Cuaderno de venta

El misterio sin resolver entre Lagarde, Powell y los mercados

Los inversores han vuelto a poner en tela de juicio a los dos principales banqueros centrales, que aventuran nuevas subidas de tipos de interés pero sin que sus mensajes se transmitan con claridad.

Christine Lagarde y Jerome Powell.
Christine Lagarde y Jerome Powell.
L. I.

Iba a ser la semana clave para resolver interrogantes sobre la hoja de ruta de las políticas de los bancos centrales en este 2023 pero ha pasado de largo sin que se haya despejado nada. Al revés, las dudas rebrotan. El desacople entre mercados y bancos centrales se ha hecho más visible que nunca. Donde los inversores pausa y próximos recortes del nivel de tipos de interés en EEUU y Europa, la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) todavía braman por endurecer las condiciones de financiación elevando tasas y manteniéndolas en zona restrictiva durante un buen puñado de tiempo. 

¿Y los mercados? Ni caso. No llevar la contraria al banco central es un regla sagrada que parece que se está profanando.  Tanto el gobernador de Fed, Jerome Powell, y la presidenta del BCE, Christine Lagarde, han confirmado que volverán a subir los tipos de interés en marzo pero que no se quedarán ahí y también ven conveniente subirlos en mayo. Esto colocaría el techo de tipos en el área dólar en el 5,25% y cerca del 4% para la zona euro. Solo por eso la curva de rendimientos de la deuda debería elevarse pero está ocurriendo todo lo contrario, al menos, de momento. Y las bolsas lo celebran.

Tanto acciones como bonos se han comportado como si el ciclo de restricción monetaria hubiese finalizado, la crisis inflacionaria hubiese sido vencida y el deseado 'aterrizaje suave' de la economía sea una realidad y la sola amenaza de recesión va a frenar a la Fed y el BCE. Sin embargo, eso no es lo que está en las cartas de los banqueros centrales. Powell mencionó hasta 13 veces el término "desinflación" en su intervención del miércoles pero alertó contra una pausa prematura en las subidas de tipos. Lagarde fue más temerosa pero en el último momento dejó caer esa tercera subida de tipos y la "necesidad" imperiosa de alcanzar tipos restrictivos en la zona euro.

Pero cómo escribía este viernes Michael Hartnett, estratega de Bank of America (BofA), "la operación más dolorosa es siempre el apocalipsis pospuesto" en referencia al escenario de Goldilocks (crecimiento, bajo desempleo, algo de inflación y estabilidad financiera) que algunos creen que se ha reconstruido. Su análisis da por sentado que el rally financiero que se inició en octubre se termina esta semana. Señala a un indicador de crédito que sitúa en mínimos desde 1979 el diferencial entre la deuda corporativa con grado de inversión BBB y las letras a tres meses del Tesoro americano. Una señal de 'avaricia' financiera y sobrecompra que se corregirá.

Después de una semana de euforia en los mercados conviene poner los pies en la tierra a la luz de la contracción de los resultados empresariales de empresas como Meta, Apple, Amazon o Alphabet. La desaceleración económica es evidente en sus cuentas pero también los problemas de suministros, la inflación o  la imposibilidad de crecer hasta el infinito, que es lo que había sucedido hasta ahora. Su valoraciones estratosféricas en bolsa (5,5 billones de dólares entre las cuatro) terminarán menguando por la mera comparación con la rentabilidad los bonos, que remuneran al dinero como no lo habían hecho desde antes de la crisis de 2008.

Hay bastantes observadores estupefactos con lo que está ocurriendo, tanto como el último dato de creación de empleo en EEUU que, lejos de contraerse, ha destrozado las previsiones tras situarse en las 517.000 nóminas nuevas en enero. Eso no es una recesión ni por asomo y respalda la tesis de la Fed de que tendrá que seguir apretando las tuercas a la financiación para evitar un nuevo recalentamiento de la inflación, su misión desde marzo de 2022. El BCE también ha alertado sobre las presiones para la estabilidad de precios que supone la subida generalizada de salarios y pensiones. Además ha puesto su foco en las medidas fiscales de los gobiernos anti-shock energético, recomendando su retirada cuanto antes para enfriar la demanda.

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