el agua y tuviera un billón de dólares. Y esa no fue mi impresión. Todos me decían que hablase con él para el acuerdo con Twitter”, confesó en una sala de chat de Twitter sobre la crisis de FTX, según recoge Coindesk. “Así que hablé con él durante una media hora. Y sé que mi medidor de bullshit (humo o mierda) estaba en rojo. Hay algo mal con este tipo: no tiene capital, no seguirá adelante”. Dicho de otro modo, pocos se hacían preguntas ante su discurso mágico. ¿Es el mejor resumen de lo ocurrido en este colapso?

Como se está conociendo ahora, Bankman simplemente creó una estructura de 'hedge fund' apalancado (Alameda) a partir de los tokens emitidos por FTX y usó el capital de los usuarios para endeudarse con bancos y fondos de inversión. Salió al rescate de otros inversores y proyectos caídos en la crisis de Terra-Luna pero sobrevaloró su olfato inversor, su capacidad y, sobre todo, la fiabilidad de su token FTT en el que recaía el peso de la confianza de los inversores. Malversó y engañó quizá porque se creyó su propio discurso con el que deslumbraba a sus oyentes. Ahora también lo pagarán otros.

Ahora se piden garantías a la cripto... en dólares

El resto del ecosistema de criptomonedas debe tomar nota de lo ocurrido para reforzar sus sistemas de gobernanza y evitar las dictaduras corporativas en las que una sola persona tiene todo el poder y puede llegar a cometer, como hizo Bankman, errores fatales en la gestión de la empresa y el dinero de sus clientes. En realidad es el gran problema de todo el sector. Changpeng Zhao, alias CZ, puede representar la otra cara de la moneda en esta crisis pero las señales de alarma no dejan de hacerse notar. Binance pasó de aparecer como acreedor y hostil rival de FTX a rescatador de la plataforma, para luego darse media vuelta al ver los libros contables y constatar que los supervisores van a hacer de este episodio un caso ejemplar. “Las plataformas han sido advertidas”, dijo presidente de la SEC, Gary Gensler.

Quizá por todas estas advertencias, ahora todos miran de arriba a abajo al resto de plataformas de negociación de criptoactivos. La extrema concentración de poder, las estrechas interconexiones entre ellas y los conflictos de interés que presentan siguen siendo el gran elefante en la habitación que todo el mundo ve pero nadie menciona por no despertarlo. Pero hay un elemento común a todas ellas y por eso han crecido tanto en estos últimos años. Apenas se hacían preguntas sobre el origen del dinero, en especial, si se negociaba en forma de alguna cripto estable.

Binance, fruto de un ataque de transparencia o desesperación, ha publicado las direcciones blockchain donde están todos sus reservas (unos 70.000 millones de dólares), así como su composición. Lejos de aplacar las dudas, ahora surgen muchas más. Si excluimos al dólar e incluso al Ethereum o Bitcoin que todavía gozan de un respeto amplio como reserva, la plataforma de Zhao declara la mitad de estos activos en sus dos tokens: BNB y su 'stablecoin' BUSD anclada al dólar que gestiona una empresa estadounidense llamada Paxos bajo el escrutinio de la SEC. Pero es que además posee otros 18.000 millones de dólares en USDT, o Tether, y apenas 600 millones en el USDC de Coinbase. También tenía más de 600 millones en el FTT, el token de FTX, antes de su caída. 

La arquitectura pública de activos con los que Binance podría responder ante sus clientes da una idea del potencial efecto dominó que se puede producir en el sector en su enésima crisis. Coinbase, que cotiza en bolsa en Wall Street, o Kraken han intentado desmarcarse del resto de sus rivales enarbolando la bandera estadounidense pero los nervios entre los clientes del mundo cripto son evidentes. El sueño de las finanzas descentralizadas (DeFi) se ha tornado en pesadilla ahora que se van conociendo las peores prácticas en la gestión de riesgo o del cumplimiento de leyes antiblanqueo. Los más reputados gurús como Bankman se han transformado de repente en novatos y vendedores de humo a los ojos del mundo financiero. 

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