Cuaderno de venta

La vacuna monetaria, inflación financiera y deflación económica

El impacto de las cotizaciones sociales sobre la nómina de los trabajadores es del 39,5% en España.
La vacuna monetaria: inflación financiera, deflación económica

“La recesión económica es la más grave de nuestras vidas”. Lo han dicho ya  algunas decenas de políticos, economistas, banqueros y autoridades de distinto tipo a lo largo de este infame 2020, pero quien lo ha vuelto a repetir esta semana es el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell. Este desconocido para el gran público es, en gran parte, responsable de que la crisis del coronavirus no se haya llevado por delante a la economía, ahora que la recuperación comienza a asomar medio cuerpo y la cabeza.

Cuando las fichas de dominó comenzaron a caer en febrero, fruto de los confinamientos en China y la primera ola de contagios en Italia, Powell pulsó el botón del pánico de la Fed y se activó la vieja alianza de bancos centrales (BCE, BoJ, BoE.. ) que domina la política monetaria. Fue en la tarde del viernes 28 de febrero cuando este abogado de Washington hizo el llamamiento decisivo para actuar. Fuera de agenda y guiándose por indicadores adelantados inició la respuesta al crash financiero y económico que se estaba gestando. Lo que vino después fue una sucesión de movimientos de tipos, inyecciones masivas de liquidez y compras de activos que escriben el capítulo de la política monetaria más violento de la historia.

Solo entre la Fed de Powell y el Banco Central Europeo (BCE) de Christine Lagarde han agigantado sus balances en 6 billones de euros desde marzo para encajar el demoledor golpe económico que supuso el Gran Encierro de 2020. Parálisis casi total de la actividad. Inimaginable. Los dos principales bancos centrales prácticamente habrán duplicado el perímetro de sus activos entre compras de deuda pública, en su mayoría, y en absorber la liquidez extraordinaria que han suministrado a los bancos para que presten.

Todas las medidas monetarias se han combinado con planes fiscales de ayuda directa vía rebajas de impuestos, subvenciones, prestaciones o avales para sostener a empresas y hogares en EEUU o la zona euro. Pese a que se ha removido Roma con Santiago para evitar una depresión económica, el resultado parece todavía incierto. Tanto como la propia resolución de la crisis sanitaria ahora que comienzan los planes de vacunación masivos.

Volviendo a Powell, en su privilegiada opinión, una de las claves que permitirá saber si se está doblegando el riesgo sobre la recuperación económica es la marcha del empleo y de la inflación. La pandemia ha dejado una profunda herida que tardará en cerrarse. “Existen importantes presiones desinflacionarias en todo el mundo y las ha habido durante un tiempo. Persisten hoy. No será fácil que la inflación suba”, admitió Powell el pasado miércoles tras la última reunión del año de la Fed. El guardián del dólar sigue viendo riesgos significativos sobre la marcha económica, pero en cambio considera que las vulnerabilidades son menores en este momento. 

La nueva normalidad nos ha llevado a ver compañías que valen en bolsa más de un billón de dólares como las Amazon, Apple, Microsoft o Alphabet; o empresas como Tesla Motors que superan en el mercado a todo su sector, cuando todavía venden coches para una minoritaria cuota de mercado. ¿Es normal que las valoraciones de empresas en crecimiento representen 20, 30 o 40 veces sus ventas cuando todavía pierden dinero en sus negocios o han demostrado que tienen dificultades para ser rentables?

Es muy probable que nunca volvamos a ver las valoraciones de 2020 en los mercados financieros. Todo esto poco tiene que ver con la pandemia del coronavirus, aunque sí con sus consecuencias. El cóctel de billonarios paquetes de estímulo monetarios y fiscales sobre la economía ha generado una hiperinflación de activos financieros difícil de sostener en el tiempo. De hecho, las expectativas son altas para algunas empresas que han llevado al conjunto del mercado, en especial a la bolsa americana, a cotizar en niveles tan caros, en relación a sus beneficios, como en la burbuja puntocom de los 90 o inmobiliaria en los 2000 si nos atenemos a ese sector. 2021 se presenta como un año peligroso desde el punto de vista financiero por la exuberancia que se ha vivido en 2020. Lo más peligroso será que, esta vez, las sorpresas monetarias de Powell y Lagarde no se repetirán. Cuando la economía pase a positivo, ¿los mercados volverán a negativo?

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